Gates reducirá el presupuesto de defensa americano: en armamento y material, logística y mantenimiento.
LOS gobiernos de la OTAN recortan sus presupuestos de defensa. Estados Unidos podrá reducir el 30 por ciento de sus efectivos. De las 14 agencias vinculadas a la defensa quedarán tres. Muchos de los recortes no se los embolsarán los contribuyentes, recordaba el jueves 9, en Bruselas, Robert M. Gates, secretario de Defensa americano, sino que contribuirán a crear nuevas capacidades de combate. Si los europeos quieren evitar su irrelevancia militar, habrán de aumentar sus contribuciones. Los recortes anunciados por Gates serán mayores en armamento y material, instrucción, logística y mantenimiento. Las industrias militares reducirán su volumen. El esfuerzo se centrará en inteligencia, vigilancia y reconocimiento. En Libia deberían hacerse 300sortiesal día y se hacen 150. Los aliados europeos han estado escasos de munición y han recurrido una vez más a los arsenales americanos. «No entendemos cómo la primera alianza del mundo no ha podido sustituir a un dictador de un país de 6 millones de habitantes...».
«Lo que ha cambiado, añadió Gates, es el entorno político y económico de Estados Unidos»… «Con 20 años más que el presidente, soy de los mayores de esta administración» (68 años, frente a 73 de Leon Panetta, su sustituto. Obama, 49 años). Al día siguiente, 10 de junio, el secretario de Defensa advertía a sus aliados europeos: «En el futuro, los americanos dudaremos si vale la pena dedicar una parte de nuestro presupuesto a defender a unos aliados que, frente al 5.4 por ciento del PIB de Estados Unidos, invierten en defensa entre 1.1 y 2.5 por ciento». El PIB americano de 2010 fue de 14.700.000 millones. El de España, diez veces menor, 1.410.000 millones. Con la décima parte de producción de Estados Unidos, España dedica a defensa 50 veces menos (786.000 millones de dólares anuales frente a 15.300 millones). ¿Y entonces?
España fue neutral en las dos guerras mundiales. América desembarcó dos veces en Europa, en 1917 y en 1944. Luego, con el Plan Marshall, ayudó decisivamente a su reconstrucción. Pasada la guerra fría, los próximos líderes de América podrán pensar que el esfuerzo de la OTAN no vale la pena. La operación de Libia ha demostrado, entre otras cosas, la escasa utilidad de los grandes cazabombarderos, sin medios en tierra o mar para procesar y atacar a objetivos identificados.
Estamos en medio de una gran crisis económica, recordó Gates. Debemos reducir drásticamente los programas. «Soy uno de los últimos productos de la guerra fría, recordaba, y me encuentro en la difícil posición de recordarlo: los contribuyentes americanos no podrán seguir llevando el 75 por ciento de la carga financiera de la Alianza. Espero que la realidad se imponga frente a la negativa tendencia de los últimos 20 años».
Es un grave asunto sobre el que volveremos. En Libia, los presupuestos para operaciones especiales han sido casi gastados por Francia y Reino Unido, protagonistas de los bombardeos. Ambos han tenido que apoyarse en la información de los AWAC, los aviones de seguimiento americanos. En el Congreso de los Diputados oiremos el 20 de junio a las ministras españolas de Defensa y Asuntos Exteriores.
