Este fin de semana, quien pasee por la noche frente a la gigantesca cúpula de vidrio del Grand Palais, en la arboleda que culmina los Campos Elíseos, podrá escuchar, si aguza el oído, un melódico: «19 horas, el dedo en el gatillo, el pasamontañas en la cabeza [...] aquí cada uno se las apaña para conseguir pasta». Los autores de esta canción, los raperos 113, son uno de los siete grupos acusados por 207 parlamentarios conservadores de haber contribuido, con sus letras antisistema y violentas, a la ola de disturbios y enfrentamientos con la Policía que provocó miles de detenciones en los suburbios de Francia, en noviembre de 2005.  

Quien ha invitado a 113, junto a otros grupos punteros del hip-hop francés, es el Ministerio de Cultura. Que ha decidido ceder el decorado palaciego del Grand Palais para la primera gran exposición de culturas urbanas, cuando se cumple un año de la citada revuelta. En los dos conciertos programados, bautizados por el «chiraquiano» y titular de Cultura, Renaud Donnedieu de Vabres, saltarán además al escenario muchos artistas que han protagonizado feroces ataques dialécticos contra el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy.

Una motivación pública   

Diam’s, una de las cantantes preferidas de los jóvenes galos, y estrella de los conciertos de este fin de semana, lanzó en directo, en un escuchado programa de radio, un ya célebre «Fuck Sarkozy» (Que le den a Sarkozy) antes de mostrar sus simpatías por la favorita socialista, Ségolène Royal.   

Algunos de estos raperos ni siquiera esconden la verdadera motivación del concierto. «Me parece perfecto que sea la derecha la que financie nuestra campaña anti «Sarko» (apodo con el que se conoce en Francia a este dirigente), reconoció ayer Sefyu Molotov, que cantará hoy en el Grand Palais y que proviene del distrito 93, al norte de la capital, donde estallaron los primeros disturbios y enfrentamientos con la Policía hace un año.   

Un contrasentido que ha sido interpretado como una nueva maniobra del sector «anti sarkozysta» de la derecha gala para dañar al favorito para las elecciones presidenciales de 2007. El diario «Libération» sospecha que se trata de una «maniobra de desestabilización» contra el presidente de la UMP, organizada por el tándem compuesto por el presidente, Jacques Chirac, y el primer ministro, Dominique de Villepin, y se permite asegurar que Donnedieu de Vabres «disfrutará con las coplillas contra Sarkozy». Ante la cercanía de los comicios presidenciales (que se celebrarán en mayo), el presidente y el primer ministro intentan rebajar la popularidad de su rival por todos los medios, para intentar que no pueda ser nombrado en enero candidato único del centroderecha.   

El pulso entre el líder de la derecha gala y los cantantes de rap y hip-hop, el estilo de música más escuchado entre los jóvenes, viene de largo, y se agravó después de que Nicolas Sarkozy criticase, durante los difíciles días de la revuelta de las barriadas, y llamase «gentuza» a quienes destrozaban el mobiliario urbano y atacaban a las fuerzas del orden. Desde entonces, el ministro del Interior debe escuchar asiduamente los vituperios de estos grupos, que esgrimen la denuncia social y la apología de la violencia como santo y seña. El semanario «L’Express» los ha bautizado como la «Rapublique» francesa.   

Sarkozy ya ha obligado a varios de ellos, como NTM y Sniper, a visitar los tribunales, y se plantea denunciar a otros, como Alibi Montana. Originario de Haití, este rapero le dedicó una amenaza directa al presidente de la UMP en su ultimo disco: «Sigue con tu pulso y vas a conseguir que te acribillen». Montana, que vive en una barriada de La Courneuve, otro de los epicentros de los disturbios de 2005, pasó más de tres años en la cárcel tras ser condenado por intento de homicidio.   

Atacar a Sarkozy parece haberse convertido en un acto de promoción para alcanzar el éxito. Pero no sólo los cantantes hip-hop tienen al ministro del Interior como blanco. El ex tenista y ahora artista Yannick Noah llegó a asegurar que si Nicolas Sarkozy ganaba las elecciones, se iría de Francia. Ahora ha dado marcha atrás, pero ayer volvió a la carga contra su bestia negra: «Él no ve la vida como yo. Es amigo de los ricos y se ocupa de ellos. Los demás le dan igual». También Renaud, noto representante de la canción francesa de los últimos 20 años, ha echado leña al fuego cantando «Ella es facha y vota por Sarko» en uno de los temas de su último disco.  

Rebeldes sin causa   

En el mundo del rap, el líder conservador sólo tiene un amigo, «Doc Gyneco». Un artista que ofrece una versión particular de este fenómeno: «Hoy basta declararse contra Sarko para ser aplaudido. Es un truco de rebeldes sin causa. Más les valdría ir a distribuir panfletos a la salida de un mitin del Frente Nacional. Si tuviera que escoger un partido político, elegiría uno de derechas. En esta época, la izquierda ha perdido su lugar».   

En «Rue», nombre de la muestra del Grand Palais, no sólo habrá conciertos. También cabrán espectáculos de fútbol y basket de calle, campeonatos de bicicletas BMX, bailarines de break-dance, pinchadiscos y especialistas del grafitti urbano. Un revoltijo poco habitual en el edificio que albergó la Exposición Universal de 1900.   

La osadía no ha gustado ni siquiera en los círculos más vanguardistas. El periódico «Libération» considera que mejor haría el Gobierno francés en mejorar, con los 800.000 euros de presupuesto, las infraestructuras de los barrios más deprimidos. «¿Conmemorar las revueltas es la mejor forma de evitar que se reproduzcan?», se preguntaba ayer, irónicamente, el editorial de este periódico.