—¿Hay solución para Ciudad Juárez? —pregunté en algún momento.

—Definitivamente, sí hay solución. Y la solución no son miles de soldados, ni miles de judiciales, ni miles de los “Pefepos”. Son los padres de familia. Hay solución si a través de su revista o lo que ustedes representan se hiciera un llamado a la ciudadanía, a los padres, que son los que permiten que sus hijos salgan sabiendo que están en malas compañías, y que ingresan grandes cantidades de dinero y los padres lo ven y no preguntan. No se necesita que saquemos cinco mil policías más. Lo que queremos es que sean padres responsables. Y eso se va a lograr con ayuda del gobierno, a través de la Secretaría Educación Pública, a través de la prensa.

—¿Cómo?

—Que no manipule información, que haga buenos programas en el cine y la televisión, que ponga un censo. Yo la verdad estoy de acuerdo que se ponga un censo, o sea que vuelva otra vez la censura porque, ¡caray!, si escucha la música de esta generación...

—¿Se refiere a los narcocorridos?

—¡Ay, Santo Dios! Un día un niño de segundo grado se acerca y me dice: “Yo cuando sea grande quiero ser sicario”. ¿Qué edad tiene un niño de segundo grado? ¿Siete? Y ya entendía la palabra sicario, es probable que sí, porque ya lo escuchó en la prensa, ya lo escuchó de sus padres, ya lo escuchó de las revistas, ya lo escuchó tal vez de la música. Tal vez no lo comprenda pero ya está aprendiendo desde pequeño.

—¿Qué más me podría decir sobre el papel de los medios de comunicación?

—Es fundamental… la información es fundamental.

—¿Cómo es la información que se consume aquí en Ciudad Juárez?

—Yo lo visualizo así, no es que minimicen la noticia, sino que nos ayudaran en verdad, los medios de comunicación a, ¿cómo le digo?, a bajar la información. Que no sean tan alarmistas de la situación, que se presente la noticia tal y como es, pero si agregan comentarios personales, tal vez autorizados por la empresa, pues se manipula la información.

—¿Como cuáles ejemplos podría darme?

—Las revistas manipulan la noticia. Me gusta ver las noticias pero no me gusta que me digan: un terremoto, hay cinco niños damnificados. Ahora pasamos a lo nacional y empiezan a platicar con el otro locutor, y a opinar. Recuerden que hay niños, que hay jóvenes que están escuchando y que son fácilmente manipulables. La noticia es tal cual como se presenta pero no acompañada de un punto de vista.

—¿Qué casos le han tocado de abusos de los medios?

—¿Qué me ha tocado? Me han tocado comentarios fuera de lugar, cosas que van más allá de la noticia y son puntos de vista, no noticias. No quiero pelear.

—Le pregunto para entenderlo mejor, no en afán de pelear.

—Yo insisto en el papel de la familia. Que todos pongamos nuestro granito de arena. Somos bien poquitos elementos en Ciudad Juárez, pero si la familia y la prensa participan sería otra cosa.

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