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28/11/2006 | La izquierda corriente gana, la izquierda machetera pierde

Pedro Fernández Barbadillo

La marea populista ha dejado de subir en Iberoamérica y ahora se retira al fondo del mar. Esta afirmación puede sonar a un deseo más que a la enunciación de un hecho, pero creemos que los iberoamericanos han atravesado ya la mitad del túnel y se acercan a la salida.

 

En las últimas elecciones celebradas en México y Argentina han sido derrotados los candidatos de la izquierda machetera y en Brasil, un país-continente y la mayor economía de Sudamérica, ha vencido el candidato de la izquierda sensata gracias a una política neoliberal. Otra prueba es el fracaso de Venezuela en sus planes de obtener un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pese a que contaba con el respaldo de Cuba, Irán, Siria y otras grandes democracias, y había derrochado 1.100 millones de dólares en su campaña mundial[1]. Analicemos, a continuación, las elecciones citadas.

Derrota de un gobernador con deseos de ser rey Una de las escasas aportaciones de Hispanoamérica al derecho constitucional es el principio de no reelección a fin de evitar que unas elecciones fraudulentas asienten reinados como los de Porfirio Díaz en México y Juan Vicente Gómez en Venezuela. Gobernantes como los españoles Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andalucía desde 1990, y Jordi Pujol, presidente de la Generalidad durante 23 años seguidos, serían inconcebibles, a no ser que se tratase de príncipes reinantes. Pues dentro de la izquierda americana hay un movimiento que pretende erradicar ese sano principio. Hugo Chávez expresó sus deseos de gobernar hasta 2031[2].

Néstor Kirchner, un Chávez con corbata, también pretende eternizarse en el poder mediante la reforma del artículo 90 de la Constitución[3]: ampliación del mandato presidencial a cinco o seis años y prohibición de la reelección, aunque él se presentaría a las elecciones bajo el nuevo régimen, en una peculiar interpretación de las leyes que ya hizo el también peronista Carlos Saúl Ménem[4]. En su provincia natal de Santa Cruz, Kirchner suprimió mediante un referéndum confuso, la cláusula de limitación de mandatos y así gobernó durante doce años seguidos[5]. Otro rumor, de menor intensidad, es que Kirchner, como hizo el fundador del Partido Justicialista, el general Juan Domingo Perón, podría dejar la presidencia a su esposa, la senadora Cristina Fernández.

Cuando regresó la democracia al país, en 1983, la mayoría de las provincias limitó el mandato de los gobernadores a uno o dos períodos, pero en los años siguientes los caciques modificaron sus constituciones para ampliar su poder. En la actualidad, cinco provincias, todas poco pobladas y alejadas de las grandes ciudades, permiten la reelección indefinida[6]. Carlos Rovira, gobernador de la pequeña y pobre Misiones, quiso incluir su provincia en esa lista, y recibió el nada casual apoyó de Néstor Kirchner y su clan, así como el del gobernador de la ciudad de Buenos Aires, Felipe Solá, también peronista.

Los 654.000 misioneros del censo fueron convocados a la elección de una convención constituyente de 35 personas sólo para debatir si reformaban el artículo 110 de la constitución local. El riesgo de instituir una tiranía fue tal que el obispo emérito, el jesuita catalán Joaquín Piña, encabezó, con el respaldo del cardenal Jorge Bergoglio y de toda la oposición provincial, una lista a la convención. Como reacción espontánea, hubo ataques a la Iglesia, al obispo, a sacerdotes y a templos, y el gobernador prohibió a los policías la asistencia a misa el domingo 29 de octubre, la jornada electoral.

Tan interesados estaban los Kirchner en la victoria de Rovira que le apoyaron no sólo con mítines, sino con la política habitual de los peronistas: dinero y subsidios para comprar votos. Como publicó el diario La Nación el 31 de octubre: “El Presidente anunció inversiones hace un mes por $ 1900 millones y la ayuda social enviada en estos últimos días fue, por lo menos, de $ 6 millones. Otras versiones extraoficiales indican que existieron envíos de hasta $ 20 millones en subsidios, mercaderías, dádivas y prebendas. Pero esas remesas no pudieron ser corroboradas y allegados a la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, las niegan categóricamente. (...) Kirchner desembarcó allí hace un mes y anunció inversiones por $ 1900 millones; comprenden obras públicas, subsidios y hasta medicamentos. El jueves 19 del actual, la ministra Alicia Kirchner anunció en Posadas el envío de $ 4 millones para atender un tramo del Plan Alimentario Nacional El Hambre Más Urgente, que se destina a comedores comunitarios”[7].

