Seis detenidos en las jornadas previas a la marcha este lunes a favor de las armas. El gobernador decreta la emergencia y prohíbe las armas ante la posible llegada de los miembros de The Base.
De vez en cuando, los efluvios de las cloacas ponen en
primera página algo que hacía tiempo iba creciendo en los bajos fondos de la
sociedad estadounidense.
Las agencias policiales sabían de una organización
llamada The Base, la base, traducción al inglés del término arábigo al qaeda.
Los extremos se tocan. El FBI ha detenido a seis supuestos miembros de este
grupo de neonazis en los últimos días en Maryland, Delaware y Georgia. La
investigación ha conducido hasta ellos por la sospecha de que tenían capacidad
de armarse y se preparaban para acudir este lunes a Richmond, la capital de
Virginia, para apoderarse de la manifestación “pacífica” en defensa de las armas.
The Base, colectivo de profundas convicciones
hitlerianas, funciona como una empresa paramilitar que ha declarado la guerra a
las minorías en Estados Unidos.
A diferencia de otros colectivos, a este no le preocupa
tanto la propaganda como la formación de militantes dispuestos a ejercer actos
de agresión y lucha.
Como Al Qaeda (la organización de Bin Laden), The Base no
cree en ninguna solución política frente a lo que ellos consideran “la amenaza
a la raza blanca”, afirmó en la NBC la analista de inteligencia Mollie
Saltskog. “La violencia es la única opción”, añadió.
Expertos en materia de extremismo alertaron de que estos
grupos radicalizados querían hacer de esa próxima marcha lo que denominan con
la expresión boogaloo, que en el lenguaje de los supremacistas blancos describe
un acontecimiento que acelera “una nueva guerra civil”.
A la vista de todos estos ingredientes, el gobernador de
Virginia, el demócrata Ralph Northam, decretó esta semana el estado de
emergencia desde el pasado viernes y hasta el martes. Todavía está fresco el
recuerdo de la concentración de ultras en agosto del 2017 en Charlottesville,
otra ciudad de este estado, que acabó con la muerte por atropello terrorista de
una mujer.
La decisión de Northam incluye la prohibición de llevar
armas en los alrededores del Capitolio estatal, por la “creíble amenaza de
disturbios”. La Virginia Citizens Defense League, que organiza la marcha en
favor de la Segunda Enmienda, ha recurrido. Pero el Tribunal Supremo de
Virginia confirmó la orden este viernes.
En medio de este clima de tensión, con el temor a que
estallen las hostilidades, no ha faltado que Donald Trump, el presidente del
lobby de las pistolas y de los nacionalistas blancos, metiera cizaña con un
tuit, una lata de gasolina junto al fuego.
“Vuestra Segunda Enmienda está bajo un serio ataque en la
Great Commonwealth de Virginia”, escribió la noche del viernes. “Esto es lo que
sucede cuando votáis a los demócratas, que os quieren quitar las armas”,
añadió.
Virginia cuenta con una larga historia en apoyo al
derecho a poseer armas. No parece casual que en este estado tenga sus cuarteles
centrales –en Fairfax– la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA) a la que
tanto escucha el presidente Trump.
Sin embargo, y a rebufo de que doce personas murieran en
el 2019 en la matanza de Virginia Beach, los electores dieron la mayoría a los
progresistas en las elecciones del pasado noviembre. Los demócratas quitaron a
los republicanos las dos cámaras legislativas en buena medida por su promesa de
establecer un mayor control sobre la posesión de armas.
Así, el Senado ya ha aprobado tres propuestas: limitar la
compra de pistolas a una al mes, la obligación de que el comprador entregue sus
antecedentes y otra que prohíbe estos objetos en parques y edificios públicos.
La otra Cámara tiene previsto pasarlas la próxima semana, y el gobernador
Northam ha prometido que las firmará de inmediato.
Frente a esto, los defensores de las armas convocaron la
protesta. Los neonazis hallaron ahí la ocasión para su boogaloo.
“Es una manifestación por las armas y nada más”
Virginia celebra este lunes el día del lobby, “el más
importante que hemos tenido nunca”, según Philip VanCleave, presidente de la
Citizens Defense League, gran defensora de la Segunda Enmienda, la que permite
que los ciudadanos tengan armas, organización que convoca la marcha de este
lunes en Richmond. “Esta es una manifestación a favor del derecho a las armas y
nada más”, remarcó VanCleave, que se define como “un extremista”. Emitió ese
comunicado ante los avisos de peligro lanzados por la policia puesto que en las
redes sociales se ha detectado la intención de las milicias de neonazis de
varios estados del país de hacer el viaje para sembrar la violencia y el caos.
VanCleave se ha visto en la contradictoria posición de combatir la prohibición
de emergencia de portar armas en la marcha, dictada por el gobernador, y, a su
vez, requerir que la concentración sea del todo pacífica.