Bruselas - Piantedosi abandona un encuentro de ministros del Interior de la Unión Europea y evita que se cierre un acuerdo sobre el pacto migratorio, aunque la presidencia española dice que es cuestión "de días".
Los Veintisiete han intentado cerrar este jueves un
acuerdo entre los Estados miembros respecto al nuevo marco de gestión de crisis
migratoria, pero Italia ha evitado que se cierre un acuerdo. Después de toda
una mañana de negociaciones, de tira y afloja, de búsqueda de los equilibrios,
Matteo Piantedosi, ministro del Interior italiano, ha decidido abandonar la
reunión con sus homólogos europeos que se ha celebrado en Bruselas sin que se
haya podido cerrar un pacto. Lo ha hecho tras escuchar la propuesta de
compromiso que ha puesto sobre la mesa la presidencia española del Consejo de
la UE para intentar convencer a Alemania de que apoyara la última pieza del
pacto de migración y asilo. Sin embargo, la presidencia española del Consejo de
la Unión Europea asegura que el acuerdo sería posible en cuestión "de
días" y que las diferencias que existen entre los Estados miembros son una
cuestión de "matices", como ha asegurado al finalizar la reunión
Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior. Por su parte, Ylva Johansson,
comisaria de Interior, ha celebrado el tono del debate, recordando que cuando
comenzó en su puesto, hace cuatro años, los debates eran "agresivos".
El acuerdo es posible sin Italia, ya que se requiere una mayoría cualificada
que se alcanza con el sí alemán, pero políticamente es impensable que se cierre
el pacto sin el apoyo de Roma.
Los ministros de Interior ya dieron un empujón al nuevo
marco de gestión migratoria con un acuerdo político en junio que permitió
comenzar las negociaciones con la Eurocámara, que necesita dar su visto bueno
al texto para que se pueda aplicar. El nuevo reglamento consolida una especie
de "solidaridad a la carta" que permite a las capitales decidir de
qué manera muestran su solidaridad con los países en primera línea de las
rutas, si reubicando solicitantes de asilo o bien contribuyendo financieramente
a su gestión y al retorno de los que no tienen derecho a permanecer en
territorio europeo. Pero quedaba una pieza clave: qué ocurre en los casos de
crisis, precisamente lo que marca la diferencia entre un marco de gestión
migratoria que funcione o no. La clave era una serie de derogaciones que
recogía el reglamento en caso de un aumento significativo de las llegadas. El
objetivo era cerrar un acuerdo este jueves que pudieran terminar de pulir los
embajadores representantes permanentes de los Veintisiete ante la Unión Europea
y que todos los ministros pudieran volver a sus capitales con una victoria
política bajo el brazo.
El trabajo de la presidencia española del Consejo de la
Unión Europea era delicado. Sin Alemania, que se oponía al texto de compromiso
con el que se había estado trabajando, especialmente porque Los Verdes
consideraban que reducía las garantías para los solicitantes de asilo en
tiempos de crisis, no era posible sacar adelante la propuesta. También se
oponían otros países, como República Checa, Polonia o Hungría, aunque ellos, a
diferencia de la delegación alemana, están demasiado lejos del consenso como
para intentar ganar su apoyo. Pero al mismo tiempo, si la presidencia española,
representada en este encuentro por Grande-Marlaska cedía demasiado a las
posiciones alemanas, había otros Estados miembros que podían rechazar la nueva
versión del texto. Y es precisamente eso lo que ha acabado ocurriendo.
Para Italia esta cuestión va más allá de la teoría.
Fratelli d’Italia llegó al poder con la promesa de controlar los flujos
migratorios del Mediterráneo Central, pero un año después de instalarse en el
Palazzo Chigi, Giorgia Meloni, primera ministra italiana, ha sido incapaz de
hacer avances en este campo. Y Piantedosi tenía una misión también política
este jueves en Bruselas: necesitaba volver a Roma con un acuerdo que permita a
Meloni defender ante sus votantes que ha conseguido avances a nivel europeo, o
al menos poder volver a la capital italiana demostrando que el Gobierno ha
defendido los intereses de Italia sin hacer cesiones. "Hay una amplísima
mayoría de países que están de acuerdo", ha asegurado Grande-Marlaska.
Pero para Italia la cuestión no es menor, no es un asunto de matices. Es
crucial, y Roma no está dispuesta a conformarse con una propuesta que incluya
algunos parches para su situación. "Nos ha faltado tiempo", ha
explicado el ministro español, que ha insistido en que en pocos días habrá acuerdo.
La tensión es alta también en otros países, más allá de Italia. Alemania ha
cerrado fronteras con Polonia y República Checa por el aumento de los flujos
migratorios, y también, en el caso polaco, por un escándalo relacionado con
visados polacos. También Austria ha provocado el enfado de una parte del
Gobierno italiano por el cierre de un paso fronterizo. En general, la sensación
es de que vuelven a estar estirándose al límite las costuras de Schengen, el
espacio de libre movimiento y sin fronteras, y si se quiere evitar que estalle
será necesario un pacto migratorio urgente.
Todo el mundo ha llegado a la reunión de este jueves
intentando aumentar la presión. También lo ha hecho Margaritis Schinas,
vicepresidente de la Comisión Europea que supervisa el dossier de la migración,
señalando que Bruselas se siente "animada" por los progresos que se
han hecho. Si hay un acuerdo "tendremos una ventana de oportunidad para
obtener un acuerdo general antes de las elecciones europeas del próximo
año" que se celebran en junio, ha defendido Schinas. "Necesitamos
privar a los demagogos y populistas del argumento de que Europa no puede
solucionar el problema migratorio", ha subrayado el griego. Después de que
Piantedosi haya abandonado el encuentro, algunos diplomáticos de otros Estados
miembros han intentado empujar a Italia para que vuelva a apoyar el texto en
una reunión de embajadores representantes permanentes. Desde Split (Croacia),
donde se celebra la reunión anual del Partido Popular Europeo (PPE), Ursula von
der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, también ha presionado a los
ministros. "Insto encarecidamente a los Estados miembros a que lleguen a
un acuerdo sobre el reglamento de (gestión de) crisis en la reunión de los
ministros de Interior que se celebra hoy. Ahora debemos terminar el
trabajo", ha señalado durante un discurso. El acuerdo de junio ya está
negociándose con la Eurocámara en los conocidos como 'trílogos' de los que sale
un texto final, pero todo el mundo sabe que la clave de bóveda es este
mecanismo de crisis. El anterior marco migratorio, el conocido como
"sistema de Dublín", saltó por los aires en la crisis de 2015 y 2016,
por lo que contar con un mecanismo para hacer frente a emergencias se ha
convertido en la clave para saber si el nuevo marco sobrevivirá o no.
https://www.elconfidencial.com/mundo/2023-09-28/italia-retrasa-acuerdo-nuevo-pacto-migratorio-ue_3744521/