Aparte del presidente y su hermana, también pasaron por Misiones otros dos miembros del clan, el ministro de Interior, Aníbal Fernández, y el jefe de gabinete presidencial, Alberto Fernández. Rovira fue uno de los primeros gobernadores en apoyar en 2003 la candidatura de Kirchner a la presidencia y ahora podía desbrozar de nuevo el camino para las ambiciones del santacruceño.

La votación en Misiones, con todo el país pendiente de ella, dio un resultado sorprendente, porque ninguna encuesta la había insinuado: la lista del Frente Unido por la Dignidad, encabezado por un jesuita septuagenario, obtuvo más del 56% de los votos y 20 constituyentes y la lista afín al político profesional y ladino sólo 15.

Como diagnosticó Piña, “creo que Kirchner utilizó esto como un globo de ensayo, como una prueba, para trasladarlo al nivel nacional. (...) Está claro que el gran perdedor fue Rovira, pero la derrota también salpicó a Kirchner. Y bueno, él se la buscó. Yo le advertí en una carta que no se pegara a Rovira, pero él prefirió devolverle favores por el apoyo que le había dado en 2003”[8]. A Kirchner le sentó tan mal la derrota de su amigo que se marchó al sur del país para escapar de los periodistas y de sus preguntas incómodas. Uno de sus probables rivales para las elecciones de 2007, su ex ministro Roberto Lavagna, ha propuesto la formación de un movimiento contrarios a los proyectos de legalizar la reelección.

De manera esperanzadora, la mayoría de los misioneros, pese a la presión de la Administración (Rovira removió a varios funcionarios opuestos a su plan y ordenó el pago de los salarios y los subsidios provinciales el viernes 27) y las fuerzas vivas locales sometidas al gobernador, se pronunció en contra de las pretensiones monárquicas. Como ha escrito el periodista Joaquín Morales Solá, “en un país donde ciertas bravatas nunca pagaban ningún precio, el estilo caudillesco de Rovira, que hasta les prohibió a los policías asistir a misa, es un claro ‘no’ al método de llevarse por delante a cualquiera. Debe destacarse que el primer ‘no’ a esos modos no llegó de los sofisticados centros urbanos, sino de una provincia remota y pobre”[9].

¿Puede ser éste el principio del fin de Kirchner? Al menos, que lo sea de unas maneras de hacer política en la desdichada Argentina.

López Obrador, vencido en su estado natal

La estrella del izquierdista machetero Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se acerca a su ocaso. Por fortuna para los mexicanos.

El 15 de octubre en Tabasco, su estado natal, se celebraron elecciones a gobernador. Fueron las primeras elecciones en México después de las presidenciales y parlamentarias del 2 de julio y de la crisis desencadenada por López Obrador al negarse a reconocer la victoria al derechista Felipe Calderón (Partido de Acción Nacional). La asistencia a las protestas organizadas por Obrador en el Zócalo de México DF iban adelgazando y las encuestas mostraban que los mexicanos, sobre todo los de la capital, estaban hartos de la demagogia del autotitulado defensor de los pobres[10], pero en Tabasco iba a haber un pronunciamiento claro.

Obrador estaba tan decidido a convertir esas elecciones en un plebiscito sobre su comportamiento que pasó muchos días en Tabasco en apoyo al candidato del PRD, César Raúl Ojeda. Y repitió su estrategia de las presidenciales: unos días de la fecha afirmó que su candidato iba a ganar y que si no era así se debía a un fraude[11]. Los resultados fueron rotundos: diez puntos de ventaja del candidato del PRI, Andrés Rafael Granier, cuando en julio la candidatura de Obrador había arrasado.

Una nueva derrota para Obrador, y en su casa. AMLO empezó su militancia política en el Partido de la Revolución Institucional (PRI), cuando éste ejercía la dictadura perfecta. En 1988, se fue con Cuauhtémoc Cárdenas, otro desencantado del PRI, a fundar el PRD. En 1994 se presentó por segunda vez a las elecciones de gobernador de Tabasco, frente a Roberto Madrazo, un patricio priista con el que este año ha competido por la presidencia nacional. Obrador, un agitador compulsivo y populista[12], denunció un pucherazo y recurrió a protestas callejeras y ocupaciones de campos de extracción de petróleo hasta que el presidente Ernesto Zedillo (PRI) respaldó a Madrazo.

