Alemania reaparece en Europa como líder y país de referencia por eficacia económica. Tras una década perdida, con estancamiento económico, riesgo de recesión y dura asimilación del Este, pasó a enfrentar con éxito razonable la crisis actual, tras las reformas sociales abordadas por el anterior gobierno socialdemócrata.
Y ahora, con Merkel, Alemania dispone de fortaleza para imponer condiciones. Alemania creció algo menos del 2% de media anual entre 1983 y 2009, frente a casi un 3% de España. Pero las diferencias siguen siendo rotundas a favor de Alemania.
El 2009 el PIB alemán cayó casi un 5%, sin producir estragos en el empleo, 45.000 puestos de trabajo perdidos. El 2010 ha crecido más del 3,5% con aumento de 200.00 empleos. En España los datos son diferentes: caída del PIB del 3,7% en 2009, que se llevó por delante 1,2 millones de empleos. Y estancamiento del PIB durante 2010, con pérdida de unos 200.000 empleos. En dos años Alemania aumenta empleo, España pierde 1,2 millones de nóminas.
Son datos como para entrar en los detalles. Alemania pierde PIB con muy escaso impacto en el número de empleos. La explicación reside en el sistema de contratación y en las oportunidades para ajustar condiciones de trabajo a la coyuntura. Los alemanes, sus sindicatos y patronales, prefieren sostener empleo a incrementar salarios; ajustar jornada a recortar plantillas. Y prefieren asumir temporalidad y bajos salarios a mandar gente al paro y al subsidio.
Una lección para aprender y copiar; defender el empleo debe ser la prioridad; no prejubilar, indemnizar, despedir y subsidiar…. Que es una fatal elegancia de nuevos ricos. Indemnizar mandando la gente a casa, fuera del sistema productivo y con decreciente empleabilidad es un desperdicio, una estupidez y un atentado social. ¿Estarán locos estos españoles que tanto y tan mal despiden?