Con la repentina pre-candidatura de Fabio Gadea Mantilla, reconocido empresario radial, actual diputado por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) en el Parlamento Centroamericano, creador del ya legendario y popular personaje folklórico Pancho Madrigal e irónicamente consuegro del ex presidente Alemán, todo parece cambiar. Esta nueva opción ha despertado un interés especial en el electorado, decepcionado y apático con la oferta política que se les presentaba para destronar a Daniel Ortega.

A pesar de que su campaña aún se encuentra en pañales --sin representación oficial de un partido político y sin suficientes fondos para hacerle frente al inverosímil poderío económico personal de Daniel Ortega y a la aún considerable estructura política del PLC-- las claras manifestaciones de apoyo de diversos sectores sociales la han convertido en una respetable alternativa.

Aún falta mucho para que Gadea Mantilla pueda transformarse en un fenómeno electoral de unidad opositora similar a Violeta Chamorro en 1990 cuando derrotó a Daniel Ortega. Las condiciones políticas domésticas e internacionales son muy diferentes. Sin embargo, el terreno para ello es muy fértil. El clamor popular --hasta el momento temeroso y pacífico-- por detener a Ortega en su implacable proceso de desintegración e irrespeto a todo vestigio de institucionalidad que aún queda en Nicaragua hace pensar que ello es posible.

En el área económica, la comunidad nicaragüense en el exterior podría nuevamente jugar un rol significativo. Pero para ello sería oportuno y necesario que Gadea Mantilla desde ya se acercase a dicha comunidad y se comprometa con temas de especial interés para la misma. Temas como la discriminación constitucional que sufren desde que Alemán y Ortega decidieron bloquearlos del proceso político nicaragüense y como la cedulación y voto en el exterior, causa por la que la comunidad ha luchado incansablemente.

Aunque siempre dispuesta a contribuir al desarrollo democrático y económico de su país, la diáspora nicaragüense es cada vez más escéptica de las promesas políticas de quienes sólo la buscan en los periodos electorales. Una vez concluidos vuelve a convertirse en paria, ciudadanos de segunda clase y en amenaza a los privilegios del status quo político. Sin un compromiso para recuperarle esos derechos, Gadea Mantilla seguramente no recibirá tan importante apoyo.

El pre candidato también ha indicado que uno de sus principales objetivos como presidente será implementar un plan nacional de desarrollo para 20 años. Esto con el propósito de eliminar el torpe proceso de ``inventar la rueda'' que ocurre cada vez que una nueva administración toma las riendas. Loable idea, pero siendo ese el caso, sería consistente además de racional el aprovechar el Plan Nacional de Desarrollo elaborado durante la administración de Enrique Bolaños. Si bien dicho plan no es perfecto y deberá sufrir ajustes, representa un enorme y valioso esfuerzo que no debería ser descartado.

Por el bien de Nicaragua y antes de que el nicaragüense no encuentre más opciones que las violentas, confiemos que esta candidatura avance. Quienes dudan de su potencial en derrotar a Ortega recuerden que la alternativa es peor.

Ex cónsul general de Nicaragua en Miami.