Por entonces yo era estudiante del colegio secundario. La fuerza de esta inyección de “memoria colectiva” que daba el kirchnerismo a las jóvenes generaciones −que paradójicamente no tenían nada para recordar pues no habían vivido aquella época− se sintió de forma espectacular en el marco de un sistema educativo que se puso al servicio de la desinformación y la mutilación histórica.

Así nacieron mis inquietudes por una década que, si cronológicamente formaba parte del pasado, políticamente encarnaba el presente. Estas inquietudes nacieron como una reacción frente a un relato que, en virtud de sus inconsistencias históricas y reduccionismos burdos, olía a embuste.

En el marco de mi paso por el colegio secundario empecé a estudiar intensivamente la década del ’70. A los 18 años, ingresando a la Universidad, decidí empezar a escribir un libro que refutara una a una todas las patrañas que los apologistas del terrorismo marxista habían diseminado a través de la educación y los medios de comunicación, siguiendo las instrucciones ya no del marxismo-leninismo como en otrora, sino del gramscismo.

Cuatro años más tarde, tras mucho esfuerzo y dedicación, el libro por fin vio la luz. Al cabo de pocas semanas se agotó por completo, tras estar en importantes rankings (como el de Cúspide) entre los más vendidos de su rubro.

Los mitos setentistas es un libro tan combativo como documentado, que revisa, refuta y desacredita de cabo a rabo todos y cada uno de los mitos que la agobiante historieta oficial impuso sobre los años ’70 en Argentina.

Entre los muchos fetiches que el libro desmonta, se confirma y demuestra que lo vivido en los ’70 efectivamente fue una guerra de características irregulares entre las Fuerzas Armadas de nuestro país y organizaciones terroristas apoyadas y entrenadas por el aparato represivo de Cuba, cuyos objetivos no fueron la promoción de un “mundo mejor” sino la instauración de la misma dictadura del proletariado que acabó con la vida de 100 millones de personas en el Siglo XX.

La formidable capacidad de fuego que tenían el ERP, Montoneros y estructuras afines, a diferencia de lo que sostienen las falacias institucionalizadas, fueron de dimensiones alarmantes. Tanto es así, que las bandas guerrilleras hubiesen podido ganar la guerra y alzarse con el poder del Estado de no ser por el rechazo que padecieron por la mayor parte de la sociedad, la cual al mismo tiempo apoyó decididamente a las Fuerzas Armadas.

En la guerra contra el terrorismo se cometieron errores y horrores condenables desde todo punto de vista. No obstante, éstos no incluyen en absoluto la cifra de 30.000 desaparecidos ni un plan sistemático de exterminio de “jóvenes idealistas”, sino de verdaderos terroristas que cometieron 21.644 atentados entre 1969 y 1979.

Veinticinco son, en total, las mentiras fundamentales sobre los años ’70 que Los mitos setentistas refuta con una gran variedad de documentación de la época y testimonios de los propios guerrilleros. El rigor del trabajo investigativo está dado por 700 citas de documentos en las 250 páginas que componen el libro.

Tras encontrarse totalmente agotado en el mercado desde hace algunos años y ser constantemente demandado, en un esfuerzo acompañado por el Centro de Estudios LIBRE hemos lanzado una reedición exclusiva y limitada de “LOS MITOS SETENTISTAS – Mentiras fundamentales sobre la década del ’70″.