Las fiestas que centra el 25 de mayo, que celebran los acontecimientos de 1810, pudieran ser adecuadas para entender mejor los problemas de esta República. En 1910, el panorama era diferente al actual. Precisamente eso es lo que ha presentado en un artículo en La Nación del 14 de mayo, el eminente profesor de Economía de la Universidad de San Andrés, Roberto Cortés Conde. El título ya lo dice todo: «Casi un siglo de caída económica».
Ese trabajo proporciona una visión conjunta de cien años. Pero, ¿y a corto, esto es, ahora mismo, qué sucede? Con todas las salvedades de tener que emplear estadísticas oficiales, cuando su elaborador, el Indec ha sido criticado a fondo por sus manipulaciones por los profesores de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires -véase Clarín de 18 de mayo- , lo que se contempla es un muy débil crecimiento del PIB -un 0,6% en 2009- y una inflación que bordea, si no ha llegado ya, los dos dígitos, pues en marzo era del 9,7%. Pero simultáneamente se ha desatado una fortísima carrera precios-salarios. El mismo 18 de mayo, el país se conmovió como consecuencia del convenio que aumentaba en el sector de la industria de la alimentación, los salarios en un 35,2%. Así se confirmaba, no sólo una carrera alcista de salarios, sino una repercusión forzosa en precios, a más de una fuerte crisis política que amenaza al jefe de la CGT, Moyano, kirchnerista, aumentando la tensión entre los diversos gremios sindicales.
El dirigente de la célebre Fundación Mediterránea -de donde saltó a la política Cavallo Esteban Dómina- señalaba en la revista Fortuna el 27 de febrero lo necesario de «una política prudente en lo monetario, y no planteada de manera artificial, porque eso lo realimenta». Pero, además, un editorial de La Nación del 18 de mayo, titulado «Un fracaso que no es casual», llegaba a aludir a las consecuencias económicas de «los grandes escándalos de corrupción del kirchnerismo, como la mafia de los medicamentos y el presunto enriquecimiento del ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime», y que eso explicaba «la pasividad» de esta Administración ante el «lavado del dinero»
Y, quizá como réplica ante este panorama, un intento de conversión de los bonos impagados en otros ya normales, ha fracasado. Todo esto complica por momentos el mercado financiero argentino, pero no solo al financiero. En los años 60, la cabaña ganadera argentina, los famosísimos herederos de las vacas, que el navarro Gaete llamó a la Pampa, era de 60 millones de cabezas y la brasileña de 50 millones y de peor calidad. Ahora los brasileños dominan el mercado con 200 millones de cabezas, y Argentina, sólo tiene 50 millones.
Todo esto mientras se expoliar los fondos de los pensionistas, o se observa que cae verticalmente la inversión extranjera en el país. Y con ese panorama económico y jurídico ahora se ha interpuesto por el fondo NML-Elliott una acción contra la Presidenta y otros altos funcionarios, por la cuestión de la deuda, demanda ante un juez de Nueva York, En La Nación del 20 de mayo bajo el título «Piden embargar fondos de todo el Gobierno», se finaliza el artículo así: «Aunque NML no gane, ya logró colocar otra piedra en el zapato del Gobierno».
Cristina Kirchner, con esta desvetebración económica de su país, y estos problemas jurídicos, ¿era la persona indicada para dar en España consejos económicos y jurídicos?
