Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
Frente Externo  
 
29/09/2009 | México - La mafia lo crea, la mafia lo destruye

Ricardo Alemán

“Juanito” siempre engañó con la verdad . Elevó el precio de su seguro de vida.

 

Sólo era cuestión de tiempo para que un “aire cruzado”, una de las siempre salvadoras “pulmonías cuatas” o incluso una “angina de pecho” hicieran el milagro. Sí, Juanito fue doblado por la misma cultura autoritaria que lo creó. Y lo que la mafia da la mafia lo quita.

Y sólo falta saber qué le ofrecieron o le dieron a cambio a Juanito los siempre demócratas, congruentes, honestos y ejemplares hombres del poder amarillo, ésos que presumen credenciales de izquierda y que actúan no igual, sino idéntico al viejo PRI. Bueno, si hasta le recomendaron la receta al pobre vendedor ambulante: “Renuncia por motivos de salud”. Para completar el cuadro del PRI de los años 50, de La ley de Herodes.

Pero en el fondo nadie debe llamarse a sorprendido. En realidad el desenlace de la renuncia de Juanito por motivos de salud es parte del guión original. El problema es que el actor principal decidió gozar de sus 15 minutos de fama, del glamour del poder, de las mieles de la popularidad y el reflector. Y nadie puede negar que consiguió su objetivo con creces.

En política —reza la jerga de los viejos políticos—, “no existen las sorpresas, sino los sorprendidos”. Y esa es la lección fundamental del caso Juanito. Es decir, el fenómeno sorprendió más a una sociedad hambrienta de espectáculo, de circo, de “chunga”, que al propio jefe delegacional de Iztapalapa. Y sólo los despistados se creyeron el cuento de que Rafael Acosta se enfrentaría al poder de AMLO y de Marcelo Ebrard; a la mafia amarilla que ha hecho de Iztapalapa su mayor botín político.

Detrás del espectáculo mediático, del ridículo que mostró a AMLO en su plenitud de líder autoritario, del Juanito que ya despachaba como jefe de gobierno y hasta candidato presidencial, no existía otra cosa que una estratagema para elevar el costo de la decisión del comerciante ambulante. En realidad Rafael Acosta engañó a muchos con la vedad.

Durante semanas gritó a los cuatro vientos, dijo a todo el que quería escucharlo, que él sólo pedía la mitad de las posiciones de la delegación Iztapalapa, para “mi gente”. ¿Cuál era el mensaje detrás de ese grito? El mensaje que entendió a la perfección el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard: “En política es barato lo que cuesta dinero. Lo caro es aquello que no se puede comprar con dinero”.

Juanito elevó el costo de su decisión hasta cifras fabulosas. ¿Cuánto costó enfermarlo de dos infartos, amenazas, riesgos...? Compró el mejor seguro de vida: el que se compra con promesas políticas. Y acaso hasta un buen hueso en la bolsa.

El 3 de septiembre, en el blog La otra opinión —de EL UNIVERSAL, claro—, pronosticamos lo siguiente. “Resulta igual de cuestionable y aberrante lo que hizo AMLO —al imponer a Juanito en forma autoritaria—, como lo que hace Juanito, al actuar como un vulgar oportunista. En realidad AMLO y Juanito son tal para cual.

“Por eso nosotros apostamos a que tarde o temprano Juanito será doblado por la fuerza del poder autoritario, nada democrático y hasta fascista del grupo de AMLO. Y claro, a un ciudadano con tan endebles luces y tan frágiles capacidades le ofrecerán otro hueso y se lo tragará competo”. Hasta aquí la cita.

Y en efecto, sólo era cuestión de tiempo. El problema, ahora, es que se acumulan las interrogantes en torno al gobierno de Marcelo Ebrard, que da muestras de eficacia política —como pocos—, pero al mismo tiempo esas muestras lo retratan como un priísta salido de las catacumbas.

Marcelo operó “el maiceo” de cuatro diputados —de Convergencia, PT, Panal y PSD—, para que el PRD lograra la mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa. Y claro, lo logró. Marcelo operó que el Instituto Electoral del DF cometiera una de las peores aberraciones jurídicas, legales y políticas contra dos candidatos ganadores del PAN a dos delegaciones, y lo logró. Y Marcelo se propuso “enfermar” a Juanito, y lo logró. ¿A costa de qué todo ese manejo político altamente cuestionable? La izquierda mexicana no puede seguir tragando esas ruedas de molino.

Como tampoco las ruedas de molino que empujan Los Chuchos en su estrategia de aliarse con el PRI o con el PAN, para sacar del poder a gobiernos azules o tricolores. ¿Esa es la izquierda que pretende llegar al poder en 2012? ¿Con esos métodos nada éticos, nada democráticos, faltos de congruencia y que traicionan los principios piensan llegar al poder?

El caso Juanito, más que un mal chiste de la política y la izquierda mexicana, debe ser una llamada de atención para aquellos que aún creen en la izquierda como alternativa de poder. Lo demás, lo demás está perdido. Al tiempo.

El Universal (Mexico)

 


Otras Notas Relacionadas... ( Records 1 to 10 of 5272 )
fecha titulo
22/12/2014 México: El salpicado
28/11/2014 A acabar con la corrupción y la impunidad política en México
10/11/2014 Mexico - Tsunami de violencia y corrupción
09/11/2014 Reconstrucción de la captura y muerte de los estudiantes de Iguala
08/11/2014 Mexico - Historia de un fracaso
07/11/2014 La economía del crimen en México
03/11/2014 Mexico - El Estado secuestrado
26/10/2014 México: el grito de Iguala
20/10/2014 Violencia mexicana
20/10/2014 Mexico - Un cementerio llamado Iguala


Otras Notas del Autor
fecha
Título
26/10/2019|
04/10/2019|
04/02/2013|
28/02/2012|
28/02/2012|
28/02/2012|
29/03/2011|
25/12/2010|
21/03/2010|
15/03/2010|
26/02/2010|
18/01/2010|
11/10/2009|
31/08/2009|
12/03/2009|
12/03/2009|
03/03/2009|
03/03/2009|
01/12/2008|
01/12/2008|
12/10/2008|
12/10/2008|
10/03/2008|

ver + notas
 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House