Jacques Chirac es un hombre tan egoísta que no admite que nadie le haga sombra, ni en el extranjero ni en su partido. Para eliminar rivales a su cargo de presidente de la República no ha vacilado en nombrarles ministros y hasta primeros ministros y luego les ha quemado. Se acaba de saber que ha empleado los servicios secretos para espiar a su más fuerte rival, el ministro Nicolás Sarkozy -por cierto, vinculado al PP y a José María Aznar, lo que es interesante por lo que explico a continuación.

En política exterior, Chirac pretende que toda Europa acepte a Francia como dirigente máximo de la UE. Por pura demagogia, encabezó la oposición a la intervención anglosajona en Irak. Cuando Aznar ejecutó, por fin, una política exterior libre de los deseos y antojos de París, Chirac boicoteó a España. Así lo reconoció uno de los medios de comunicación más capacitado para ello, debido a sus relaciones con el Gobierno socialista y con París: el diario El País. Un editorial escrito con motivo de una cumbre hispano-francesa para decidir la construcción de enlaces ferroviarios entre ambos países, y titulado Abajo los Pirineos, contenía la siguiente frase: “Este plan [de enlaces ferroviarios] se ve favorecido por la superación del castigo (sic) que en materia de enlaces transfronterizos impuso Chirac a España en tiempos de Aznar”[i]. Es decir, Chirac castigaba a los españoles porque Aznar había cometido algún imperdonable pecado. ¿Cuál fue?, ¿y por qué los editorialistas de El País, diario defensor de la justicia y de los débiles no lo explican?, ¿se puede construir con semejantes hostilidades la Unión Europea?

El ex presidente del Gobierno español también le atribuye responsabilidad en la ocupación de Perejil por Marruecos, en julio de 2002. Aznar, cuenta el periodista Ignacio Cembrero, llamó a Chirac para pedirle apoyo ante la agresión marroquí en el islote de Perejil, y el francés le “sugirió la entrega [a Marruecos] de todos los peñones españoles de la costa marroquí y también de Ceuta y Melilla”[ii]. Tampoco hay que olvidar que Francia impidió que la Unión Europea condenase la acción marroquí ni que aprobase sanciones, a diferencia de los que ocurrió en 1982 con la invasión de las Malvinas por Argentina. Madrid tuvo que recurrir a Estados Unidos.

Igualmente,. Chirac desbarató el proyecto del Gobierno de Aznar presentado en la última presidencia española de la UE y respaldado por Italia, de supeditar la ayuda económica a los países africanos al control por éstos de la inmigración ilegal, que habría afectado, sobre todo, a Marruecos. Ocurrió unas semanas antes de invasión de Perejil.

Pues Chirac acaba de hacer otra de sus gracias. Evo Morales afirmó que el francés le dijo en la cumbre entre la Unión Europea y los países de Latinoamérica lo siguiente: “Evo, le estás devolviendo el honor a tu pueblo, felicidades que ya era hora. (...) Después de más de 500 años, un presidente indígena decide devolver el honor a su pueblo; no le hagas caso a la prensa”[iii].

Con lo que Chirac participa de las teorías racistas que consideran sólo a los indios los legítimos pobladores y propietarios de América y califican al descubrimiento y la evangelización del continente como un genocidio que los blancos, en concreto los españoles y los estadounidenses, deben purgar.

¿Cuáles pueden ser las razones para estas amabilidades? ¿El complejo de europeo burgués ante el pintoresquismo extracontinental?, ¿las intenciones de aumentar las preocupaciones para Estados Unidos?, ¿o es el odio y la envidia a España que los castizos solían atribuir a los franceses?

Este es el comportamiento habitual de esta estrella de la progresía que habla español[iv]: “En las protocolares comidas de Estado en el Palacio del Elíseo, el presidente francés Jacques Chirac tiene una pasión cuando el huésped es un latinoamericano: discutir la brutalidad de la conquista española en América Latina y la fuerza de las culturas indígenas. La ceremonia se convirtió en el tedio para los ministros de Cultura franceses, que escuchaban en cada oportunidad el mismo tema y rogaban: ‘Otra vez, ¡no!’. Ayer fue distinto. El interlocutor de Chirac fue el primer presidente indígena de Bolivia, Evo Morales, que lo escuchaba extasiado. Con su hobby por las culturas indias y el arte primitivo, el mandatario francés sorprendió al ex líder sindical boliviano con sus conocimientos de los indios aymaras y quechuas, y su calidez. (...) ‘Yo me siento feliz de ver al primer representante de la nación indígena tomar la responsabilidad de la presidencia de Bolivia’, dijo Chirac. ‘Usted puede contar con una verdadera cooperación de Francia’, aseguró el mandatario francés”[v].

