Según la más reciente encuesta de Consulta Mitofsky, todos los caminos que conducen a la elección presidencial de 2012, tienen un mismo destino: el PRI. ¿Y por qué el tricolor?

Porque es el partido mejor posicionado, el que tiene menor voto negativo, cuyos precandidatos están mejor posicionados, y porque un priísta es el que encabeza las encuestas. Pero además, porque el 50% más uno de los potenciales electores, dicen que el PRI es el partido que ganará en 2012.

Es decir, asistimos al inexorable regreso del PRI al poder presidencial -luego de una década de perder a manos del PAN-, lo que confirma no el triunfo del tricolor, sino el fracaso del PAN y el PRD como alternativas de poder. En el fondo se podría decir que de confirmarse el regreso del PRI, estaríamos ante el fracaso cultural de la derecha y de la izquierda.

Y para los que tienen dudas, van los números duros. Según el muestreo de Mitofsky, a la pregunta: ¿Qué partido cree que ganará la Presidencia en 2012? El 50.9% dice que el PRI, seguido por el 22.1% que no declaró, el 15% que cree que ganará el PAN y el 9.6% que considera que ganará el PRD.

Luego se preguntó a los potenciales electores. ¿Quién le gustaría que fuera el siguiente presidente? El 24.7% dice que Enrique Peña Nieto, seguido por el 7.1% de AMLO; 3.8%, Fidel Herrera; 2.5%, Marcelo Ebrard y también 2.0% por Santiago Creel. En este rubro, el resto de candidatos tienen menos de 2.0% de aceptación. Respecto a la preferencia electoral sin candidato, el PRI se lleva el 39.0%; el PAN, el 16.4% y el PRD, el 10.8%.

De febrero de 2003 a febrero de 2010, el PRI es el único partido que ha mostrado una tendencia al alza, con una curva ascendente que va de 25.9 de identidad partidista a 37.1, en tanto que el PAN baja de 37.6 a 30.6, y el PRD cae de 22.4 a 16.4. Los números anteriores explican con claridad las razones de la alianza que buscaron PAN y PRD. Es, como es evidente, una estrategia de supervivencia.

También resulta aleccionador el resultado cuando se pregunta: ¿Partido por el que nunca votaría? Nunca votarían por el PRI 19.2%. Es decir, llegarían a votar por el tricolor hasta 80% de los electores potenciales. Nunca votarían por el PAN 28.8% de los electores, y nunca votarían por el PRD, el 40.5%. Lo anterior coloca al PRI como el partido con el rango más amplio de votantes.

Si hoy se enfrentaran Santiago Creel como candidato del PAN, Enrique Peña Nieto como aspirante del PRI y AMLO como abanderado del PRD, Peña Nieto ganaría con 53% de las preferencias, con 14% para Creel y 13% para Obrador. En todas las variables el PRI aparece con una clara ventaja sobre el PAN y el PRD, y cuando se incorpora la variable Peña Nieto, el gobernador mexiquense se coloca notablemente a la cabeza.

¿Por qué razón el regreso del PRI y los niveles escandalosamente altos de Enrique Peña Nieto?

La respuesta se puede resumir en tres palabras; porque fracasaron la derecha y la izquierda. Ésa es sólo la primera parte, porque en efecto, estamos viendo y viviendo el fracaso cultural de la derecha y la izquierda, fuerzas políticas que empujaron la transición, la salida del PRI en el poder, pero también su regreso.

El problema de fondo es que una vez que la clase política pactó la transición democrática -con la gran reforma político electoral de 1996-, no avanzó en la democratización de sus respectivos partidos y menos en la cultura democrática de sus cuadros. ¿Qué quiere decir eso? Que todos los partidos opositores aceptaron la colonización del PRI; lo que llevó a todos esos partidos a la cultura antidemocrática, al grado de que con el paso del tiempo nadie pudo identificar las diferencias -respecto del PRI- de los azules o los amarillos.

Es decir, que el PAN y el PRD fueron víctimas del "síndrome de Estocolmo"; o si se quiere, se enamoraron de su secuestrador, que es el PRI, y del que azules y amarillos se mimetizaron hasta convertirse en clones del PRI, sólo que vestidos de azul y amarillo.

Cuál es hoy la diferencia entre el PRI, PAN y PRD. Hoy son prácticamente lo mismo. Y ése es el gran problema, que para rangos amplios de electores, son la misma porquería el PRI, que el PAN y el PRD. Para efectos prácticos no existe diferencia alguna entre esos tres partidos, porque el PRI los colonizó con lo más cuestionable de sus prácticas.

En sentido contrario, resulta que azules y amarillos no desarrollaron anticuerpos para combatir los ataques de la vieja y nada democrática cultura del PRI. Al final, los virus de la antidemocracia tricolor hicieron estragos en el PAN y el PRD. La cultura democrática de la derecha y la izquierda fue derrotada por lo más rancio de la cultura política del PRI.

Pero sí existe una diferencia entre PAN y PRD, respecto al PRI. Que los dos primeros -la derecha y la izquierda- tienen historia, doctrina, principios que pueden ser rescatados. Pero hoy lo que vemos es que a PAN y PRD sólo les importa el poder por el poder. Y sí, tendremos que esperar el recambio generacional para ver nuevos horizontes. Y si no, al tiempo.