El todavía presidente de Brasil, Luiz Inazio Lula da Silva, el mismo día que se despide de su cargo, ha rechazado la petición del gobierno italiano de extraditar al ex militante de extrema izquierda, Cesare Battisti, porque su situación personal podría ser "agravada" en el caso que fuese repatriado. Según ha anunciado el ministro de Exteriores de Brasil, Celso Amorim, Lula se ha basado únicamente en la opinión de la magistratura brasileña.
Ya en
enero de 2009 –con Frattini como responsable de Exteriores- Italia llamó a consultas
a su embajador en Brasil como protesta por la petición de la Fiscalía brasileña
de archivar el caso después de que Lula concediera al ex terrorista el estatus
de refugiado político a pesar de permanecer encarcelado.
A
finales del 2009 el Tribunal Superior brasileño declaró ilegítimo el estatus de
refugiado político y autorizó la entrega del terrorista a Italia, sin embargo,
la decisión final le correspondía al presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula da
Silva, que precisamente dejará su mandato en manos de Dilma Rousseff a partir
del próximo 1 de enero
Este
jueves, Eduardo Suplicy, senador del partido de Lula, aseguraba en una
entrevista al periódico italiano 'Il Reformista' que Berlusconi habría
asegurado a su homólogo brasileño no interferir en la decisión del país
sudamericano ni crear polémica en caso de que Brasil decidiera no conceder a
Italia la extración del terrorista. Sin embargo, desde el Ejecutivo italiano se
han apresurado en desmentir esta información asegurando que Berlusconi siempre
ha defendido que Battisti sea entregado a la justicia italiana. Precisamente el
embajador de Brasil en Italia, Jos Viegas Filho, y el subsecretario a la
presidencia Gianni Letta, se reunieron el pasado 21 de diciembre en Roma para
tratar este asunto.
Suplicy
asegura en la entrevista que la condena a prisión perpetua y la extradición
"es una contradicción con la Constitución brasileña" porque no
existen garantías suficientes "de que los procesos se hayan desarrollado
respetando el derecho de defensa del imputado". Para el senador brasileño
"la acusación se basa en testimonios de ex militantes arrepentidos"
de "dudosa credibilidad".
Cesare
Battisti, de 56 años, fue condenado a cadena perpetua después de que un
Tribunal italiano le declara culpable del asesinato de dos policías, un
carnicero y un joyero entre 1977 y 1979. Battisti consiguió escapar de la
cárcel en 1981 y refugiarse primero en México y después en Francia, donde fue
arrestado. Sin embargo la justicia francesa niega en un primer momento su
extradición a Italia. En Francia comienza a escribir y a publicar varios libros
hasta que en el 2004, poco antes de que fuera finalmente extraditado, huye al
país sudamericano. En marzo de 2007 es arrestado en Brasil donde permanece
encarcelado desde entonces. Battisti siempre se ha declarado inocente de todas
las acusaciones.
Condena
de las víctimas
Paolo
Bolognesi, presidente de la Asociación de Víctimas del atentado del 2 de Agosto
de 1980 en Bolonia –en el que perdieron la vida 50 personas y más de 200
resultaron gravemente heridas- ha denunciado en una nota que se trata de un
hecho "grave e indigno para un país que se define democrático como
Brasil". Bolognesi ha señalado como principales responsables también al
gobierno italiano "incapaz de tutelar la dignidad del país y de las
víctimas del terrorismo".
Una de
las víctimas de Battisi, Alberto Torreggiani, hijo del joyero asesinado por el
ex terrorista en 1979, ha anunciado que continuará con su lucha porque
"esta no es una cuestión personal sino que abre un precedente muy
peligroso".