También las drogas de diseño, con nuevas fórmulas que modifican levemente las estructuras moleculares conocidas, están planteando dificultades de detección y fiscalización para los gobiernos, advierte el informe presentado en Viena. El presidente de la JIFE, Hamid Ghodse, cita " el riesgo sanitario que conlleva el abuso de drogas de diseño" para instar a los gobiernos "a adoptar medidas de fiscalización nacional para prevenir su fabricación y tráfico".

En el mismo internet se encontrarían facilmente instrucciones detalladas para su fabricación. La JIFE expresa su preocupación sobre todo por la sustancia conocida como "mefedrona", con efectos análogos a los de la cocaína, la anfetamina y la MDMA (éxtasis), que ha sido causa de numerosas muertes por su abuso en América del Norte, Asia sudoriental, Europa y Oceanía. Otras 15 sustancias en Europa y 51 en Japón están bajo vigilancia por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías.

Ghodse ha conectado las áreas posconflicto con aquellas de fuerte narcotráfico, para establecer un vínculo en la corrupción: "La droga lleva a más corrupción y la corrupción a más narcotráfico", ha dicho a la agencia Efe. En la presentación previa ha destacadao asimismo que "no hay nada más perjudicial para los esfuerzos por frenar el tráfico que los intentos fructíferos de las organizaciones delictivas de intimidar y sobornar a los funcionarios públicos".

Y lo que los criminales no pueden lograr mediante el soborno lo alcanzan mediante la violencia, de modo que funcionarios públicos "sin una protección adecuada, se enfrentan a presiones enormes por parte de la delincuencia, forzados a la elección de ser víctimas de la violencia o sacrificar su integridad y hacerse cómplices". Con frecuencia las colosales ganancias generadas sobrepasan los recursos financieros de las instituciones legítimas.

El informe destaca que la cocaína sigue siendo la droga que más dinero mueve (72.000 millones de dólares anuales), seguido de la heroína (55.000 millones), y el que mayor rastro de muerte deja a su paso hacia los mercados, especialmente en México. La producción mundial se estima en 865 toneladas, de las que unas 500 alcanzan al mercado y unas 360 son decomisadas.

En Latinoamérica ha disminuído en un 5% la plantación de coca (158.000 hectáreas), con Colombia a la cabeza pero el Perú disputándole crecientemente el terreno. Pero sólo en un 10% y un 20% se consume en la región (Argentina, Chile, Brasil y Uruguay) siendo los principales mercados América del Norte (41 %) y Europa (29 %), con un descenso del primero y un aumento del segundo.

"Las organizaciones de traficantes de México han fortalecido su posición" frente a las colombianas, "como proveedores de drogas ilícitas en el mercado de los Estados Unidos", el primer mercado con 4,8 millones de consumidores.

En Europa, la cocaína es la segunda droga después del cannabis, y su uso ha pasado de 2 millones de consumidores en 1998 a 4,1 millones en 2008. Europa es también el principal consumidor de heroína, con la mitad de la demanda mundial, siendo Rusia el más afectado con 1,65 consumidores por 100 habitantes.