Aunque uno no lo quiera, oye tambores de guerra en América del Sur, y ve indios con las caras pintadas, lo que es muy mala señal. El conflicto sudamericano se ha pasado del sur al norte. Si antes la guerra rondaba por los mares fríos y farallones de hielo en parajes de Argentina y Chile, o por el candente desierto de Atacama, ahora las señales de humo se ven claramente en el triángulo entre Venezuela, Colombia y Ecuador.
El venezolano Hugo Chávez no puede disimular su antipatía por su colega Álvaro Uribe. A su vez Uribe, por una incursión militar en territorio ecuatoriano para cazar a un jefe de las FARC, provocó la ira de Correa y la consecuente ruptura de relaciones diplomáticas. Está a la vista que Venezuela y Ecuador se entienden en contra de Colombia. Chávez y Correa, populistas, no soportan al conservador Uribe, que, además, ni corto ni perezoso, se ha convertido en aliado de Estados Unidos.
Las bases norteamericanas en Colombia están destinadas a tener un apoyo aéreo contra la narcoguerrilla, según Uribe. Pero, también, son una garantía ante un posible ataque venezolano. ¿Quién se va a meter con Colombia si hay siete bases militares gringas? Creemos que nadie. Aún más, esas bases pueden convertirse en garantía de paz en la región, aunque parezca insólito. Es un factor disuasivo para la política agresiva de Chávez que no sabemos si es un gritón solamente o si se las trae en serio. Con Honduras no pasó de ser un alharaco y nada más.
Venezuela le ha donado a Ecuador seis cazas Mirage 50, con misiles, de los que ya le ha entregado tres. Donar aviones de combate veloces y artillados no son para otra cosa que para amenazar a los vecinos. A Chávez no se le ocurriría hacerle una donación similar a Bolivia, porque estratégicamente no cuenta en sus planes. Bolivia está para armar alboroto público contra EEUU y para pinchar periódicamente a Perú, pero no para guerrear.
Chávez alienta a S.E. a provocar a los gringos y a Alan García, de eso no hay duda. Si en Perú estuviera gobernando Humala otro gallo cantaría. Pero como Alan García es un odiado neoliberal, hay que echarle los perros encima cada vez que se pueda. Así que para Bolivia no hay Mirage 50 sino ambulancias y platita para la campaña “reelectoral” de S.E.
Cómo no va a tener cuidado Uribe si Chávez provoca hasta a EEUU diciéndole: “Maldito imperio, mil veces maldito, algún día terminarás y te hundirás. Te maldigo mil veces imperio yanqui…” ¿Pero qué es eso? ¿Cómo Uribe no se va a cuidar de un energúmeno que reta de ese modo a la primera potencia del mundo?
Las cosas no caminan muy tranquilas por nuestros trechos. Han aparecido unos mandamases, dictadorcitos iletrados, que son tan descerebrados que pueden llevar a la guerra a más de una nación. Y, por hoy, el ojo de la tormenta está entre Chávez y Uribe.