A muerte. Así han sido las primeras condenas por los disturbios interétnicos que sacudieron en julio a la región china de Xinjiang, que dejaron casi 200 muertos y más de 1.700 heridos.
Según informaba la agencia estatal de noticias Xinhua, el Tribunal Popular Intermedio de Urumqi -capital de esta provincia situada a más de 4.000 kilómetros de Pekín- condenó ayer a seis procesados a la pena capital y a uno más a cadena perpetua, que se librará de ser ejecutado por haber confesado sus crímenes y delatado a sus cómplices.
Los siete tienen nombres uigures, la etnia autóctona de esta región rica en petróleo y gas natural que habla una lengua emparentada con el turco, profesa el islam y ansía la independencia.
A tenor de la sentencia, todos ellos han sido condenados por matar a chinos de la etnia «han», la mayoritaria en el
país y que ha colonizado la región, durante la revuelta que se desató en Urumqi el pasado 5 de julio.
Entre los condenados destaca Abdukerim Abduwayit, quien, según el fallo judicial, asesinó a cinco inocentes con un puñal e incendió un edificio del centro de la ciudad, obligando a saltar por las ventanas a 13 personas. Otro de los condenados ha sido Abdulla Mettohti, quien quemó una tienda donde se habían escondido cinco personas, que fallecieron abrasadas por las llamas.
Alim Metyusup y Tayirejan Abulimit fueron sentenciados por asesinar a tres personas y herir gravemente a una cuarta, además de robarles a sus víctimas los teléfonos móviles. Algunos procesados también han sido acusados de robos e incendios, cuyos daños causaron grandes pérdidas económicas.
Continúa la tensión
Mientras el Congreso Mundial Uigur, en el exilio, ha criticado la poca transparencia de este proceso judicial, continúa la tensión en Xinjiang donde en los últimos meses se han registrado ataques con jeringuillas contra los «han» perpetrados por los uigures.
Esta región ocupa tres veces la superficie de España y resulta de vital importancia geoestratégica para China no sólo por sus importantes recursos naturales, sino también por sus fronteras con Rusia, Mongolia, Afganistán, Pakistán, India y varias ex repúblicas soviéticas de Asia Central.
De los 718 detenidos por los disturbios, la Fiscalía ya ha procesado a 21, que serán juzgados en próximas sesiones mientras Urumqi continúa tomada por el Ejército para impedir nuevos incidentes.
