Sin embargo, el avance armamentístico de Chávez está muy lejos de haberse paralizado. Por un lado, el gobierno venezolano ratificó este miércoles su decisión de seguir adelante con la negociación con Irán por la venta de una veintena de aviones de combate. Por otro, diversas denuncias difundidas en La Paz dieron cuenta de la presencia en territorio boliviano de treintamil armas que habrían sido introducidas ilegalmente al país por colaboradores de Chávez con la intencion de abastecer a supuestas "milicias civiles" que estarían siendo constituídas por orden de Evo Morales con el fin de garantizar su permanencia en el poder.

La acusación, lanzada por dirigentes de las fuerzas políticas de la oposición de la provincia de Santa Cruz y difundida por el diario paceño El Mundo, reveló que según algunos informes de inteligencia local en los últimos meses ingresaron a Bolivia 30 mil armas provenientes de Venezuela, las que serían parte de un cargamento de 100 mil unidades que Chávez habría comprado a España.

"Se tiene la sospecha de que esas treinta mil armas militares han ingresado al país en cajones de televisores que han sido traídos para alfabetizar a la población de las diferentes provincias" indicó el dirigente Jesús Marcos López, uno de los denunciantes del caso.

Marcos López aseguró que el armamento introducido en forma ilegal al territorio boliviano estaría siendo utilizado por Morales para "crear sus propias milicias, su propio ejército paramilitar", debido a que "no confía" en las tradicionales fuerzas armadas y de seguridad locales. Tras exigir al mandatario que aclare feacientemente la procedencia y el destino de las armas en cuestión, el dirigente pidió a las autoridades del gobierno que "digan la verdad y no jueguen con el pueblo hablando de democracia cuando en silencio se están armando".

Las acusaciones de la dirigencia opositora de Bolivia respecto a que el armamento llegado desde Caracas tendría como destino especial el abastecimiento de nuevos grupos paramilitares ha despertado todo tipo de especulaciones sobre un posible intento de Morales de copiar dentro de su territorio la misma receta instrumentada por Chávez a partir de la creación en Venezuela de las denominadas milicias civiles.

El líder venezolano ha fundamentado que el propósito de entrenar a unos dos millones de civiles de su país en prácticas como el bloqueo de las entradas a la ciudad y carreteras, el corte del suministro de servicios públicos o la fabricación de bombas caseras tipo molotov, tiene por objeto central la posibilidad de contar con tropas adicionales frente a una eventual "invasión extranjera". Sin embargo, entre la oposición chavista han advertido que la creación de las milicias civiles constituye un dato “muy peligroso” porque podrían ser utilizadas por el gobierno para sofocar protestas populares o movimientos contra su gestión.

“Hay que recordar que la guardia territorial responde directamente al presidente. El podría usarla como instrumento de represión, por ejemplo, contra un levantamiento popular”, denunció el militar retirado Mario Carratú Molina, reconocido opositor al mandatario venezolano.

Los mismos temores son reconocidos por aquellos sectores que repudian en Bolivia que Morales avance en un rearme militar similar al instrumentado por el chavismo y que también utilice para ese propósito los fondos adicionales que le pueden reportar al país la nacionalización de los recursos energéticos. "Pedimos a este gobierno que nos aclare si se está armando para quedarse con el poder, si está en planes de convertir a la democracia boliviana en algo parecido al régimen de Cuba que no es más que un sometimiento porque no hay pluralidad", denunciaron los referentes opositores a Morales.