Obrador no sólo está perdiendo su capital electoral (casi 15 millones de votos, más que la suma de los obtenidos por las listas la coalición que le apoyó en las elecciones al Congreso y al Senado), sino que está reanimando al PRI, que había caído al tercer puesto en las elecciones de julio. El ex alcalde del Distrito Federal está dispuesto a destrozar su partido en su empeño personal. Por tanto, sus correligionarios tratan de frenarle o de alejarse de él. El presidente del PRD, Cárdenas, pidió, antes del pronunciamiento del Tribunal Electoral Federal del Poder Judicial, que éste se acatase[13] y calificó de “grave error” la proclamación de Obrador como presidente legítimo por sus partidarios reunidos (y acarreados) en el Zócalo[14]. Y los dos aspirantes de Obrador para coordinar las bancadas del PRD en las cámaras de Diputados y Senadores, Miguel Angel Navarro y Ricardo Monreal, respectivamente, perdieron. Los diputados eligieron a Javier González Garza, hombre muy cercano a Cárdenas, y los senadores a Carlos Navarrete, miembro de la corriente Nueva Izquierda.

La protesta de Obrador se está desinflando como un balón de fútbol pinchado y a cada patada que él le da se escapa más de aire. El izquierdista acaba de nombrar un Gobierno en la sombra[15] constituido por políticos profesionales que le acompañaron en su mandato de alcalde de México DF. Con su lenguaje guerracivilista, AMLO afirmó: “Se equivoca la derecha neofascista si piensa que detentará el poder hasta el año 2030. En nuestro país, el conservadurismo sólo ha podido prevalecer transitoriamente. Y siempre con resistencia popular. El pueblo de México tiene alma colectiva, libertaria y progresista”[16]. Es de interés para nuestras tesis que mucha gente considera a López Obrador perdedor. Según publicó la prensa mexicana, la mayoría de las personalidades contactadas por el candidato derrotado y sus seguidores del PRD en las semanas anteriores habían rechazado sus ofrecimientos de ministerios (secretarías) en ese Gobierno[17]. Muchos juristas llevan meses diciendo que López Obrador está incurriendo en delitos federales como sedición, motín y ejercicio indebido del servicio público[18]. Pero seguro que, a diferencia de los procesamientos del chileno Augusto Pinochet y del argentino Jorge Videla, ningún juez consagrado a los derechos humanos y a la justicia retroactiva, sea mexicano, argentino o español, ordenará su detención por atentar contra la paz de una nación.

Sin embargo, aunque Obrador se apague como una cerilla que agota el palo, el sector más asilvestrado de la izquierda machetera no renuncia a la violencia, como demuestran los incidentes en Oaxaca. Las autoridades federales y locales dejaron el estado en manos de los revoltosos de la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca (APPO) desde mayo, y ahora tratan de recuperar el orden a tiros, cuando una protesta de los maestros por sus sueldos se ha convertido en un régimen paralelo a las instituciones legales. Los amotinados cuenta ya con el aplauso de los coroneles del Imperio Progre: Noam Chomsky, Eduardo Galeano, Toni Negri, Michael Moore...[19] López Obrador y quienes le respaldan en el PRD están tratando de aprovechar el motín en Oaxaca. Sus apoyos son, hasta ahora, verbales y simbólicos, como la decisión de los 34 legisladores del PRD en la Asamblea de México DF de donar dos días de su salario a la APPO[20].

La subversión violenta es una amenaza para Felipe Calderón, que comienza en unas semanas su mandato presidencial, pero el sexenio de su correligionario Vicente Fox ha demostrado que las vacilaciones al ejercer el poder son peores que las decisiones equivocadas. Fox desaprovechó la ocasión maravillosa de ser el primer presidente que no pertenecía al PRI desde los años 30. Sus proyectos quedaron bloqueados, a veces por la división parlamentaria y a veces por sus vacilaciones. También mantuvo relaciones con el rebelde Marcos, al que le consintió que hablase en el Congreso. Así transmitió el mensaje a agitadores como López Obrador y los miembros del APPO de que la violencia rendía y le ha dejado a su sucesor, con el que mantenía malas relaciones pese a militar en el mismo partido, un problema que puede entorpecer y deslucir los primeros meses de la presidencia de Calderón. La izquierda machetera quiere convertir Oaxaca en la nueva Chiapas para disponer de un medio con el que obligar al presidente a aplicar parte de su programa y a concederle espacio en el Gobierno de México, como reconocen los propios intelectuales de esta ideología[21].

