Es conocida la proposición de que no hay viejos y nuevos sectores, sino empresas bien gestionadas con futuro y mal gestionadas sin presente. Warren Buffett, probablemente el mejor inversor de las últimas décadas, explica que conviene invertir en lo conocido, en lo que se entiende y ya es rentable o puede serlo con una gestión adecuada.
Ahora anuncia que su grupo inversor, Berkshire Hathaway (un nombre con resonancia textil) que canaliza el ahorro de miles de inversores comprará una compañía ferroviaria (Burlington Northern Santa Fe) valorada en 44.000 millones de dólares.
Buffettt ya disponía de un 22% de la compañía y por tanto cuenta con información y criterio a la hora de valorar la operación. Es la adquisición más importante de las realizadas por Berkshire, que ofrece pagar parte en acciones y parte en dinero líquido obtenido de las propia caja de la compañía compradora y de créditos.
Durante la fase crítica de la reciente crisis financiera Buffett adquirió importantes paquetes de acciones de Goldman Sachs y General Electric, dos de las principales compañías de Wall Street.
El argumento de Buffett para explicar su operación de hoy es simple: si la economía norteamericana prospera necesitará buenas compañías ferroviarias que trasportar bienes de un lado a otro, «la prosperidad futura del país depende de la existencia de un buen sistema ferroviario».
Quizá lo más relevante de esta inversión es la propia operación, la confianza en el futuro que revela por parte de comprador y vendedores que tras una breve reunión del consejo que no llevó un cuarto de hora aceptó la oferta y se comprometió a trasladarla a su junta general para su inmediata aprobación.
Momentos de recesión ofrecen buenas oportunidades para comprar con posibilidad de buenos rendimientos. ¿Que negocios en España se parecen a esos ferrocarriles?