La influencia socialistoide europea es la génesis del populismo imperante, en tanto que el mundo ignora los crímenes de Fidel Castro mientras se empeña en derrocar a Kaddafy por la fuerza y Obama parece empeñado en imitar a Europa en la búsqueda de la reelección.
Cada vez
que oigo hablar a los propios latinoamericanos de nuestro continente al sur del
Río Grande, pareciera que somos una raza inferior, con una cultura o más bien
una
incultura insuperable. Se me antoja que estas catarsis personales, se predican
en la primera persona del plural – somos – pero pienso que en el fondo dichos
oradores hablan en tercera persona del plural -son. La pregunta que me viene a
la cabeza es a qué mundo pertenecen esos críticos, y si realmente se sienten
tan estúpidos como caracterizan a sus congéneres. Pienso que no, pues que yo
sepa nadie se siente un estúpido. Si mal no recuerdo fue Descartes quien dijera
es su Discurso del Método que Dios había sido tan sabio que había dado a cada
uno el sentido común suficiente para
que
estuviera satisfecho con el mismo.
Ahora
bien no se puede negar que la situación de América Latina no es envidiable y ha
sido una realidad nuestro atraso relativo. Aceptada esta realidad la
pregunta
que hemos de contestar es cual ha sido la causa de ese retraso político y
económico. Me niego a aceptar que somos estúpidos per se y a las pruebas me
remito. En la reciente reunión de Mont Pellerín en Buenos Aires había un
numeroso público y
así como
oradores, que si bien se resienten de la situación, no se sienten parte de
ella, sino de los que la sufrimos.
Creo
pertinente entonces que debemos adentrarnos en la historia universal. Fue el
propio Marx quien se percatara del cambio que había tenido lugar en la historia
y así escribió en el Manifiesto Comunista, publicado en 1848: “La burguesía en
sus escasos
cien
años de dominio ha creado más riquezas y más fuerzas productivas que toda las
generaciones anteriores juntas”. Al mismo tiempo señala que este hecho se
produjo inesperadamente y así escribe: “…una sociedad que ha conjurado tales
gigantescos medios de producción y de intercambio, es como un mago, quien no es
más capaz de controlar los poderes del submundo que había llamado por su
encanto”.
Puedo
decir que el que no conoció siquiera los determinantes de ese proceso fue el
mismo Marx, y su interpretación descalificatoria del capitalismo, mediante la
falaces teorías de la explotación de la alineación, han sido la causa en gran
medida de nuestro atraso Y por supuesto Marx no era latinoamericano ni
descendiente de los Reyes Católicos. Fue un producto de la filosofía europea
que generó lo que he denominado el
oscurantismo
de la razón.
Antes de
la llegada subliminal del Iluminismo, Europa había caído en el atraso como lo
describe William Bernstein en su obra “The Birth of Plenty”. Entre el poder
divino
de los reyes; y el poder del Papa. Europa hasta el siglo XV se encontraba más
atrasada que la China y que los árabes. Y como muy bien señala Bernstein en
aquella época de cruzadas e inquisición el Papa tenía un poder que hubieran
envidiado Hitler y Stalin. El propio Montesquieu en sus “Cartas Persas”
reconoce que los cristianos eran quienes más se mataban entre ellos.
Pero
asimismo el Iluminismo del que surgiera la Revolución Francesa, fue el
detonante del totalitarismo engendrado por el jacobinismo y la diosa razón.
Lamento
decir
que los generadores de este iluminismo entre los cuales se encontraban figuras
descoyantes como Rousseau, Hobbes, Kant, Hegel, Carlyle, Fitche,Compte y el
propio Marx, seguido por Spengler ninguno era descendiente de la Sta. María, La
Pinta y La
Niña. Ya
hasta el propio Francois Revel reconoció en su última obra que “el
Totalitarismo era esa doctrina moderna que Europa le había regalado al mundo”
(SIC).
Cuando
el Estado en América Latina desconoce los derechos individuales no está tampoco
exhumando el sistema político de los Incas, los Aztecas o los Araucanos. Ya
Rousseau se había encargado de mistificar la soberanía y la voluntad general.