Al menos en 2006 el PAN dispone de cuadros con experiencia de gobierno, a diferencia de 2000, y conoce la estrategia de sus enemigos. La segunda ventaja de que va a gozar Calderón es que el PRI se ha convertido en aliado suyo para arrebatar al PRD el segundo puesto como partido nacional.

Lula da Silva, el ‘traidor’ querido por el pueblo

Para la izquierda salvaje de Latinoamérica el brasileño Luiz Inázio Lula da Silva es un traidor[22] de la misma manera que lo es el británico Tony Blair para la izquierda suicida de Europa.

La larga lista de pecados mortales cometidos por el jefe del Partido de los Trabajadores es la siguiente: aplicación de una política económica ortodoxa con control de la inflación; negativa a aumentar las partidas de gasto público dedicado a la compra de votos entre las clases pobres; arremetida contra Evo Morales por la expropiación de los campos de hidrocarburos; pagó la deuda con el FMI; etcétera. En vez de encajar a Brasil, el país-continente de Sudamérica, como un eslabón más en la cadena de satélites que están forjando Hugo Chávez y Fidel Castro, Lula prefiere la atracción de inversiones de Estados Unidos, España o Alemania. En julio de 2003, mientras el presidente argentino Néstor Kirchner se reunió con grandes empresarios españoles para ponerles “a parir”[23], el antiguo sindicalista Lula les dijo que “no se arrepentirán de invertir en Brasil porque harán buenos negocios”[24]. En esa visita, Lula firmó con el entonces presidente español José María Aznar un acuerdo estratégico[25]; y menos de dos años después, con José Luís Rodríguez Zapatero ya en el Gobierno, los funcionarios españoles y brasileños de un grupo de trabajo conjunto proponían reformas legales para asegurar aún más las inversiones españolas, que ascendieron a 25.000 millones de dólares entre 1993 y 2003, el segundo monto en importancia[26].

Lula tampoco participa de la corriente de los nuevos caudillos social-indigenistas de refundar su país, como están haciendo Morales en Bolivia y Chávez en Venezuela, y habían anunciado los vencidos López Obrador en México y Ollanta Humala en Perú. No ha cambiado la Constitución nacional ni ha convocado una asamblea constituyente para redactar otra nueva.

Pese a los casos de corrupción de varios de sus ministros revelados en las semanas anteriores a las elecciones y su ausencia en los cuatro debates de televisión programados con sus rivales, el presidente y sus partidarios esperaban ganar en la primera vuelta, pero obtuvieron sólo el 48% de los votos. En la segunda vuelta Lula se enfrentó, no un candidato de la izquierda auténtica y traicionada, sino a uno de derechas, Geraldo Alckmin (Partido Social Demócrata Brasileño), ex gobernador del estado de Sao Paulo, que produce casi un tercio del PIB nacional. Es decir, la presidencia de Brasil se disputó entre dos políticos, que, en la visión alucinada de la extrema izquierda, aplican el mismo modelo neoliberal. La candidata del Frente de Izquierda, Heloisa Helena, recogió un 7% de los votos. Igual que ocurrió en 2002 en Francia, donde la presidencia de la república se jugó entre un candidato de derecha y otro de extrema derecha; la izquierda socialista, que había impulsado al Frente Nacional de Jean Marie Le Pen, quedó fuera.

En la segunda vuelta, celebrada el 29 de octubre, Lula recibió el 60% de los sufragios y Alckmin incluso perdió 2,5 millones respecto a su marca anterior. El reelegido presidente se comprometió a disminuir la pobreza –ya en su primer mandato se crearon seis millones de empleos en el sector formal de la economía y el salario real creció un 25%- y a mejorar la seguridad ciudadana[27] –Brasil es el segundo mayor consumidor de cocaína del mundo y el tercero en muertes por causas violentas. Para derrotar a Alckmin no vaciló en recurrir durante las cuatro semanas que hubo entre la primera y la segunda elecciones a un recurso que la izquierda machetera ha reprochado a la derecha: el miedo. Tanto los políticos populistas como los intelectuales progres criticaron a Felipe Calderón y Alan García que emplearan como argumentos los riesgos para la economía y la unidad nacional de la victoria de sus rivales. Lula pintó a Alckmin como un peligroso neoliberal, con lo que los electores dudosos se enfrentaban a la disyuntiva de decantarse entre un corrupto pero humano y un demonio[28].

