La pregunta no tiene nada de disparatada, teniendo en cuenta sus sorprendentes acusaciones y denuncias:

''Este país ha estado lleno de locuras burocráticas, de despilfarros como sucedió en los años en que recibíamos de la Unión Soviética 14 millones de toneladas anuales de petróleo'', afirmó Castro con tono severo en uno de sus últimos discursos.

Parece que el dictador cubano olvidó una vieja máxima de dirección que afirma: el jefe delega autoridad, pero no responsabilidad. Dicho de manera directa, si el país está lleno de ''locuras burocráticas'' y ''despilfarros'', el primer responsable es, sin dudas, el Primer Secretario del Partido, el Presidente del Consejo de Estado y El Comandante en Jefe del país.

Castro, sin embargo, achacó a otros la responsabilidad del caos económico y social que reina en la isla y arremetió contra unos supuestos ''nuevos ricos'', a los que no identificó; y contra una supuesta ''nueva clase'', que existe en el país.

''Tenemos una nueva clase'', ''apareció una nueva clase'', repitió el miércoles Castro antes de preguntarse: ``¿Cuántos viven en Cuba sin trabajar? Todo el mundo sabe que quienes viven mejor en Cuba son los que trabajan menos''.

Luego de explicar que la ''revolución socialista'' cubana ''logró una igualdad real, desconocida hasta ahora en la relativamente breve historia de la humanidad de los últimos 4,000 a 5,000 años'', el dictador cubano la emprendió contra los que trasiegan en el mercado negro; y contra los que, segun dijo, derrochan los recursos del Estado.

''No hay cultura económica en nuestro país: la gente no sabe de dónde viene el dinero'', se lamentó Castro.

La ''guerra'' anunciada por Castro comenzará el próximo 7 de diciembre y los primeros disparos ya se produjeron, decretando aumentos de hasta el 300% en las tarifas eléctricas, amenazando con nuevos impuestos a las remesas familiares y medidas similares. Claro, para ''compensar'' en algo el impacto, también se anunció un modesto aumento del salario mínimo de las pensiones a los jubilados y de los beneficiarios de la seguridad social.

Por su parte las organizaciones de la disidencia interna que integran el Arco Progresista criticaron las medidas anunciadas por el gobierno, calificándolas de ``inédita y extraña campaña anticorrupción que está tocando a toda la sociedad''.

En declaraciones formuladas en La Habana, el portavoz del Arco Progresista, Manuel Cuesta Morúa, manifestó que en Cuba existían diferentes tipos de corrupción: ``la corrupción de sobrevivencia, que implica a la mayoría de los ciudadanos; la corrupción especulativa, que genera mafias organizadas; y la corrupción de élite, que se crea en torno a los privilegios discrecionales y políticamente otorgados por el poder''.

``La única manera de emprender una lucha contra la corrupción, que por su carácter, extensión y arraigo social no será fácil ni en éste ni en próximos gobiernos es mediante reformas que eliminen sus causas, dijo Cuesta Morúa. "El ciudadano que necesita alimentar a su familia no puede ser confundido con aquel que privatiza ilegalmente los bienes de la sociedad, ni mucho menos con quien goza de un bienestar como beneficiario del poder", añadió.

Al precisar el carácter de las reformas que urge poner en práctica en la isla, el opositor señaló, ``la liberación y legalización de la iniciativa individual de los cubanos, la reestructuración de la economía sobre bases productivas que permitan la adecuación del salario a la creación de riquezas, y una redistribución equitativa del bienestar creado''.