Kant
siguiendo
después de encontrar la razón en la historia, dictaminaba que el poder supremo
solo tiene derechos y no obligaciones cohercibles frente a los súbditos. Por
supuesto
la búsqueda de la propia felicidad individual era una acción deshonesta, pues
no se hacía por deber. Y Hegel siguiendo sus pasos le añadió a la razón en la
historia una razón divina, y el estado era la divina idea tal como se
manifiesta sobre la tierra. Por supuesto el individuo no tenía más razón de ser
que su pertenencia al Estado y la burocracia la eticidad de la sociedad y
representaba los intereses generales.
Con
estos antecedentes Marx estereotipó la dialéctica Hegeliana en la lucha de
clases, y del estado que representaba los intereses de los capitalistas, se
pasaba a la revolución y la dictadura del proletariado, que expropiando a los
expropiadores superaría la escasez y se alcanzaría el nirvana de fin de la
historia. En la búsqueda del hombre nuevo y de la superación de la escasez
lograron los europeos matar a millones de hombres y evitar la creación de
riqueza.
Antes de
seguir adelante con esta sabiduría europea permítanme destacar la fuente del
proceso que determinó la libertad y la creación de riqueza por primera vez en
la historia. Esa fue la Revolución Gloriosa de 1688 en Inglaterra donde por
primera vez se reconoció la necesidad de limitar las prerrogativas del rey y la
defensa de los derechos individuales. Esa revolución fue seguida en Estados
Unidos no por los pilgrims, sino por los Founding Fathers que a través del
pensamiento de Locke, Hume y Adam Smith, aprobaron la Constitución de 1787 y
establecieron lo que allí se conoce como el Rule of Law.
Ese
sistema fue el que cambió la historia del mundo, que cumplía con el presupuesto
de Hume, de que la naturaleza humana no era modificable y si se querían
cambiar
los comportamientos había que cambiar las circunstancias. Este principio es
universal, y cuando la Argentina lo adoptó entre 1853 y principios del siglo XX
pasó de la Edad Media a ser el 7° u 8° país más rico del mundo. Y recordemos
que Alberdi y Sarmiento también eran latinoamericanos.
Debo
señalar que Cuba en función de ese sistema, en 1959 cuando llegó la Revolución
era el país de América Latina con el más alto nivel de vida. Tanto en Argentina
como en Cuba, cuando se abandonó el sistema a los hechos me remito. El fascismo
llegó a la Argentina a través del nacionalismo católico y el comunismo en
Cuba,
Castro mediante.
Lamentablemente
todo parece indicar que el mundo pretende ignorar el Rule of Law, y el marxismo
está en la palestra, Edward Bernstein mediante, a través de la social
democracia. Es hora de que tomemos conciencia de que el Rule of Law no es la
simple democracia de mayorías. La demagogia ya había sido descripta por
Aristóteles hace 2500 años y no hablaba de los latinoamericanos.
Es decir
que tengo la esperanza de que aprendamos que la esencia de la libertad son los
límites al poder político y al respecto por los derechos individuales, a la
vida, a
la
libertad, a la propiedad y a la búsqueda de la propia felicidad. Cuando se
acepta el principio del artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de que por nacer se tienen derechos, a la salud, a la vivienda, a la
comida, etc., es reconocer que alguien se los debe dar. Ese alguien son los
gobiernos que en nombre del Estado violan los derechos de propiedad y generan
la pobreza que impera en América Latina, y
la conocida crisis europea.
En fin
si aceptamos a priori que las carabelas y los Reyes Católicos decidieron
muestra cultura, es inútil pensar que podemos alcanzar el desarrollo. La
influencia socialistoide europea es la génesis del populismo imperante, en
tanto que el mundo ignora los crímenes de Fidel Castro mientras se empeña en
derrocar a Kaddafy por la fuerza y Obama parece empeñado en imitar a Europa en
la búsqueda de la reelección. En fin no tenemos el monopolio de la estupidez
por más que la practiquemos políticamente.