El Ejecutivo comunitario presenta una estrategia de industria de la defensa dotado con poco dinero pero con el objetivo de establecer las bases de una mejor cooperación entre Estados miembros.
La Comisión Europea ha presentado este martes su primera
estrategia industrial para el sector de la seguridad y la defensa, un paquete
con el que el Ejecutivo comunitario espera coordinar mejor las inversiones por
parte de los Estados miembros y dar pasos hacia una estrategia común con
iniciativas como la compra conjunta de material. Para el periodo entre 2025 y
2027 la Comisión solamente ha previsto movilizar 1.500 millones de euros de su
enorme presupuesto común, pero la idea en Bruselas es que lo importante es
crear la estructura del programa, y que este se podrá dotar de más dinero si es
necesario y si demuestra su utilidad, por lo que desde la institución se resta
importancia a la cifra por el momento. En todo caso, cualquier gasto en defensa
seguirá dependiendo completamente de los Estados miembros, es decir, de los
países socios de la UE.
Además, el paquete incluye objetivos para animar a los
Estados miembros a invertir más en la industria europea, como por ejemplo que
un 40% de los equipos militares que adquieran los socios de la UE se obtengan a
través de operaciones conjuntas y que en 2030 el 50% de las adquisiciones sean
de equipos europeos, aumentando al 60% en 2035. “Nuestro gasto en defensa se
destina a demasiados sistemas armamentísticos diferentes, comprados
principalmente a terceros países. Ahora que los presupuestos de defensa en todos
los Estados miembros están aumentando drásticamente, debemos invertir mejor, lo
que significa en gran medida invertir juntos e invertir en Europa”, ha
explicado Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea,
que ha trabajado en el dossier.
Thierry Breton, comisario de Mercado Interior e
Industria, ha sido el que ha estado más encima del paquete. Hace pocos días,
ante un grupo de periodistas, el comisario señaló que Europa debe “pasar al
modo de economía de guerra”. "En el contexto geopolítico actual, Europa
debe asumir una mayor responsabilidad por su propia seguridad,
independientemente del resultado de las elecciones de nuestros aliados cada
cuatro años. Debemos construir una Europa de la defensa que nos permita actuar
junto con nuestros aliados lo más rápidamente posible, pero también de forma
autónoma cuando la situación lo justifique", señaló Breton ante el grupo
de corresponsales, haciendo referencia al riesgo de un regreso de Donald Trump
a la Casa Blanca tras las elecciones americanas.
“Producir más rápido, mejor y juntos en Europa, ese es
nuestro objetivo”, ha señalado Breton en rueda de prensa, aunque el mensaje de
Bruselas es claro: los Estados miembros están a los mandos de cualquier
operación y el objetivo de la Comisión es únicamente ayudarles a coordinar y
dar predictibilidad al sector con los 1.500 millones de euros anunciados este
martes, porque, en palabras de Josep Borrell, Alto Representante de la Unión
para Política Exterior y de Seguridad, en la UE “no tenemos un Pentágono”, por
lo que todo pasa por coordinar. Fuentes comunitarias señalan que es clave
escalar la producción de la industria, y que para ello esta no puede esperar a
tener un contrato encima de la mesa para comenzar a producir armamento o
munición. Es un problema del que también se ha hecho eco la OTAN.
Se trata de un paso más en un camino que está siendo
largo y que tiene su fecha de origen en el 24 de febrero de 2022. La invasión
rusa de Ucrania llevó a un “despertar geopolítico” de la Unión Europea que la
Comisión está intentando aprovechar para lograr avances en la cuestión de la
seguridad y la defensa comunes. En 2022 el Ejecutivo comunitario lanzó su
“brújula estratégica” en la que había trabajado Borrell y su equipo y que
solamente obtuvo el impulso definitivo tras el ataque de Moscú a Kiev. Se trataba
de un documento que reflejaba prioridades estratégicas de la Unión Europea y
también retos en la cuestión de la industria de la defensa. Ese mismo año, el
Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) dirigido por Borrell hizo un
“análisis de la brecha de inversión en defensa” con el que subrayó la
descoordinación entre capitales en su gasto en materia militar.
No todo el mundo está contento con que la Comisión
Europea esté tomando las riendas de este asunto. A pesar de que aumentar el
gasto en defensa y hacerlo de manera coordinada es un objetivo compartido por
la inmensa mayoría de los Estados miembros, en algunas capitales creen que
Bruselas está volviendo a aprovechar para aumentar sus competencias por la
puerta de atrás. Además, estos Gobiernos muestran su oposición a la posibilidad
de emitir deuda conjunta europea, los conocidos como “eurobonos”, para financiar
un fondo de inversión en defensa y seguridad, una idea que fue planteada en
enero por Emmanuel Macron, presidente francés, y que desde entonces ha estado
circulando por los pasillos de la capital comunitaria.
Este anuncio llega después de que la semana pasada Ursula
von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, realizara desde el Pleno de
Estrasburgo del Parlamento Europeo un discurso en el que subrayaba que la
guerra “no es imposible” y que la UE debe prepararse para dicho escenario con
un mayor gasto en defensa. La presidenta, que fue ministra de Defensa del
Gobierno hasta que en 2019 fue elegida para dirigir el Ejecutivo comunitario,
ha convertido la seguridad y la defensa en una de sus prioridades de cara a su
reelección tras las elecciones europeas de junio de 2024.