Empezó a celebrarse oficialmente hace 144 años, con una proclamación el 5 de mayo de 1868, tres años después del fin de la Guerra Civil. El mayor general John A. Logan, que dirigió a un grupo de veteranos del ejército de la Unión, declaró el 30 de mayo el “Día de la Decoración”. Fue el día para decorar las tumbas de los soldados muertos en la Guerra Civil.

Hubo otros días señalados un año o dos antes para el mismo propósito en distintas partes del país, pero fue la declaración del general Logan la que dio lugar a la tradición de una ceremonia en el Cementerio Nacional de Arlington. Hoy unos 5,000 –la misma cantidad que en 1868– participan en la conmemoración en Washington.

En 1971, el Congreso declaró el día un feriado nacional, y pasó oficialmente la conmemoración al último lunes de mayo.
Al paso de los años, el feriado se ha convertido en un fin de semana largo para tomar unas vacaciones cortas, divertirse en la playa o ir de compras para aprovechar las rebajas.

Pero miles de familias en nuestra nación llorarán hoy a sus hijos e hijas muertos en la década pasada en Afganistán o en Irak, o a los padres caídos en Vietnam o a todos los que murieron en otras operaciones militares en los tiempos modernos. En total, según el Departamento de Asuntos de Veteranos, 1.1 millones de militares norteamericanos, hombres y mujeres, han muerto American en las guerras de este país.
No debemos olvidarlos.

La orden del general Logan a sus hombres en 1868 sigue vigente hoy:
“Que senderos gratos inviten el paso de visitantes respetuosos y dolientes afectuosos. Que ningún descuido, ni los estragos del tiempo, testifiquen a las generaciones actuales o venideras que hemos olvidado como pueblo el costo de una república libre y unida… Debemos cuidar sus tumbas con sagrada vigilancia”.

Lograr una república unida es más difícil en estos tiempos de hiperpartidismo.
Todos los norteamericanos de bien tendrán hoy la oportunidad de dejar a un lado las quejas sobre su gobierno y los recelos sobre su liderazgo político y apoyar por un breve momento una república unida.

Dedique un minuto este lunes a orar, meditar o guardar silencio a las 3 p.m., hora local, según exhorta el Momento Nacional de Recordación. Un minuto para recordar y honrar a los valientes que se sacrificaron por la seguridad de nuestra nación.
Un minuto. Después siga de compras o tomando el sol, o disfrutando el día con la familia y las amistades.

Porque a pesar de las fracturas políticas en el alma nacional, Estados Unidos sigue siendo un faro para los que buscan una “república libre y unida”, gracias al coraje y al sacrificio supremo de los 1.1 millones de norteamericanos a lo largo de nuestra historia.