Mientras que Taiwán anuncia que aumentará su vigilancia, China recompensa las denuncias por espionaje. Hay un programa muy popular en la televisión estatal china donde aparecen taiwaneses que confiesan ser malvados espÃas reclutados por los independentistas de Taipéi para robar los secretos de la madre patria comunista.
"Entrevistas de enfoque", que así se llama este
show nocturno, lleva varios años emitiéndose - puntualmente - en la cadena
CCTV. Estos (supuestos) espías, después de confesar sus pecados delante de la
cámara (uno que grabó ejercicios de los militares chinos, otro que creó un
instituto político tapadera para mantener contactos con altos funcionarios...),
siempre sueltan un alegato final de arrepentimiento, señalando que simplemente
eran marionetas en manos de los monstruos separatistas que quieren romper
China.
En la televisión taiwanesa no tienen ningún programa de
confesiones, pero en los informativos dan mucho bombo cada vez que sus
autoridades cazan a algún (supuesto) espía chino, algo que suele ocurrir con
bastante frecuencia, al igual que, a la inversa, al otro lado del estrecho que
separa ambos territorios. Eso hace que los vecinos de habla mandarín que no
están tan contaminados por las dos maquinarias de propaganda se cuestionen en
ocasiones lo torpes que son sus redes de espionaje, tanto que siempre acaban
siendo destapadas. O quizá es que Pekín y Taipéi ven infiltrados por todas
partes.
Esta semana, el Ministerio de Defensa de Taiwán anunció
que fortalecerían la "educación sobre contrainteligencia" y
aumentarían la vigilancia después de que un teniente coronel fuera detenido
como sospechoso de espiar para China.
"El teniente coronel, de apellido Hsieh, fue
arrestado bajo sospecha de filtrar inteligencia de defensa a Pekín a través de
un intermediario. Hsieh también está acusado de reunirse con personal militar
en servicio y retirado para desarrollar una red de espionaje para recopilar
datos de inteligencia", detallaron los medios taiwaneses, recordando que
los oficiales militares en servicio condenados por traición enfrentan hasta 10
años de cárcel.
Taiwán cuenta con una sofisticada agencia de detección de
espías, la Oficina de Investigaciones del Ministerio de Justicia (MJIB). Fue
levantada durante la dictadura de los nacionalistas chinos del Kuomintang en
1921 y se ha mantenido en la actual democracia. Su cometido es investigar a los
militares que facilitan información al ejército chino y a los agentes del
servicio de inteligencia de Pekín que visitan la isla haciéndose pasar por
importantes hombres de negocios. También rastrean las transacciones sospechosas,
como pagos a altos funcionarios taiwaneses que a cambio están dispuestos a
desvelar información sensible sobre seguridad.
Hace un par de años, los agentes de la MJIB destaparon la
traición de un ex viceministro de Defensa, Chang Che-ping, quien, junto con
otros oficiales militares en servicio y retirados, mantenía presuntamente
varios contactos directos y frecuentes con altos cargos de la Comisión Militar
Central de China, el órgano que supervisa al ejército de la segunda potencia
mundial, dirigido directamente por el presidente Xi Jinping.
Otro caso que hizo mucho ruido, en 2020, fue el de un
teniente coronel taiwanés retirado condenado a cuatro años de prisión por
intentar construir una red de espionaje y reclutar a otro coronel, que en su
caso no fue detenido porque fue él quien confesó toda la trama a las
autoridades y entregó el dinero que había recibido.
Mientras que Taiwán anunciaba que intensificaría su
vigilancia, desde Pekín, el Ministerio de Seguridad del Estado (MSS), la
principal agencia de inteligencia de China, hacía un llamamiento en redes
sociales a "todos los miembros de la sociedad" a unirse a su lucha
contra el espionaje, ofreciendo recompensas y protección a quienes proporcionen
información.
El Parlamento chino aprobó el pasado abril una nueva
versión más amplia de la ley de contraespionaje del país. Esta ampliaba la
definición de espionaje: de cubrir secretos de estado e inteligencia, a
cualquier "documento, dato, material o elemento relacionado con la
seguridad y los intereses nacionales". No precisaba los parámetros
específicos sobre cómo se definen estos términos, algo que ha generado mucha
inquietud entre empresarios, diplomáticos y periodistas extranjeros.
A principios de semana, en su cuenta de WeChat, el
hermano chino de WhatsApp, desde el MSS incidían en que los organismos de
seguridad nacional deben mantener abiertos los canales de denuncia, como las
líneas directas y las plataformas en línea, para "manejar las denuncias de
sospechas de espionaje dentro del país de manera oportuna".
Las autoridades del gigante asiático llevan años
ofreciendo recompensas por denunciar actividades de espionaje extranjero. El
año pasado, el MSS ya introdujo una nueva regulación que establece los
criterios para recompensas, que pueden llegar hasta los 14.000 euros.
La regulación clasifica a los informantes en cuatro
niveles: "En el más bajo se paga una recompensa menor a 10.000 yuanes
(alrededor de 1.300 euros), mientras que alguien que entregue una pista
valorada en el extremo superior, vista como extremadamente significativa,
podría embolsarse hasta 100.000 yuanes (al cambio actual son cerca de 14.000
euros).
Los informantes pueden soltar los chivatazos por
teléfono, correo electrónico o mediante carta de forma anónima. Pero son los
funcionarios del ministerio los que deciden qué soplo merece recibir
recompensa, así como el valor de la misma, dentro de los primeros 30 días desde
que los investigadores se ponen a seguir la pista una vez que han verificado
que es buena.