De acuerdo a la última encuesta realizada por CID Gallup –38% para Ortega, 28% para Gadea Mantilla, 14% para Alemán y 4% para otros– el resultado de la próxima elección presidencial, dada la insuperable división de la oposición, continúa apuntando a quién de los consuegros –el ex presidente Alemán o el empresario radial Gadea Mantilla– podría acercarse lo suficiente al inmutable techo de Ortega como para obligar a una prometedora segunda vuelta.
De permanecer la tendencia, Gadea Mantilla con un 5% o más de votos, pese a
toda la maraña fraudulenta ya armada por el Consejo Supremo Electoral y la Corte
Suprema de Justicia, tendría más posibilidades de lograrlo. Pero las encuestas,
solo fotografías en un momento determinado, son insuficientes para revelar y
comparar la fortaleza de ambos candidatos en tres áreas de vital importancia:
Capital. La famosa frase
“un político pobre es un pobre político”, atribuida al profesor y político
mexicano Carlos Hank González, es cada vez más una realidad ineludible en la
política nicaragüense. Aun en esta era de Facebook y Twitter –por cierto con muy
poca influencia y penetración en Nicaragua– que permiten hacer campaña a un bajo
costo, la disponibilidad de un amplio recurso monetario y no solo de
comunicación virtual es indispensable. En este sentido y al menos en este
momento, los recursos económicos de la campaña del ex presidente parecen darle
una ventaja sobre la del consuegro. Sin embargo, de seguir la tendencia de
preferencia electoral es muy posible y natural que ello se revierta. Por el
momento, punto para Alemán.
Carisma. A pesar de haber
poseído en el pasado el carisma suficiente que le permitió conquistar la
alcaldía de Managua primero y luego la presidencia, es difícil no argumentar que
como consecuencia del nefasto pacto con Ortega y de las muchas acusaciones y
sospechas de enriquecimiento ilícito, este carisma se ha desvanecido
considerablemente. Encuesta tras encuesta demuestran que en esta área el ex
presidente sufre de una imagen desastrosa. Por su parte, a Gadea Mantilla, pese
a su edad, le favorece su larga, independiente y exitosa trayectoria con temas y
personajes populares en el medio radial. Estos le han generado el carisma
necesario para acumular votos dentro y fuera del liberalismo. Punto para Gadea
Mantilla.
Credibilidad. Sin duda en
esta área el ex presidente sufre de un déficit abrumador. La gran mayoría no
cree ni en su oposición a Ortega ni en su interés en unir a la oposición.
Contrario a su famoso slogan presidencial “obras y no palabras” gran parte de la
población le acusa de que sus obras contradicen sus palabras y que está más
interesado en mantener su cada vez más reducida cuota de poder que en derrotar
la inconstitucional candidatura de Ortega. Gadea Mantilla por su parte ha
demostrado a lo largo de su trayectoria empresarial y política ser una persona
consistente con sus principios y valores tanto personales como ideológicos. Si
bien su actuar político antes de convertirse en candidato presidencial ha sido
de bajo perfil, la población en general lo considera una persona respetable y
sin motivos para carecer de credibilidad. Punto para Gadea Mantilla.
Si de acuerdo a esta última encuesta tan solo el 5% del voto –aproximadamente
150 mil votos– es lo que teóricamente necesitaría Gadea Mantilla para forzar una
segunda vuelta y probablemente la derrota del proyecto absolutista de Daniel
Ortega, es deber de todos y cada uno de los nicaragüenses en capacidad de votar
ir a las urnas y desde ya demandar y luchar por un proceso transparente, bien
fiscalizado y debidamente observado por organismos internacionales y nacionales.
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