El Parlamento celebra su plenario bajo presidencia de Raúl Castro y sin Fidel.El Gobierno impulsará el trabajo por cuenta propia y así recolocará a parte del millón de empleados "sobrantes".Raúl Castro alude a la "generosidad" con los presos, pero avisa que "no habrá impunidad para los enemigos de la patria".
El
Gobierno cubano quiere quitarse algunos pesos de encima y para ello estudia
arrendar pequeños negocios a quienes ahora trabajan en ellos por cuenta del
Estado. Pero el Ejecutivo de Raúl Castro descarta realizar "reformas"
hacia una economía de mercado. Lo dijo ayer el ministro del ramo, Marino
Murillo, a poco de iniciarse el primero de los dos plenarios anuales del
Parlamento. La sesión se celebró sin la presencia de Fidel Castro, diputado y
jefe del PC, pese a su recientes apariciones públicas y a su afirmación de que
está "totalmente recuperado" de la enfermedad que lo alejó del mando
hace cuatro años.
El
Estado "no puede ocuparse de todo" en Cuba, sino "de las cosas
más importantes", explicó Murillo. Por eso el Gobierno estudiará y
regulará "con mucha calma" la cesión de ciertos establecimientos de
servicios, en régimen de arrendamiento a sus empleados. De ese modo, fomentando
el trabajo por cuenta propia mediante la concesión de licencias vedadas tras
una primera apertura en los años 90, el régimen facilitará la recolocación de
parte de los más de un millón de empleados estatales "sobrantes": el
otro gran reto que Raúl Castro se ha propuesto afrontar.
La idea
ya está en marcha de manera experimental en el sector del taxi y en las
peluquerías de menor tamaño, cuyos responsables trabajan desde hace tres meses
por cuenta propia a cambio de pagar una renta, impuestos y cuotas de seguridad
social en vez de cobrar un salario estatal. El ministro de Economía cree que
dicho mecanismo debe extenderse a otros ámbitos, pero sin prisa ("no
tenemos ningún derecho a equivocarnos", argumentó). Y sin que nadie pueda
hablar de concesiones al capitalismo.
"Se
aligerarán un grupo de cosas del modelo económico", dijo. "Pero no
vamos a entregar la propiedad", precisó. "No se puede hablar de
reformas sino de una actualización del modelo económico cubano"; de una
puesta al día, subrayó, en la que "van a primar categorías económicas del
socialismo, no el mercado".
El
ministro parecía casi más interesado en definir lo que el Gobierno rechaza que
en detallar lo que se propone hacer. El mensaje fue: vamos a quitar peso al
Estado a costa de dar juego a la iniciativa privada, pero que nadie piense que
estamos cediendo terreno al capitalismo. El ministro, uno de los colaboradores
de la máxima confianza de Raúl Castro, pronunció otra frase clarificadora
cuando alguien le preguntó si el Gobierno imitará los sistemas chino y
vietnamita. Tras insistir en que el modelo cubano es muy singular y por tanto
"no puede copiar lo que hace mucha gente en el mundo", Murillo
advirtió: "No podemos olvidar que el país más potente del mundo es nuestro
enemigo".
El
Parlamento debatió entre otros temas las "quejas y sugerencias de la
población". Los precios y los bajos salarios, las trabas burocráticas para
casi todo, las dificultades para salir del país y los problemas en la vivienda
y el transporte encabezan la lista de preocupaciones de los cubanos.
La
Asamblea Nacional denunció por otro lado las duras condiciones en que está
encerrado uno de los cinco agentes cubanos que desde hace diez años cumplen
condena por espionaje en cárceles de Estados Unidos, Gerardo Hernández: un
asunto del que Fidel Castro habló largamente en su última aparición, el viernes
ante un grupo de estudiantes, cuando dijo hallarse "totalmente"
restablecido de su dolencia.
"Desde
el 21 de julio Gerardo está otra vez en el hueco",decía la declaración
parlamentaria en referencia al traslado de este preso a una celda de reducidas
dimensiones, calurosa y sin ventilación desde la que no puede comunicarse con
el exterior.
En su
discurso final ante el Parlamento, Raúl Castro se refirió por primera vez a la
reciente excarcelación de 21 presos políticos. Dijo que "la revolución
puede ser generosa porque es fuerte", si bien todos esos ciudadanos fueron
condenados por "actuar al servicio de Estados Unidos". Y avisó:
"No habrá impunidad para los enemigos de la patria".