El primer trimestre del año el comercio exterior dio una sorpresa al país cuando produjo el primer superávit comercial después de seis años de déficit, un mérito que se debe atribuir al incremento de las exportaciones pero también a la caída de las importaciones.
Las importaciones de gasolina y diesel cayeron porque la
cuarentena prohíbe la circulación de los motorizados y eso permitió al gobierno
ahorrar más de Bs 2.300 millones, que fueron utilizados para financiar los
bonos creados para dar oxígeno a la demanda.
Las exportaciones, a su vez, aumentaron y superaron a las
que se habían dado en el primer trimestre del año pasado, aunque en este caso
solamente gracias a la participación de las exportaciones de oro, que están a
cargo de empresarios chinos que llegaron durante el gobierno del cocalero
Morales.
Las demás exportaciones mineras están muy mal debido a la
muy baja cotización de los metales, que tiene que ver con la menor demanda que
se registra por el parón de las actividades económicas.
Y se sabe que las exportaciones de gas están por los
suelos. Entre 2008 y 2014 el país recibía por esas exportaciones 8 millones de
dólares por día pero ahora apenas recibe 1,5 millones, según el cálculo hecho
por el experto Mauricio Medinaceli. Ahora, esos ingresos podrían ser incluso
menores debido al descenso de los pedidos de gas de Brasil.
Pero estamos hablando de las cifras del comercio legal,
que son insignificantes frente a las del comercio ilegal, sobre todo ahora que
estas actividades son las únicas que siguen operando a pesar de la cuarentena.
Si se trata de una competencia, la economía ilegal
estaría mostrando ahora que tiene una enorme ventaja porque al no cumplir con
las leyes tampoco tiene que cumplir ni respetar las cuarentenas que se ordenan
para cuidar la salud de la gente. Al fin y al cabo, la salud de la gente le
importa muy poco al cártel que maneja el narcotráfico. Vive de destruir la
salud de los consumidores.
Todo indica que los bolivianos se aproximan a otro
momento en que deben optar por la vía legal o la ilegal. Los jefes del cártel
que maneja la economía ilegal está enviando mensajes tentadores, pero no
cuentan con que los bolivianos decidieron, en las jornadas de octubre y
noviembre, romper con el pasado pecaminoso.
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