La Casa Blanca acusa a la filial en Yemen de los envíos de paquetes bomba.La amenaza: Uno de los artefactos estaba listo y podía derribar el avión, dice el Gobierno británico. La investigación: Las autoridades yemeníes detienen a una mujer y revisan al menos 24 paquete. La filtración: Los servicios de inteligencia de Arabia Saudí captaron el plan. Elecciones: Obama evita la habitual acusación de ser timorato en temas de seguridad.
El
Tea Party express, el bus que saca de viaje la ideología más extrema de los
republicanos, prosiguió ayer su mapa de ruta. En Washington, los comediantesJon
Stewart y Stephen Colbert reunieron a miles de personas en su marcha para
restaurar la cordura, que se supone han menoscabado los del té. ¿Y Obama?
Continuó con los mítines en su lucha por evitar, o al menos aminorar, la
prevista derrota de los demócratas en las legislativas del 2-N.
En la programación electoral, sin embargo, se ha
colado la sombra del terrorismo. El presidente, timorato en otras ocasiones, no
perdió un segundo y apareció en público la tarde del viernes. Habló de la
"creíble amenaza terrorista" que representaron los dos envíos bomba
detectados en el Reino Unido y en Dubái la noche del jueves. Sus destinatarios
eran sinagogas de Chicago.
Su intervención aplacó las especulaciones sobre la
dimensión real del asunto y mojó la habitual pólvora de sus rivales en una
materia tan conflictiva. Los conservadores acostumbran a acusarle de haber
bajado la guardia en la protección del país. Este argumento podría haber tenido
un papel determinante a tan sólo tres días de acudir a las urnas.
"Estos envíos tienen la marca de Al Qaeda",
subrayó ayer Janet Napolitano, secretaria de Estado de Seguridad Nacional.
"Sabemos que los responsables de este intento se dedican constantemente a
probar nuestros sistemas", afirmó. Napolitano apuntó a la filial de esta
organización liderada por Bin Laden que se refugia en la península Arábiga, uno
de los santuarios del terrorismo.
El material explosivo detectado en los cartuchos
de unas impresoras consiste en la sustancia denominada PETN. El mismo
componente químico que se halló en la ropa interior de Umar Faruk
Abdulmutallab, el joven nigeriano que el día de Navidad del pasado año fracasó
en su pretensión de hacer saltar por los aires el vuelo Amsterdam-Detroit.
Abdulmutallab confesó que fue adiestrado en Yemen por Anwar al Awlaki, un
radical nacido en EE.UU. que se oculta en ese país y de forma reiterada ha hecho
llamadas a atentar contra su tierra de origen. Las autoridades yemeníes
continuaron ayer revisando paquetes - al menos 24-ante la sospecha de que se
hubieran previsto más envíos. Las pesquisas se centraron en los empleados del
aeropuerto yde los contratados por UPS y Fedex. Por la tarde, el Ministerio de
Defensa anunció que se había detenido a una mujer "sospechosa de haber
enviado las bombas", y no se descartaban otras detenciones.
El viernes, al menos a cuatro aeronaves en
Filadelfia, Newark y Nueva York se les revisó el cargamento de sus bodegas, sin
que se hallara nada peligroso, y aviones de caza escoltaron un aparato de
pasajeros de la compañía Emirates hasta su aterrizaje. También fue
inspeccionado un camión de reparto, que se interceptó en su recorrido por el
distrito neoyorquino de Brooklyn.
Los bultos detectados en Reino Unido y Dubái
contenían además un teléfono móvil y un temporizador, respectivamente. John
Brennan, el zar antiterrorista de la Casa Blanca, ya dijo el viernes que
estaban listos para causar daño, aunque no precisó la cantidad de explosivo que
contenían. Theresa May, ministra del Interior británica, ahondó al remarcar que
el paquete interceptado en el Reino Unido lo tenía todo listo para estallar.
Según May, el objetivo podía ser el propio avión.
La operación para frustrar este golpe se ha
producido gracias a la información captada por los servicios de inteligencia de
Arabia Saudí. A finales de septiembre, los oficiales estadounidenses ya fueron
alertados de posibles ataques.
Obama contactó con el monarca saudí para
agradecerle la colaboración. No es para menos, cuando se ha evitado una
potencial amenaza terrorista. Lo que, de paso, le ha ofrecido una tribuna de
poder ante sus conciudadanos en vísperas de ir a las urnas.
"No hay evidencia de que el terrorismo se
convierta en una cuestión electoral en una campaña muy centrada en la
economía", escribió ayer Chris Cillizza en The Washington Post,pero matizó
que esta circunstancia ha facilitado a Obama la oportunidad de mostrar una
imagen de confianza. Incluso un republicano crítico como Peter King sostuvo que
en esta ocasión "se ha trabajado en el sentido correcto".
El talón de
Aquiles del transporte aéreo
Los aviones de
carga son el talón de Aquiles de la seguridad aérea, según expertos en la
materia consultados por el diario británico The Daily Telegraph.Si en los
últimos años se ha incrementado la vigilancia en los vuelos de pasajeros, en
los vuelos de carga "el tema ha estado colgado al menos desde el
2001", afirma Chris Yates, experto de la revista especializada Jane´s
Aviation.La tecnología aplicada es insufiente "para examinar los
contenedores de gran tamaño", ya que "la profundidad de visión de los
aparatos es mínima", asegura Yates. En opinión de David Learmount, de
Flight Global,los vuelos de carga siempre han sido un blanco potencial de los
terroristas, pero estos se han concentrado en los vuelos de pasajeros. Las
compañías consignatarias toman sus medidas de seguridad, explió Learmount, pero
"no saben en qué avión acabará la carga". Esta es examinada, a su
llegada al aeropuerto, por la compañía aérea y, en caso de dudas, los paquetes
son abiertos. El ex ministro del Interior británico John Reid decía ayer a la
BBC que "existe una amenaza terrorista continua e inmensa", por lo
que debe mantenerse la vigilancia a pesar de las peticiones de compañías aéreas
- como British Airways-de reducir los molestos controles sobre los pasajeros.
"Debemos descartar la idea de que si estamos en un periodo sin incidentes
eso nos autoriza a reducir la seguridad en los aeropuertos".