Los Veintisiete han mantenido un debate de tres horas sobre China en un ambiente de endurecimiento de la postura hacia Pekín, pero con visiones muy diversas.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han
pasado este viernes tres horas discutiendo sobre China y las relaciones entre
los Veintisiete y el gigante asiático. Lo han hecho a puerta cerrada y sin
teléfonos móviles, un reflejo de la seriedad de la discusión que se produce en
un momento en el que la guerra en Ucrania ha provocado que todas las placas
tectónicas de las relaciones internacionales se muevan. Pero han apostado por
unas conclusiones muy escuetas para poder, a puerta cerrada, hablar sin corsés
sobre lo que piensan.
Desde 2019 la Unión considera que China es un “rival
sistémico”, pero también un socio fundamental para algunos debates como la
lucha contra el cambio climático. Desde entonces la UE ha intentado mantener un
perfil propio ante Pekín en un momento en el que EEUU ha presionado a los
Veintisiete para que se alineen con Washington en su visión respecto al régimen
de Xi Jinping. La invasión rusa de Ucrania, la ambigua postura del Gobierno
chino y los temores respecto a la situación de Taiwán han ido provocando que
cada vez más en el club comunitario se vayan viendo a China con más
desconfianza, aunque las visiones entre los Estados miembros son muy
diferentes.
Aunque el debate se ha alargado durante tres horas, las
conclusiones respecto a las relaciones con Pekín se limitan a una única frase
en un documento de nueve páginas centrado en energía y en la guerra en Ucrania.
“El Consejo Europeo ha mantenido un debate estratégico sobre las relaciones de
la Unión Europea con China”, señala el texto. La idea era que, al no haber
conclusiones detalladas, los líderes no tuvieran que preocuparse sobre qué
aparecía negro sobre blanco y pudieran hablar con claridad, profundidad y
libertad sobre lo que piensan que está ocurriendo en las relaciones con Pekín.
“La discusión mostró que estamos presenciando una gran
aceleración de tendencias y tensiones. Quedó muy claro en el Congreso del
Partido Comunista que el presidente Xi continúa reforzando el curso muy
asertivo y autosuficiente que ha tomado China. Claramente, China continúa con
la misión de establecer su dominio en el este de Asia y su influencia a nivel
mundial”, ha señalado Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea,
en una rueda de prensa al finalizar el encuentro. “Al mismo tiempo, hemos sido
testigos, como recordarán, en febrero, de la llamada asociación sin límites
entre Rusia y China, justo antes de la invasión de Ucrania. Estos
acontecimientos afectarán a la relación UE-China. El sistema chino es
fundamentalmente diferente al nuestro. Y somos conscientes de la naturaleza de
la rivalidad”, ha añadido la alemana.
La discreción de las conclusiones tiene una razón. Todo
el mundo ve con preocupación el ascenso de una China más autoritaria y
poderosa, pero al mismo tiempo nadie está del todo listo para romper lazos con
Pekín y pasar a una relación mucho más tensa. Ni siquiera muchos creen que eso
sea necesario y piensan que es un escenario que se puede y se debe esquivar. Un
elemento fundamental de la discusión es la cuestión tecnológica y la necesidad
de lograr una independencia tecnológica respecto al Gobierno y las empresas
chinas. “No significa que no pueda haber relaciones económicas con China, pero
significa que no deberíamos estar construyendo ese tipo de dependencias
estratégicas y críticas en un país autoritario”, ha explicado la primera
ministra finlandesa Sana Marin.
La demostración de que las relaciones ni están rotas ni
hay intención de que se rompan es el hecho de que Olaf Scholz, canciller
alemán, tenga previsto viajar a China. “La UE se enorgullece de ser una unión
interesada en el comercio global y no se pone del lado de quienes promueven la
desglobalización”, ha defendido el canciller, que mantiene su viaje en
noviembre. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, también ha defendido ese
acercamiento dual de endurecimiento de las relaciones pero mantenimiento de los
lazos. “El Gobierno de España lo que ha defendido es una doble aproximación.
Evidentemente, China es, es un rival, es un competidor y también es un
necesario colaborador en algunos de los retos globales que tenemos, como por
ejemplo el cambio climático”, ha señalado.
La idea de evitar seguir la línea americana sigue ahí,
como ha explicado a la salida del encuentro el primer ministro holandés, Mark
Rutte, señalando que hay que buscar una relación en “igualdad y reciprocidad” y
evitar ser “una especie de extensión de América” para tener una “política
propia” hacia Pekín. Sánchez también ha defendido la idea de “articular una
política exterior mucho más inteligente”, tendiendo puentes hacia Latinoamérica
y África, pidiendo “diversificar las relaciones económicas y comerciales” y
“ser conscientes de la dependencia en algunos elementos que nos hace
vulnerables”.
https://www.elconfidencial.com/mundo/2022-10-21/cumbre-ue-china-puerta-cerrada_3510554/