En una demostración efectuada en el Campo Militar Número Uno, militares revelaron su entrenamiento para combatir al narcotráfico y sus expresiones más violentas con sicarios como Los Zetas, Los Pelones o alguna vez hasta con los llamados Narcojuniors, combate que efectúan —según instructores militares— con pleno respeto a derechos humanos.

En el recorrido por las instalaciones militares, hubo simulacros de un decomiso y sometimiento de narcotraficantes, además mostraron operativos en retenes, revisiones de personas, y autos y decomisos de droga con perros y la constante práctica de tiro para enfrentar a sicarios de cárteles.

Entrenan con narcocorridos

Integrantes de la tercera brigada de Infantería mostraron uno se sus simulacros cotidianos y como ejemplo citaron a soldados de la brigada de fusileros paracaidistas en Tamaulipas. La demostración se apega a la vida real, al grado de que en la exposición hasta hubo un narcocorrido como fondo musical.

Rutinas como vigilar o resguardar el perímetro del sitio o punto donde se efectúa el operativo antidrogas o la revisión de vehículos y personas se practican de manera permanente para que ni un solo soldado olvide sus deberes al entrar en acción. Ahí se observó como opera la denominada trampa israelí, fabricada con alambre de púas, cuando los ocupantes de un vehículo pretenden darse a la fuga.

Los sitios acondicionados por el Ejército para entrenar a sus soldados en la lucha contra el narcotráfico están inspirados en hechos reales que incluso recuerdan acciones recientes de los militares como la efectuada en el aeropuerto de Cuernavaca en diciembre pasado, donde presuntamente agentes federales dejaron escapar a los narcotraficantes antes de que pudieran llegar los militares.

En ese simulacro en el que se supone desciende un avión cargado de droga, donde igual se representa a delincuentes armados que enfrentan a las tropas, se pone de manifiesto la superioridad de armamento, entrenamiento, táctica y hasta condición física para operar de los militares sobre los narcotraficantes. En este entrenamiento hay tres bajas del bando de los delincuentes.

Al grito de “al ataque”, los soldados mostraron el control que deben tener para accionar sus armas ante el enemigo, que si bien en este entrenamiento es superado fácilmente, los militares saben que en un episodio real, los narcos tendrán variantes de reacción y ellos deben —según sus instructores— tener la capacidad para repeler toda defensa de los delincuentes y someterlos.

En un escenario como el de México en el combate a integrantes de la delincuencia organizada, a la cual se le han decomisado armas utilizadas por la OTAN, como fusiles calibre 57 llamados matapolicías o hasta lanzacohetes con los que se puede atentar contra vehículos blindados.

Todas las técnicas y recursos para enfrentar al narcotráfico se enseñan aquí. Está incluso el módulo de adiestramiento canino, animales de gran ayuda para detectar drogas en diferentes sitios.