Pero los precios del oro negro han disminuido en un 65 por ciento desde su último  incremento en julio del año pasado, contrayendo ampliamente las entradas y haciendo que el crecimiento económico venezolano bajara a un 4,8 por ciento, después de haber alcanzado casi el doble (8,4 por ciento) en 2007.

Los altos precios del petróleo alimentaron excesos durante años, y le permitieron a Chávez financiar proyectos de gasto social que a su vez le dieron réditos en varias elecciones. Desde el 2003, Venezuela no había presentado  déficit fiscal.

Según el Presidente, las medidas son una vacuna anticrisis. Pero la oposición asegura que las medidas no solucionarán el problema y que empobrecerán a los venezolanos.

El paquete de ajuste incluye un recorte de 6,7 por ciento en el presupuesto fiscal de 2009 y un alza de tres puntos en el IVA (del 9 al 12 por ciento). En su alocución semanal, el Presidente aseguró que triplicará este año el endeudamiento interno y lo llevará al equivalente de 15.800 millones de dólares, evitando así un mayor endeudamiento externo, actualmente del orden de 30.000 millones de dólares. Según Chávez, la reducción del presupuesto fiscal de 77.900 a 72.738 millones de dólares demandará, entre otras cosas, una estricta ejecución del gasto público para lo cual será necesaria la inmediata eliminación de cualquier gasto suntuario del Gobierno, lo que incluirá vehículos de ejecutivos, remodelación de mobiliarios, nuevas sedes, publicidad y propaganda e, incluso, regalos corporativos y misiones de funcionarios al exterior no necesarias.

Chávez aseveró, como lo había prometido, que aumentará el salario mínimo en un 20 por ciento, y defendió los desembolsos para salud, educación y programas sociales asegurando que no cambiará los 100 billones de dólares prometidos para proyectos de infraestructura y desarrollo en los próximos cuatro años.

Con estas disposiciones es posible que haya un aumento en la ya alta inflación venezolana, que alcanzó un 29,5 por ciento en Caracas en febrero del año en curso, convirtiéndose en la más alta de Latinoamérica. Y la perspectiva es que será superior al 30 por ciento a lo largo de 2009, con lo cual el 20 por ciento de aumento en los salarios resultará insuficiente.

De allí que sus opositores digan que se trata de una cortina de humo, maquillaje para desviar la atención pública de los problemas del país. Las medidas serán fácilmente aprobadas por el Congreso que está en su mayoría a su favor, y es probable que cumplan su objetivo en el corto plazo. Falta ver sus efectos políticos sobre un régimen que, hasta ahora, se ha sostenido gracias al apoyo de las clases medias al Presidente. Y esos sectores, precisamente, serán los más golpeados con la reciente apretada de cinturón.