La canciller alemana ha dado un viraje
tan rotundo en su política energética, que abogaba por conservar una década más las
plantas atómicas, que ahora declara
sin ambages su apuesta por "una independencia energética... sin necesidad
de energía nuclear”, pese a lo espinoso del coste y sobre quién repercutirá.
Merkel y los representantes de los estados federados
han reiterado en una cumbre sobre la futura estrategia energética su intención
de abandonar cuanto antes la energía nuclear, aunque no han fijado compromisos
ni calendario y hay dudas sobre el alto precio.
La canciller asegura ahora que "todos queremos
dejar atrás la energía atómica cuanto antes" y subrayó el viraje
emprendido en la última década hacia la energía renovable. La líder
democristiana dice que se tomarán determinaciones claras para garantizar la
seguridad en las regioines que tienen plantas atómicas en su territorio.
Fukushima
El peligro en la central
japonesa de Fukushima, ampliamente anticipado como "catástrofe" desde semanas, ha supuesto un cambio en la estrategia
política sobre la energía, en un año de elecciones cruciales en Alemania, lo
que ha visto a la canciller retroceder sobre su plan de prolongar aún doce años
la vida de los reactores.
El ministro de Economía ha hecho pública
una estimación del coste de entre 1.000 y 2.000 millones, aunque el diario Süddeutsche Zeitung calcula que el cierre definitivo de las 17 plantas
alemanas supondrá
unos 3.000 millones de euros al año. En la radio pública el ministro Rainer Brüderle
matiza que el coste definitivo dependerá de las pruebas de seguridad que se
están realizando y del calendario de desconexión final que se acuerde.
“Estamos realizando un intento muy
ambicioso y existe una gran voluntad política para crear un marco en el que no
sólo quede claro el abandono de lo nuclear sino que también establezca la
independencia energética de Alemania sin necesidad de la energía nuclear” ha
dicho Merkel. Ahora parece que el cierre de la última central podría
acometerse en 2022,
como promovieron socialdemócratas y verdes en el gobierno anterior.
Discusión «constructiva»
"Ha sido una discusión muy
constructiva", ha dicho de la cumbre, reconociendo sin embargo que de
momento existe todavía desacuerdo sobre el camino a seguir para desmantelar
rápidamente las redes de energía nuclear y pasar a abastecerse por energías
renovables, aunque sin olvidar las térmicas alimentadas por carbón, que son
parte económica importante del suministro alemán.
“Si Alemania
envía un mensaje claro diciendo que la energía nuclear no es una buena solución
para el medio ambiente, entonces países como el mío, Sudáfrica, siguiendo su
ejemplo se replantearán sus políticas e invertirán en energías renovables”
opina el director ejecutivo de Greenpeace International.
Las
centrales nucleares generan en la actualidad el 23 por ciento de la
electricidad en Alemania frente
al 17 por ciento de las energías verdes. Berlín espera incrementar estas
últimas hasta el 40 por ciento para 2020. El encuentro de alto nivel en Berlín
no ha abordado el asunto más espinoso de quién soportará el coste del cierre de
las centrales, pues los consumidores no quieren que el proceso se repercuta en
las facturas y los consorcios energéticos exigen la colaboración estatal.
La
canciller ha evitado entrar en las contradicciones sobre el coste, afirmando que aún sólo habría especulaciones:
"todavía no puede haber cifras fiables", ha dicho su portavoz. Es
necesario analizar el desmantelamiento de la red nuclear o la eficiencia
energética antes de empezar a hablar de cifras y "habremos encajado todas
esas distintas variables hacia finales de junio. Entonces, se podrá hablar
seria y objetivamente sobre las cifras", recalca Steffen Seibert.