El candidato por el Partido Verde, al que los sondeos dan sólo un 1% de los votos, critica al PT por su falta de sensibilidad hacia los temas ecologistas.
Al igual que Marina Silva, el candidato a la presidencia Eduardo Jorge abandonó el Partido de los Trabajadores de Lula y Dilma en busca de otro más preocupado por el medio ambiente. Antes de eso, fue detenido dos veces durante la dictadura por su participación en alborotos en las filas del Partido Comunista. Licenciado en medicina, representa hoy al Partido Verde. Durante la campaña, ha sido uno de los candidatos más incisivos en los debates y ha ofrecido un verdadero show en las redes sociales, donde retuitea los 'selfies' que le mandan sus fans y responde a casi todos con humor. Pese a todo, es el único candidato que reconoce con franqueza que no pasará a la segunda vuelta de las elecciones.
- ¿Por qué pese a ser tan elogiado en las redes sociales y contar con tanto apoyo de los jóvenes, las encuestas sólo le dan un 1%?
- El Partido Verde es un partido de vanguardia y no hegemónico. Nuestro paradigma es el ejemplo alemán, que es el más organizado, y que con el 7 u 8% de los votos consigue influir en la política. Se trata de tener un partido estructurado, con capacidad técnica y también de diálogo con jóvenes, sindicatos y otros colectivos, que puede conversar o pactar con conservadores o socialistas si están abiertos a nuestras propuestas, aunque somos críticos con unos y con otros.
- En términos medioambientales, ¿cuáles son sus prioridades?
- Queremos cambiar la matriz energética, hoy basada en combustibles fósiles. Para conseguir que no se pase de la crisis ambiental al desastre ambiental y mantener los dos grados centígrados de calentamiento global hasta final de siglo, habría que reducir en dos tercios la explotación de combustibles fósiles. Somos el único partido que ha criticado la extracción del presal [petróleo hallado en altas profundidades marinas], porque extrayendo petróleo a un ritmo mucho mayor del que el país aguanta estamos envenenando a las personas. También queremos una reforma agraria que camine hacia a una agricultura más orgánica y familiar. Al Partido de los Trabajadores y a Lula el medio ambiente no les interesa lo más mínimo, lo consideran preocupaciones de burgués.
- ¿Por eso abandonó el partido en 2003?
- No, fue por una cuestión más filosófica, cuando empezó a estar más preocupado de la propia cúpula que del bien del pueblo, con cierto espíritu bolchevique.
- También Marina Silva abandonó el partido en 2008. ¿Cómo es su relación con ella?
- Éramos de la misma corriente, fundamos un grupo llamado Democracia Radical que quería democratizar el partido y criticar sus reminiscencias leninistas, trotskistas y estalinistas, aunque no lo conseguimos. Pero salimos por motivos diferentes, ella más por la cuestión ambiental y yo porque buscaba una respuesta postcapitalista y postsocialista que encontré en este partido. Nunca tuvimos, de todos modos, una relación estrecha.
