Con el paso de los días se confirma que el Gobierno de López Obrador se parece –cada vez más– al negativo de una fotografía. Es decir, que en su Gobierno todas las imágenes de la realidad se percibe invertidas.
Por eso vemos todos los días a un Presidente y un
Gobierno que son de derecha pero que, en los hechos, se ven a sí mismos como de
izquierda; a un Presidente que pacta con el crimen organizado pero dispersa con
gas lacrimógeno la protesta de alcaldes de todos los partidos; a un Gobierno
que premia a secuestradores de camiones y de personas, con plazas de maestros.
Y en ese México, al revés también vemos que todos los
días el propio López Obrador se niega a sí mismo –niega su historia–, y una vez
convertido en Presidente protagoniza una peligrosa dualidad que contradice y
niega todo lo que prometió el candidato presidencial.
De esa manera resulta que el candidato López Obrador –que
durante décadas se manifestó en plazas y pueblos de todo el país– hoy sería el
crítico más severo de los primeros 10 meses del Gobierno fallido del presidente
López Obrador.
Pero tampoco hay duda que hoy, el presidente López
Obrador habría lanzado gas pimienta a los ojos del activista López Obrador. ¿Y
qué significa ese desfase de la realidad?
Precisamente eso, que el nuevo Gobierno mexicano vive hoy
su propia realidad, alejada de la realidad del país, de los mexicanos y de la
democracia.
Y si aún no se han enterado algunos ciudadanos de la
doble realidad que derrumba a la democracia mexicana, basta ver el cotidiano de
los 10 meses del Gobierno de López Obrador, para entenderlo.
1.- El López Obrador opositor fue el más severo crítico
del Gobierno de Enrique Peña Nieto por deficiencias como la fuga de “El Chapo”.
Hoy, el presidente López Obrador deja escapar a los hijos de “El Chapo”, cuyo
cártel habría financiado su candidatura presidencial.
2.- Por décadas, el López Obrador opositor asaltó de
manera violenta pozos petroleros, plazas como el Zócalo, se apoderó de la
capital del país de manera violenta al decretar el plantón Reforma-Zócalo y sus
protestas nunca fueron dispersadas con gas pimienta. Hoy, el presidente López
Obrador ordenó lanzar gas pimienta a un puñado de alcaldes que exigían diálogo.
3.- Por años, durante los gobiernos de Felipe Calderón y
de Peña Nieto, el López Obrador opositor hizo de la violencia una causa de
incalculable renta política. Propuso llevar a Calderón a juicio ante la ONU,
dizque por militarizar al país, en tanto que a Peña le exigió renunciar por no
poder contener la violencia.
Hoy, el presidente López Obrador militarizó más al país,
no cumplió la promesa de regresar a los militares y marinos a sus cuarteles y
contabiliza más de 31 mil muertes violentas –la cifra más alta de muertos en
toda la historia del país– mientras que en 10 meses de gestión se han disparado
el secuestro, robo con violencia, feminicidios y homicidios dolosos.
4.- A los pocos meses de iniciado el Gobierno de Peña
Nieto, el opositor López Obrador exigió la renuncia del Gabinete económico
porque en ese año el crecimiento del PIB era apenas de 1 por ciento. Hoy, con
el Gobierno del presidente Obrador el PIB previsto para 2019 es de cero y la
economía mexicana está al borde de la recesión, y al opositor ya se le olvidó.
5.- El lema juarista preferido del López Obrador opositor
es el que propone “nada por encima de la ley y nadie fuera de la ley”. Hoy, el
presidente López Obrador ordenó una ilegal y vengativa persecución contra
Rosario Robles, en tanto solapa pillerías de amigos y socios, como Manuel
Bartlett.
6.- Pero la perla mayor se localiza en los libros
“escritos” por López Obrador. Y es que el hoy Presidente no cumple todo aquello
que, como opositor, recomendó.
Por ejemplo, en Fobaproa, Expediente Abierto, el López
Obrador opositor denuncia a Alfonso Romo, como uno de los defraudadores de la
banca. Hoy Romo es el jefe de Gabinete del presidente Obrador. En distintos
libros acusa a Bartlett de malas mañas, a “La Mafia del Poder” y hasta al
presidente Trump. Hoy, el presidente Obrador es aliado de todos ellos.
En los hechos, existen dos personalidades de un mismo
político. Una es la del severo crítico del poder, encarnada en el líder social
López Obrador, y la otra es la personalidad del peor Presidente de México,
evaluación que es posible hacer en solo 10 meses, en los que casi destruye la
democracia mexicana.
Lo cierto es que hoy el mejor contrapeso a los excesos
del presidente López Obrador, sería el líder opositor, López Obrador.
Al tiempo.
aleman2@prodigy.net.mx