El sistema penitenciario mexicano es una desgracia y requiere una reforma estructural, aseguró el secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP), Jorge Tello Peón, en el congreso Apuesta por México. Una decisión de valor, organizado por estudiantes de la Universidad Anáhuac Sur.

Alguna vez responsable de los penales en México, Tello Peón consideró que ese es un tema de vergüenza y es un hecho que necesita una reforma de fondo “brutal”. Dijo que la situación en las cárceles es tal que lo único positivo, si es que lo tiene, es que todos piden que “Dios me libre de estar ahí”.

No hay ahí —añadió— un proceso de reinserción social, y la gente no cabe en ellos; es algo dramático, comentó quien fuera el encargado de los penales a nivel federal en 2001, cuando escapó del penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, El Chapo Guzmán.

En el mismo evento, el funcionario aceptó que la evaluación de todos los 400 mil policías en México, como se tiene previsto en el programa nacional de seguridad pública, no podrá efectuarse por falta de recursos, además de que este tipo de exámenes deberían efectuarse al menos dos veces al año, pues cada seis meses podrían moverse los elementos hacia indicadores de corrupción.

Por eso, el tambien ex consejero presidencial en materia de seguridad dijo además, que en México hay un desfase entre lo posible y lo deseable en cuestiones de legislación y lo que sucede en la vida cotidiana en esta área; como ejemplo citó el caso de las evaluaciones a los policías que establece la ley.

Es decir, comentó ante estudiantes de esta universidad, por ley se estableció que debe hacerse en un periodo de cuatro años la evaluación de todos los policías, pero frente a ello está la realidad de que no hay quien pueda hacerla, ni forma de realizarla, no hay capacidad instalada para ello y además cada año tenemos la rotación del 30% del personal, además de la falta de recursos económicos.

En tanto, Germán Barrueta, profesor de la institución educativa, dijo que es indispensable combatir factores que propician la inseguridad, incluidos aspectos sicológicos como la exacerbación del crimen y la violencia en medios de comunicación.

Cito los “factores reales” que llamó a combatir: la miseria, el desempleo, la corrupción, la impunidad y la delincuencia, ya que la miseria y el desempleo van de la mano; el desempleo y la delincuencia se acompañan, y la delincuencia obtiene impunidad gracias a la corrupción.

El especialista declaró que para combatir estos flagelos sociales, urge sin duda la puesta en marcha de una serie de medidas eficaces, entre las que se pueden mencionar el perfeccionamiento de las normas que rigen el servicio público, en especial la del servicio civil de carrera y la de responsabilidades de los servidores públicos, con el fin de proporcionar a los funcionarios la seguridad en su empleo y, con ello, evitar factores que alientan la corrupción, así como anular condiciones que propician la impunidad de quienes infringen la ley.

A su vez, Víctor Hugo Cabrera Espinosa, coordinador de Humanidades de la Universidad Anáhuac, comentó que nadie puede decirse pacífico si no práctica actitudes fundamentales, como el respeto por cada vida humana, por las leyes, por la familia, por la verdad, y la disposición para la confrontación a través del diálogo. “llegó la hora de re-significarlas y asumirlas con compromiso”, indicó.

Por ello, urgió a conjuntar esfuerzos desde la familia, la escuela, las instituciones religiosas, las organizaciones defensoras de derechos humanos y los gobiernos, para dignificar la vida humana, la justicia y la prudencia para medir las consecuencias de los actos individuales, el diálogo y la negociación.

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