El calamitoso Tratado de Itaipú firmado el 26 de abril de 1973 ha condenado al Paraguay a una vil explotación de más de tres décadas por parte del Brasil, que no solamente se ha apropiado prácticamente de la totalidad de la energía generada en la central Itaipú, la mayor del mundo, con 14.000 MW instalados, y le ha cargado a nuestro país una inmensa deuda espuria contraída por sus propios funcionarios y a favor de sus propias empresas, sino también le ha sometido a un infame mecanismo de usura financiera, obligándole a pagar intereses de hasta 12,5% anual en dólares sobre una deuda de más de 19.000 millones de dólares. Pero así como el Tratado de Itaipú es abusivo y pernicioso para el Paraguay, el Tratado de Yacyretá es aun peor, ya que permitió y sigue permitiendo la perpetración de numerosos abusos contra el Paraguay, abusos que a la sombra de las irregularidades en Itaipú a menudo pasaron desapercibidos para la población.

Ahora, con la complicidad de altos funcionarios del Gobierno paraguayo, en particular de la Entidad Binacional Yacyretá, se estaría gestando una nueva traición a la patria en este emprendimiento, infamia que se pretende rematar en la próxima visita del presidente argentino Néstor Kirchner al Paraguay, prevista para el 17 y 18 del corriente. El Gobierno paraguayo, en lugar de insistir en la necesidad impostergable de renegociar el Tratado de Yacyretá, eliminar la nota reversal de 1992 y condonar toda la deuda espuria y los intereses moratorios, transformando a Yacyretá en un ente viable, al parecer, pretende obtener del presidente Kirchner alguna pequeña concesión, reduciendo intereses o condonando una parte insignificante de la colosal deuda, acuerdos cuyo único objetivo oculto en verdad es postergar indefinidamente los justos reclamos de nuestro país.

El temor a un nuevo "arreglo" binacional que permita seguir despojando al Paraguay de su principal recurso natural se debe al hermetismo mantenido sobre el motivo de la próxima visita de Kirchner. Según informaciones de la canciller Leila Rachid, la reunión con Nicanor Duarte Frutos será para "analizar la situación" del ente hidroeléctrico y, en especial, los presidentes "definirán" los parámetros de operación de Yacyretá, tales como la cota de operación final, el cronograma de terminación de la obra y la postergación de la central Aña Cua por denuncias de corrupción y falta de transparencia, situación que no cayó muy bien en las altas esferas del Gobierno argentino que tenían muchas "esperanzas" en la obra.

Según la agenda de la reunión mencionada por la canciller Rachid, se puede maliciar la presumible certeza de acuerdos que irán en detrimento del Paraguay. La cuestión de Yacyretá no es muy complicada: Argentina y Paraguay deben acordar la inmediata renegociación del Tratado de Yacyretá, que desde su firma el 3 de diciembre de 1973 hasta hoy fue y sigue siendo continuamente violado por la Argentina, que -como Brasil en Itaipú- actúa como dueña absoluta de la central, prohibiendo al Paraguay disponer libremente de su parte de la energía generada en la central, fijando arbitrariamente la tarifa que las empresas argentinas deben pagar por la energía e incrementando cada año la deuda con intereses sobre intereses moratorios.
A diferencia de Itaipú, el ente Yacyretá está en QUIEBRA IRREMEDIABLE. Los ingresos por la venta de energía no pueden -ni podrán en el futuro- pagar siquiera los intereses de la inmensa deuda de Yacyretá, de más de 10.000 millones de dólares. Todos los años la deuda crece como un cáncer. Lo peor, gran parte de la deuda es de naturaleza espuria, ilegal, porque jamás debió acumularse o crecer, dado que, al igual que Itaipú, el anexo C del Tratado de Yacyretá, en su punto III, "Costo del Servicio de Electricidad", establece taxativamente que la tarifa de electricidad debe incluir todos los costos financieros y de explotación, compensaciones, etc., incluidos los saldos negativos o positivos del ejercicio anterior. ¿Cómo puede crecer la deuda en estas condiciones, de no ser por la corrupción de los directores y consejeros del ente, tanto paraguayos como argentinos?

El Paraguay no puede seguir alimentándose de falsas promesas como el "famoso" acuerdo Julio de Vido-José Alberto Alderete, de mayo del 2004, por el que se conformó un "grupo de trabajo binacional" para resolver los problemas que impiden la terminación de la obra y reestructurar la deuda del ente Yacyretá, incluidas la condonación de los intereses moratorios y de gran parte de la deuda en poder del Tesoro argentino, así como la reducción de intereses, etc. Pasaron más de dos años del acuerdo y nada de ello ha logrado concretarse o avanzar. El Paraguay sigue siendo víctima del infame despojo de la Argentina en la central Yacyretá, desgracia que no parece preocupar en absoluto a nuestros gobernantes.

Será lamentable que otra vez nuestras autoridades se conformen con las limosnas que Kirchner nos vendrá a ofrecer a cambio de que el gobierno de Nicanor haga olvidar al pueblo paraguayo que la soberanía del Paraguay -UNA VEZ MAS- está siendo violada y que los derechos de nuestro país están siendo conculcados por acuerdos concertados por gobernantes inútiles y corruptos.

¡El pueblo paraguayo ya no debe aceptar más traiciones perjudiciales a la patria en las binacionales!