Independientemente del resultado de las elecciones de este domingo, no está claro el rumbo que seguirá Perú. El lunes anterior, la Bolsa de Valores de Lima (BVL) cayó 5.17% (aunque el martes ya se recuperó 1.6%) debido, según los expertos, a una pequeña subida en las encuestas del candidato “nacionalista” Ollanta Humala, frente a la continuidad del modelo económico que, supuestamente, defendía la aspirante conservadora, Keiko Fujimori. Aunque los dos candidatos llegaban empatados al balotaje, Humala genera resistencias entre los inversionistas porque ha propuesto cambios en el modelo de libre mercado vigente en el país desde 1990. Según los analistas, la inestabilidad financiera y la volatilidad bursátil podrían persistir hasta que el nuevo presidente asuma el poder, el 28 de julio.
“Si Humala gana, el lunes va a haber serias presiones de volatilidad
financiera en la bolsa y en el tipo de cambio”, decía un destacado analista de
la consultora Macroconsult, una de las más influyentes de Perú. Aunque Ollanta
moderó su propuesta de cambiar “sustancialmente” el modelo económico durante la
campaña para el balotaje, desde que ganó la primera vuelta con el 31% de los
votos, la incertidumbre que genera el futuro político de Perú se ha concretado
en un congelamiento de nuevos proyectos de inversión por unos $3,000 millones
(el 10 % de la inversión anual), según la consultora Apoyo.
De acuerdo con cifras de la BVL, en lo que va del año, por las elecciones en
el mercado bursátil se perdieron $6,000 millones. “Con Keiko Fujimori no habría
volatilidad financiera, pero sí política”, aseguró un analista recordando que su
padre, Alberto Fujimori, lesionó la democracia y está condenado a 25 años de
prisión por violaciones de los derechos humanos durante su gobierno. Según otro
analista, en el caso de que hubiera triunfado Humala, “debería hacer lo que hizo
Lula, que se ganó la confianza de los mercados recién cuando nombró a un
banquero de inversión en el Banco Central y a una persona conocida por su
ortodoxia y austeridad al frente del Ministerio de Economía”.
El apoyo de Mario Vargas Llosa a Ollanta o, más
bien, su oposición a Keiko, a quien acusa de ser la continuidad de su padre,
llegó al punto de cancelar sus colaboraciones con El
Comercio, el diario de mayor difusión en Perú, en protesta por lo que
consideró “una manipulación de la información” en favor de la candidata
conservadora. “El periódico... viola las más elementales nociones de la
objetividad y la ética periodística”, sostuvo en una carta enviada al director
del diario.
Quién sabe, quizás tenía razón don Mario al apoyar a Ollanta. Me recuerda a
la Argentina anterior a Carlos Menem, casi al borde de la guerra civil por el
odio visceral entre el peronismo, de origen fascista pero infiltrado por
marxistas, y el antiperonismo. Antes de las elecciones el liberal Álvaro
Alsogaray aseguró que si Menem le ganaba las elecciones presidenciales al
candidato del social demócrata Partido Radical, se iría del país porque el caos
sería insostenible.
Ganó Menem y, para sorpresa de todos, realizó uno de los gobiernos más
liberales que se recuerda y Alsogaray no solo no se fue, sino que colaboró mucho
con el gobierno menemista, que, además, así logró terminar con esta división
visceral entre peronistas y anti.
Moraleja: para bien o para mal, a los políticos hay que aplicarles aquello de
ver para creer.
Miembro del Consejo
Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland,
California.