La corrupción sigue afectando a los gobiernos.En menos de tres meses Piñera ha perdido 23 puntos de aprobación. El 65% de los peruanos desaprueba la gestión de Alan García. La popularidad de Piñera se desplomó por el incendio en una cárcel.
Para un
gobernante como José Mujica, que hasta noviembre del 2010 era uno de los más
apreciados en Sudamérica, debe ser desconcertante lo que dicen las encuestas.
Que en menos de tres meses ha perdido 23 puntos en el ranking y que ahora su
nivel de aprobación ronda el 48%, según el sondeo de la agencia Equipos Mori.
Desde
que Mujica llegó a la presidencia, (marzo 2010) la economía uruguaya es de las
que más han crecido en la región, las relaciones de su gobierno con la
oposición son de una armonía sin precedentes y la desocupación bajó en un 8%.
Es
cierto que las huelgas de los trabajadores de la salud y de los recolectores de
basura pusieron de pésimo humor a los uruguayos. Pero, ¿en qué medida Mujica
fue responsable de que los médicos no atendieran o que las calles se llenaran
de desperdicios?
Los
gobernantes de Chile y de Perú deben estar tan desconcertados como el de
Uruguay, ante el veredicto de las encuestas. Bajo el mandato de Alan García, la
economía peruana creció en un promedio de 7.5% anual, siendo una de las menos
afectadas por la crisis global del 2009. Para el año en curso se espera una
expansión similar y un aumento del 4% en las inversiones extranjeras.
Pero
según el estudio de Ipsos-Apoyo, el 65% de los peruanos desaprueba la gestión
de García. "El escándalo de corrupción que involucró a su ministro del
Interior, Fernando Barrios, fortaleció la percepción de que el gobierno que
dirige Alan es sinónimo de corrupción", señala el analista Manuel
Saavedra.
¿Qué se
puede aprender y qué no de estos estudios? "Las agencias y las consultoras
sudamericanas han perfeccionado en gran medida sus métodos de medición. Pero
las encuestas no explican por qué un único caso de corrupción afecta tanto la
credibilidad de un presidente como García y tan poco a la imagen de otro como
Lula, que dejó la presidencia con un 85% de popularidad, pese a los múltiples
escándalos de corrupción que salpicaron su doble mandato", dice a este
periodista, Esteban Santelices, profesor de la Universidad de Córdoba.
Para
este politólogo que lleva 25 años estudiando los vaivenes de la opinión pública
en América Latina, los de la opinión pública del Perú son casi indescifrables.
"Bajo el primer gobierno de García (1985-1990) la inflación alcanzó el
854% y la corrupción era moneda corriente. No obstante, los ciudadanos
volvieron a depositar en él su confianza, en las elecciones del 2005".
Su
antecesor Alejandro Toledo dejó la presidencia en el 2006 con ¡solo un 8% de
aprobación! Sin embargo ¿quién encabeza ahora los sondeos de cara a las
elecciones del 2011? El mismo Toledo. La única conclusión posible es que los
peruanos castigan sistemáticamente a sus gobernantes. O que en ese país los
presidentes están condenados a la impopularidad", ironiza Santelices.
En
Chile, uno de los países con mayor estabilidad política en la región, que
también destaca por la supuesta "madurez cívica" de sus ciudadanos,
la popularidad del presidente Sebastián Piñera creció meteóricamente luego del
rescate de los mineros, en octubre del 2010 y se desplomó en diciembre, después
del incendio en una cárcel que dejó 83 muertos. Desde luego, no fue Piñera
quien planificó y ejecutó el rescate de los mineros ni menos el que prendió
fuego a la cárcel de Renca.
La
popularidad de Evo Morales cayó en picada en diciembre, cuando decidió aumentar
en un 82% el precio de los combustibles y se hundió todavía más al dejar sin
efecto esa medida. En septiembre del 2009, el presidente boliviano contaba con
una aprobación del 79%, mientras que en enero de este año, sólo el 30% de sus
compatriotas apoyaba su gestión.
El
pasado miércoles, al celebrar su quinto año en el poder, Evo le reclamó al
gobierno de Chile que agilice las negociaciones para que los bolivianos puedan
obtener una salida al Océano Pacífico.
"Bastó
con que Morales pusiera el tema del mar sobre la mesa y que sacara músculo
frente los chilenos, para que sus compatriotas lo premiaran con cinco puntos
porcentuales (en la última encuesta de Bolivia Mercados). Si persiste en esa
línea, es posible que hasta le perdonen el gasolinazo", afirma el mordaz
analista Esteban Santelices.