Beatriz Paredes (Tlaxcala, 1953) escurre el bulto a la hora de responder si quiere ser presidenta de México en 2012. Tiene alguna opción para ser la candidata del histórico Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero es reacia a dar la mínima pista. "No es el tema que motiva. Trabajo para fortalecer al PRI y 2012 esta demasiado lejos. Yo soy más de causas que de puestos", y zanja el asunto.
Lo cierto es que con Paredes, que dirige el partido desde marzo de 2007, el movimiento ha recuperado mucho del terreno perdido en 2000, tras más de 70 años en el poder. Tras los comicios legislativos y regionales de julio pasado, el PRI se alzó con el control de la Cámara baja y ganó o renovó más del 60% de las gobernaciones federales frente a su principal rival, el Partido Acción Nacional (PAN) del presidente Felipe Calderón.
"Lo que ha sucedido es que hemos encauzado, sin ataduras, al gran movimiento social que ha sido el priísmo", explica Paredes en Madrid, adonde llegó ayer invitada por la Casa de América. "El PRI se ha reencontrado con las grandes causas populares y recuperamos el orgullo priísta con una actitud de inclusión. Alejamos las facciones de la dirigencia del partido. Ya no es un PRI de camarillas sino uno abierto a todas las corrientes, donde hay más diálogo interno y más oportunidades para la gente joven y las mujeres", añade.
"La recuperación del PRI también tiene que ver con que hemos asumido que tenemos que ser una oposición responsable y constructiva. Somos la primera fuerza territorial por gobernadores y diputados y tenemos una gran presencia en el Senado". Desde esa posición de fuerza, el PRI de Paredes quiere plantear una estrategia económica que tenga como eje la creación del empleo.
"Queremos que haya una reactivación del sector financiero. No sólo fortalecer la banca de desarrollo sino también la banca comercial, en la que hay una gran presencia española, para que desempeñe un papel importante en la financiación de los sectores productivos y no sólo en el del consumo... Es decir, que no sólo se dediquen a dar tarjetas de crédito", explica la jefa del PRI.
México tiene, aparte, dos reformas pendientes que son clave para su futuro económico: la energética y la fiscal. La petrolera estatal Pemex, la vaca fiscal de los últimos 30 años, está en declive. La producción de crudo se agota y no tiene los recursos propios para hacer frente a nuevos proyectos. La empresa es poco atractiva para la inversión extranjera. La última reforma del sector, de hace un año y medio, intentó hacer a Pemex más ágil y abierto, pero el sector aún reprocha a los gobiernos mexicanos que se resistan a pagar un precio acorde al éxito o el fracaso de un emprendimiento petrolero.
Paredes niega que los problemas de Pemex sean sólo por falta de recursos para invertir en exploración. "Hay que recordar que la Administración de Vicente Fox (PAN, 2000-2006) tuvo unos ingresos anuales no presupuestados equivalentes a dos puntos del PIB mexicano, es decir, 12 puntos en seis años, que se podrían haber invertido en reforzar a Pemex y no se hizo. No sólo es un problema de falta de recursos sino también de falta de visión de las recientes administraciones federales. La última reforma apenas se ha puesto en marcha y acaban de cambiar al jefe de Pemex [el actual, Juan José Suárez Coppel, lleva un mes]. ¿Me pregunta si la reforma es o no atractiva? Bueno, éste es el debate abierto en México... Pero antes de descartarla hay que darle una oportunidad", opina.
Respecto a la reforma fiscal, Paredes reconoce que el país debe ser más eficiente a la hora de recaudar impuestos. "La labor del SAT [la agencia tributaria] deja que desear y el grado de informalidad es muy severo", reconoce. Paredes está a favor de ampliar el padrón de contribuyentes, pero al mismo tiempo cree que mientras dure la crisis económica no hay que "golpear a quienes tienen menos ingresos" ni tampoco gravar "los productos básicos como los alimentos y las medicinas".
En la gran guerra que libra México contra el crimen organizado, Paredes sostiene que es fundamental que "la sociedad tenga claro que todas las fuerzas políticas creen que el Estado debe dar la batalla" (...) Podemos tener diferencias en términos tácticos, pero es crucial que logremos que el país no pierda ninguna región ni haya territorios dominados por un grupo. Hemos apoyado las leyes que refuerzan la fiscalía general, aunque creemos que es importante que se recuerde que el país tiene un régimen federal y que la coordinación estatal con los gobiernos locales es fundamental (...) Aparte de esto, es importante dar al problema un enfoque global. El problema del narcotráfico no es sólo mexicano, sino que es internacional y es fundamental que los grandes consumidores asuman su responsabilidad.