Merece la pena señalar que, aunque Lula ha ganado otros cuatro años, la coalición de partidos que le respalda, y sobre todo el suyo, ha salido malparada. Los dos estados más ricos del país, Sao Paulo y Minas Geiras, así como otros cuatro más, estarán gobernados por los social demócratas; el PT sólo controla cinco, y sus aliados otros diez. En el ámbito de los partidos, el ganador ha sido el Partido del Movimiento Democrático Brasileño, una organización bisagra formada por políticos con arraigo local y que no dio una consigna de voto unánime en la segunda vuelta: tiene el grupo parlamentario más numeroso, con lo que Lula deberá negociar con él, y siete gobiernos estatales. El propio presidente ha sufrido un gran desgaste. En 2002 ganó en 26 de los 27 estados, mientras que ahora ha perdido en seis, los más ricos y poblados; sus electores se han concentrado en el norte y nordeste, donde viven los mayores beneficiarios de sus planes contra el hambre.

¿Cuál es la moraleja de la reelección de Lula? Después de su gran victoria en la segunda vuelta, se afirmó que Brasil vivía “un hechizo” con él. Pues a los brasileños los ha hechizado un tipo normal, alguien que no promete prodigios. Nada de redimir a los pobres quitándoles a los ricos sus dineros, ni de combatir al demonio George Bush, ni de recuperar los recursos naturales patrios, ni de movilizar a sus partidarios y clientes para ocupar las calles, ni de espiar a la oposición.

Conclusiones

En los próximos días habrá elecciones presidenciales en Nicaragua y Ecuador y a principios de diciembre en Venezuela. Aunque venciesen los candidatos adictos a Chávez y el propio Chávez, la influencia de éste será cada vez menor en Iberoamérica por voluntad popular... y por la disminución del precio del petróleo, con el que el militar golpista engrasa su revolución bolivariana. Como destaca el diario caraqueño El Universal: “Tras alcanzar un pico de 64,09 dólares por barril en julio, el promedio mensual más alto del año, el barril nacional ha mostrado una tendencia a la baja. En el mes de agosto promedió 63,13 dólares para bajar sustancialmente a 54,28 dólares en septiembre. En lo que va de octubre acumula 50,07 dólares el barril, lo cual sugiere que al cierre del mes en curso registrará un promedio inferior al de los últimos seis meses. En total, la cesta petrolera venezolana ha perdido 16,34 dólares por barril en las últimas 12 semanas de cotización, de manera casi sostenida”[29].

Sin embargo, Chávez puede causar todavía disturbios y convulsiones. Caracas ha desencadenado una carrera de armamentos en Sudamérica, cuya primera consecuencia será el engorde de los presupuestos militares a costa de otras partidas que podrían ser más convenientes para el desarrollo nacional. En el caso de que la cotización del barril de petróleo mantenga la tendencia a la baja, Chávez se encontraría sin fondos y todos los gastos comprometidos con sus aliados, desde TeleSur a las compras de armas, desde los programas de asistencia social a los suministros de crudo a Cuba, en suspenso. Entonces su régimen se desplomaría solo.

Pero de nuevo tenemos que insistir en que las gentes no tienen la obligación de optar siempre por lo correcto si la corrupción, la miseria y la delincuencia les ahogan en la desesperación. Esta advertencia, que no proviene de ningún vidente, sino de alguien que ha visto repetirse la misma historia en distintos países de las Américas a lo largo de un par de décadas, la deberían de tener presente los nuevos jefes de Estado elegidos en 2006, como Felipe Calderón y Alan García. Y, también, los gobernantes y los empresarios de Estados Unidos y España[30].


Notas


[1] http://www.gees.org/documentos/Documen-01734.pdf.

[2] http://www.terra.com.uy/canales/internacionales/137/137831.html.

[3] Artículo 90: “El presidente y vicepresidente duran en sus funciones el término de cuatro años y podrán ser reelegidos o sucederse recíprocamente por un solo período consecutivo. Si han sido reelectos o se han sucedido recíprocamente no pueden ser elegidos para ninguno de ambos cargos, sino con el intervalo de un período”.

[4] Ménem trató de ser elegido para tres mandatos. La Corte Suprema, que él nombró, dictaminó que se podía presentar a las reelecciones, pues su primer mandato no contaba al ser anterior a la reforma de la Constitución.

