Los habitantes del pueblo fueron citados a mediodía en la cancha de futbol. Los sicarios de la Familia Michoacana pretendían cobrarles allí mismo la cuota impuesta a la producción agrícola, un peso por metro cuadrado, es decir, 10 mil pesos por hectárea sembrada. En buena temporada, un campesino de la región puede cosechar cuatro toneladas de chícharo en una hectárea, lo cual le da unos 20 mil pesos, pero ésta no ha sido una buena temporada.
Encabezados por su delegado, Noé Olivares Alpízar, los
pobladores de Texcapilla –tercera comunidad en tamaño del municipio de
Texcaltitlán, Estado de México– intentaron razonar con los extorsionadores. A
éstos los encabezaba un individuo apodado El Payaso, quien se había hecho del
control de la zona sur del territorio mexiquense, luego del aparente asesinato
de Medardo Hernández Vera, alias Lalo Mantecas. Todos venían fuertemente
armados.
Los sicarios no escucharon razones. O les pagaban la
cuota o empezarían a matar gente. Ahí fue cuando el pueblo se levantó.
Provistos de piedras, palos, machetes y algunas escopetas, los agricultores se
abalanzaron sobre los criminales, quienes disparaban sus fusiles automáticos.
Las detonaciones hicieron huir a algunos, pero otros siguieron adelante.
Un hombre derribó a El Payaso –pelo desteñido, playera
roja, pantalón de mezclilla, fornitura café– y pronto varias personas lo
tundieron a machetazos. Dicen en Texcapilla que la herida que le causó la
muerte se la propinó una mujer. Los otros delincuentes trataron de huir en sus
camionetas, pero no lo consiguieron. Al final de la refriega, diez quedaron
tendidos en el terregal, algunos de ellos carbonizados, igual que sus
vehículos. “Venían por el piso y lo besaron”, escribió alguien.
También murieron tres pobladores, entre ellos el delegado
Olivares Alpízar, quien fue homenajeado en redes sociales, donde lo llamaron
héroe y lo compararon con Miguel Hidalgo, por haber encabezado la defensa del
pueblo. Asimismo, hubo siete heridos, dos de los cuales eran delincuentes,
rescatados del hospital por un grupo armado.
La acción en Texcapilla, lugar de clima frío, situado en
las faldas del Nevado de Toluca, a 2 mil 900 metros de altura sobre el nivel
del mar, quizá vaya a marcar un punto de quiebre en el dominio que la Familia
Michoacana ha ejercido sobre el oriente de Michoacán, el sur del Estado de
México y el norte de Guerrero. Hace unos días le contaba aquí cómo tenía
sometidos a los habitantes de Taxco. Por lo pronto, esta rebelión contra los
extorsionadores ha puesto de manifiesto varias cosas. La primera, lo extendido
de la práctica de la extorsión.
Una fuente en Taxco me decía que la Familia Michoacana
tiene la mano colocada sobre tantas actividades económicas que el tráfico de
drogas ya no le es indispensable. Los datos en Texcaltitlán lo dicen todo: el
municipio tiene 5 mil 500 hectáreas de uso agrícola. A un peso por metro
cuadrado, el derecho de piso equivale a 55 millones de pesos.
Segundo, que la autoridad no está presente. Es cierto,
hubo intentos de aprehender a El Payaso –quien era identificado como Rigoberto
de la Sancha, originario de Temixco, Morelos–, y también a su lugarteniente,
Clemente Mendiola, alias El Ratón –quien hace unos días escapó de la policía
cuando estaba a punto de casarse en una iglesia de Villa Victoria–, pero fueron
finalmente los pobladores quienes pusieron fin a la carrera delictiva del
primero. La extorsión se ha extendido por amplias regiones del país. Es, en los
hechos, una conculcación del derecho de propiedad. El sábado se refirió a ella
el presidente Andrés Manuel López Obrador. Lo hizo desde Tejupilco, no lejos de
Texcapilla. Después de sostener que el país va “bien y de buenas”, mandó un
abrazo “a las víctimas” y afirmó que a la extorsión hay que combatirla “entre
todos”.
Afuera del lugar donde hablaba el mandatario sobre los
Programas del Bienestar, lo aguardaban varios vehículos del Ejército y decenas
de soldados, asignados para su protección. En Texcapilla, las fuerzas de
seguridad tardaron tres horas en llegar. Por eso no me queda claro a qué se
refiere el Presidente cuando dice que a la extorsión hay que combatirla entre
todos.
https://www.excelsior.com.mx/opinion/pascal-beltran-del-rio/a-la-gente-solo-le-queda-defenderse-sola/1624567