Parece que Chirac se olvida del trato que sufrieron los indios en América del Norte a manos de los franceses, o los europeos invadidos y oprimidos por los revolucionarios y Napoleón, o los argelinos masacrados en la guerra de independencia, o los saharauis conquistados por su aliado marroquí.

Otra cita que abona el sentimiento de odio de Chirac a España lo encontramos en el citado libro de Cembrero: “El abnegado apoyo francés a la marroquinidad del Sáhara no se debe sólo al temor de que la independencia del territorio se lleve por delante la monarquía. Jean-Pierre Tuquoi opina en su último libro, antes citado, que obedece también a razones más prosaicas: ‘Si París no quiere oír hablar de un Estado saharaui es por otros motivos menos confesables. Teme que surja entre Marruecos y el arco de países que, desde Mauritania a Senegal, recorre África Occidental un micro Estado cuya lengua cooficial sólo podría ser la del antiguo colonizador, el español’. ‘La continuidad lingüística quedaría rota’. ‘La cultura francesa está amenazada’. ‘Esta perspectiva resulta insoportable para París’”[vi]

Se trata, por tanto, de que Chirac quiere anular o sustituir a España en las áreas de interés y culturales de ésta. La operación militar de recuperación de Perejil demostró al mundo que en el Mediterráneo Occidental, junto a Francia, había aparecido otra potencia capaz de proyectar su fuerza militar fuera de su territorio, y también su política exterior. Y Chirac no podía tolerar un intruso en su coto de caza, como explicó el diplomático Máximo Cajal, asesor de Rodríguez: “terminar recurriendo a la intervención de Estados Unidos crea un precedente peligroso que responde a una visión transatlántica de nuestras cosas. Esto costará un precio, estoy seguro”[vii].

Ya se sabe que el odio es una fuerza poderosa, más que el dinero. Entre las petroleras expropiadas por Evo Morales hay una francesa: Total. A Chirac le preocupan más su sectarismo ideológico y sus planes de reescritura de la Historia que los intereses de los accionistas franceses de Total... que también son votantes. El presidente la petrolera, Thierry Desmarest, en vez de obedecer las directrices políticas y culturales de Chirac, declaró el día 15 al diario Les Echos que está dispuesto a marcharse de Bolivia[viii].

Sin embargo, ¿por qué Rodríguez se considera aliado y amigo de dos gobernantes que comparten el desprecio a la obra de España? Ante esta situación cabe recordar la letrilla del poeta catalán Joaquín Barcina: “Oyendo hablar a un hombre, fácil es / acertar dónde vio la luz del sol: / si os alaba a Inglaterra, será inglés; / si os habla mal de Prusia, es un francés; / y si habla mal de España, es español”.

Pedro Fernández Barbadillo es profesor del Instituto de Humanidades Ángel Ayala-CEU de la Universidad San Pablo CEU.

Notas

[i] El País, 18-10-2005.

[ii] CEMBRERO, Ignacio: Vecinos alejados, Madrid, 2006, pág. 50.

[iii] Agencia BolPress, 13-5-2006. http://www.bolpress.com/politica.php?Cod=2006051305

[iv] “(...) la derecha no siempre está mal, (...) a veces también, por ejemplo en el caso de Chirac, es capaz de hacer prevalecer el derecho internacional para oponerse a la guerra”, declaraciones de Rosa Regás a la revista Fusión, en enero de 2003. http://www.revistafusion.com/2003/enero/entrev112.htm

[v] Clarín, 8-1-2006. http://www.clarin.com/diario/2006/01/08/elmundo/i-02904.htm

[vi] Op. cit., pág. 65.

[vii] El País, 19-10-2003.

[viii] El Confidencial, 15-5-2006 y www.infobae.com/notas/nota.php?Idx=254925&IdxSeccion=100799