[5] “Pero la imaginación no tiene límites cuando de mantener el poder se trata. El entonces gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, quien había inspirado la reforma constitucional de 1992 que posibilitó su primera reelección en 1995, convocó a una consulta popular vinculante en 1998 sobre dos temas distintos que debían ser respondidos en conjunto: reformar otra vez la Constitución para la reelección indefinida del gobernador y vicegobernador y para incorporar el Consejo de la Magistratura. El “sí” obtuvo el 56,88% de los votos y consecuentemente la Convención Constituyente introdujo la cláusula re-reeleccionista”, Gonzalo F. FERNÁNDEZ, en ‘Reelección indefinida: un retroceso institucional’, “Cuaderno de Federalismo” XVII, 2003, Instituto De Federalismo, Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, http://www.acader.unc.edu.ar/artcuadernofederalismo17.pdf.

[6] http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/politica/Nota.asp?nota_id=851793.

[7] http://www.lanacion.com.ar/herramientas/SoloTexto/Nota.asp?nota_id=853510.

[8] http://www.lanacion.com.ar/politica/nota.asp?nota_id=854370&origen=ranking

[9] http://www.lanacion.com.ar/politica/nota.asp?nota_id=854077.

[10] El lema de la campaña de López Obrador fue Los pobres primero y el nombre de su coalición Por el Bien de Todos.

[11] http://www.jornada.unam.mx/2006/10/11/037n1est.php.

[12] http://www.jerez.com.mx/2006/julio/lopez_obrador.html.

[13] http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=256709.

[14] http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/americas/15550931.htm.

[15] http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=269557, http://www.eluniversal.com.mx/notas/385676.html y http://www.eluniversal.com.mx/nacion/145020.html

[16] http://www.amlo.org.mx/noticias/discursos.html?id=55486.

Desde hace varios años, la izquierda mexicana trata de vincular al PAN con una organización secreta de extrema derecha llamada El Yunque, para deslegitimar al partido y a sus dirigentes. A los lectores españoles esta campaña les recordará la insistencia por parte del PSOE, incluso el propio José Luis Rodríguez Zapatero, y de numerosos creadores de opinión en sostener que el Partido Popular está en manos de una “derecha extrema”. Ejemplo de lo dicho: http://www.esmas.com/noticierostelevisa/noticieros/372317.html.

[17] http://www.eluniversal.com.mx/nacion/144973.html.

[18] http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=261963.

[19] http://www.jornada.unam.mx/2006/11/02/007n3pol.php.

[20] http://www.jornada.unam.mx/2006/11/04/019a1pol.php.

[21] “Chiapas 1994, Oaxaca 2006”. http://www.jornada.unam.mx/2006/11/04/019a1pol.php.

[22] Recomendamos la lectura de la siguiente entrevista a Alipio Freire, uno de los fundadores del partido de los Trabajadores que abandonó con diferencias con Lula. Su juicio de Lula y Alckmin es el siguiente: “Lula es neoliberalismo con políticas compensatorias, Alckmin será neoliberalismo radicalizado sin políticas de compensación”.

http://www.prensadefrente.org/pdfb2/index.php/a/2006/10/23/p2215?printme=1&skin=print.

Y también esta columna de opinión: http://www.jornada.unam.mx/2006/10/06/028a1pol.php.

[23] http://www.clarin.com/diario/2004/01/28/p-00301.htm.

[24] http://www.americaeconomica.com/numeros4/222/reportajes/miki222.htm.

[25] http://www.clarin.com/diario/2003/07/17/i-02301.htm.

[26] http://www.lukor.com/not-esp/internacional/0501/24181241.htm.

[27] http://www.realinstitutoelcano.org/zonasanalisis.asp?zona=2&version=1&publicado=1.

[28] http://www.elpais.es/articulo/internacional/elpporint/20061028elpepiint_15/Tes/.

[29] http://buscador.eluniversal.com/2006/10/28/eco_art_47070.shtml

[30] “El presidente de Repsol YPF, Antoni Brufau, valoró hoy de forma positiva el acuerdo alcanzado ayer con el gobierno de Bolivia para seguir operando en el país porque crea un marco de ‘seguridad jurídica’ para las inversiones de la petrolera”, http://www.europapress.es/noticia.aspx?cod=20061030113641&ch=146.

Grupo de Estudios Estratégicos (España)

 



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