La noche del sábado 19, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, destacó, en un comunicado de prensa, que con “pesar” el presidente Barack Obama y ella habían recibido la renuncia de Pascual, la cual también habían aceptado.

El ahora exembajador de Estados Unidos en México, quien se quedará en la sede diplomática sólo para encabezar una transición ordenada, explicó que su decisión fue personal y se basó en los obstáculos a su labor derivados de los comentarios formulados por el presidente Felipe Calderón, primero a un diario nacional y después en Washington durante su reunión con Obama en la Casa Blanca, el pasado 3 de marzo.

Calderón Hinojosa había tildado de “ignorante” a Pascual luego que éste deploró, en sus reportes al Departamento de Estado, la falta de coordinación entre las Fuerzas Armadas mexicanas en el combate al narcotráfico y al crimen organizado.

“No voy a caracterizar de ninguna forma –la renuncia--, es realmente su decisión”, enfatizó Toner. Enseguida acotó que Pascual, durante su desempeño como embajador en México, “contó con el respaldo del presidente Obama y de la secretaria Clinton”.

Desde la visita de Calderón a Washington, Pascual había mantenido un perfil muy bajo en sus labores en México, un hecho que de inmediato se consideró como que el representante diplomático estadunidense, por determinación de Calderón, ya tenía cerradas las puertas del gobierno mexicano.

El Departamento de Estado también rechazó explicar cuál sería el papel de Pascual a su regreso a la capital mexicana. Toner aceptó que la divulgación de los cables por WikiLeaks causaría “tiempos difíciles” y dificultaría la labor diplomática.

“Pero al mismo tiempo nosotros demandamos a nuestras embajadas que nos provean de canalizaciones cándidas (de lo que ocurre en el país donde están), y eso va a continuar”, remató el portavoz del Departamento de Estado.

Toner también se negó a responder si hubo intentos de Clinton por hacer cambiar de opinión a Pascual. El exembajador notificó su renuncia a Clinton, según Toner, el mismo sábado 19 de marzo.

A todo ello, en Washington aún no se ha mencionado un nombre de posibles reemplazos de Pascual, tomando en cuenta que Obama está de gira por Chile y El Salvador, y que Clinton está entretenida con el tema de los ataques militares de la coalición internacional a Libia.

Una vez que el presidente Obama elija a un candidato para ocupar el puesto vacante en la embajada de Estados Unidos en México, la nominación tendrá que ser aprobada, primero, por el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Senadores, y después por el pleno de esa misma ala del Congreso federal estadunidense.