La llegada de buena parte de los casi 1,500 wikileaks peruanos a su país de origen debió ser un acontecimiento. Hasta aquí ha sido un anticlímax. Quizás El Comercio, que los recibió, todavía está hurgando por entre los correos. Pero si las primeras revelaciones son indicio de algo, esos periodistas van a raspar el fondo de una olla electrónica más bien agotada.
En verdad los destapes peruanos de la primera hora en El País tampoco fueron gran cosa, a pesar del esfuerzo de la prensa local por volverlos dramáticos. Quizás una mirada peruana detecte bocadillos políticos que en España pasaron inadvertidos. Aunque en términos generales ya sabemos que los diplomáticos de Washington no confiaban grandes secretos de Estado a la red, sino más bien modestas apreciaciones.
Al confiar su botín a un solo medio peruano, la gente de Wikileaks introduce la posibilidad de un sesgo en la selección o la presentación del material. Además la selección de medios (los cinco diarios originales del hemisferio norte, y ahora este peruano) se contradice con la idea de acceso universal en que se ampara la gente de Julian Assange.
Por lo pronto El Comercio solo habría recibido los envíos del 2006 a la fecha, es decir Alan García, no Alejandro Toledo. De ser esto así, la decisión, voluntaria o inopinada, pone a buen recaudo a uno de los partidos en competencia de estas elecciones. ¿Por qué tomaría una decisión así el buró londinense de la página web? ¿Está guardando ese material para otro medio peruano? ¿Para otro momento?
Estamos, pues, en una suerte de segunda hora del fenómeno. Los diarios originales, probablemente cansados de escarbar, ya retiraron la sección “Papeles del Departamento de Estado” de sus primeras planas, y ahora es el wikileak el que depende de la coyuntura, y no al revés. Un acontecimiento como el dominó árabe de estos días lleva a los wikitenientes a chequear qué habían venido diciendo los funcionarios de Washington.
Así, como en la segunda ley de la termodinámica, los wikileaks del mundo se van a ir enfriando irreversiblemente a medida que se hagan más conocidos o más antiguos. Sin embargo hay refrescos. El desembalse de wikileaks bancarios sobre 2000 grandes cuentas offshore en Gran Caimán está esperando su turno. El banco afectado ya ha abierto juicio a la página web Wikileaks.
Es casi seguro que todavía hay más emociones fuertes esperando para quienes emprendan la lectura acuciosa de los seis tomos de transcripciones de vladivideos que en todos los miles de wikileaks peruanos juntos. Quizás el mejor destino del donativo de Assange sea un buen CD-Rom para uso de especialistas en relaciones bilaterales EEUU-Perú.