Ni siquiera ha pasado un mes desde que accedió al cargo y el primer ministro de Japón, Yukio Hatoyama, ya se halla en el ojo del huracán de un presunto escándalo de financiación irregular. El caso inquieta a los japoneses, que confiaban que el nuevo gobierno impondría una nueva forma de hacer política y de gestionar el dinero público. El asunto puede acabar de hundir la confianza de la población en su clase política.

El escándalo viene de lejos, pero le ha estallado ahora en las manos al premier japonés cuando ya pensaba que estaba archivado. Se trata de un caso de falsas donaciones relacionadas con un fondo de financiación política afín, según la prensa nipona. En Japón, la ley impide a los políticos y a sus comités de apoyo recibir dinero, aunque sí pueden hacerlo sus partidos políticos. Una situación que ahora podría afectar a Hatoyama.

Las investigaciones comenzaron después de que un grupo de ciudadanos presentara en julio una denuncia acerca de que en las listas de donantes de este fondo, llamado Yuai Seikei Konwakai (Asociación Fraternal de Política y Economía), figuraban 90 identidades falsas, entre ellas las de algunos difuntos.

Pocos días antes de esta denuncia, Hatoyama, que entonces se estrenaba como presidente del Partido Democrático de Japón (PDJ) y candidato al cargo de primer ministro, había admitido que había 192 irregularidades en las listas de donaciones entre el 2005 y el 2008, por valor de 21,77 millones de yenes (165.648 euros). Explicó que las irregularidades eran culpa de su ya ex contable y aseguró que el dinero procedía de su fondo personal. Los Hatoyama poseen una de las mayores fortunas del ámbito político japonés.

Pero el problema para el premier nipón es que cuando dio estas explicaciones ya había salido a la luz que el grupo se había aprovechado de unos supuestos beneficios fiscales relacionados con las falsas donaciones.

Para esclarecer el caso, la Fiscalía de Tokio ha abierto una investigación para averiguar el origen del dinero y si este benefició de algún modo a Hatoyama. Los investigadores han optado por indagar sobre las donaciones individuales a la sociedad Yuai Seikei Konwa-kai entre los años 2003 y 2008, que sumaron 250 millones de yenes (1,9 millones de euros), según la agencia Kyodo.

Por el momento, Yukio Hatoyama ha optado por el silencio. Una actitud que ha sido criticada por los principales medios de comunicación. "Hatoyama debe dar explicaciones sin tratar de huir", señalaba ayer en su editorial el Mainihi Shimbun,que apuntaba que "este caso podría ser el talón de Aquiles del Gobierno de Hatoyama". Y en parecidos términos se expresaba un día antes el Asahi Shimbun,que señalaba que "Yukio Hatoyama debe dar explicaciones antes de esperar a los resultados de las investigaciones".

La denuncia contra el primer ministro japonés viene precedida por el escándalo de financiación ilegal en el PDJ, que provocó la dimisión de su entones presidente Ichiro Ozawa en mayo. Este caso se llevó por delante al secretario y responsable de contabilidad del comité de apoyo de Ozawa, Takanori Okubo, acusado de ocultar el origen de 35 millones de yenes (266.259 euros) en donaciones no declaradas de la constructora Nishimatsu.