—¿Cuánto gasta en cultura Ciudad Juárez? —me pregunta.

—Lo que sé es que hay cerca de 5 mil soldados.

Desde 2002, en esta ciudad —la segunda más importante de Colombia— el presupuesto oficial para cultura y educación ha ido en aumento hasta llegar a ser hoy en día, incluso, mayor que el presupuesto de todo el Ministerio de Cultura. A la par de eso, los indicadores de violencia se han reducido radicalmente.

La ciudad, antes famosa a nivel mundial por Pablo Escobar y La virgen de los sicarios, es hoy reconocida por sus bibliotecas y su funcional red de transporte público. El medellinense más conocido de hoy no es un capo de la droga, sino un matemático que inició la transformación de esta ciudad y que tiene posibilidades de ser presidente de Colombia el año próximo. Se llama Sergio Fajardo y junto con el actual alcalde, Alfonso Salazar, han formado el equipo que cambió la lógica de enfrentar la violencia únicamente dándole granadas a los policías municipales.

Martha Liliana no es una espectadora de estas decisiones oficiales. Militante de una organización no gubernamental durante muchos años, hoy en día, desde su posición privilegiada, participa en los barrios marginados de la ciudad. De hecho, durante la entrevista con MILENIO, estamos en Moravia, un sitio al que hace una década había que entrar con chaleco antibalas.

- En México hay quienes dicen que mirar Medellín da esperanza de que Ciudad Juárez salga de esa espiral de violencia. ¿Qué hicieron aquí?

- Medellín es una ciudad que hoy en día es ejemplo de cómo salir de procesos de mucha violencia, además de violencia mafiosa, de violencia del narcotráfico basada en las organizaciones criminales.

“Una ciudad en una situación como esa sólo se puede recuperar si tiene sociedades muy cohesionadas, que hacen el trabajo de base muy fuerte y que hacen una oposición muy fuerte a los delincuentes, a lo que los delincuentes imponen en la ciudad. Y en ese sentido, pues este es un trabajo de mucho tiempo, y nosotros tenemos que decir que por lo menos en los últimos seis años se logró recuperar un poco la confianza en el gobierno municipal, haciendo un esfuerzo muy grande por la transparencia, por eliminar la corrupción del gobierno municipal, por recuperar el control institucional de la ciudad por parte del Estado; o sea, que realmente en cualquier parte de la ciudad pudiera entrar el Estado.”

- ¿Qué quiere decir eso?

Pues que la ciudad ha construido cinco parques-biblioteca en las zonas donde había previamente mayores niveles de violencia, mayores niveles de vulnerabilidad. Eso ha logrado atraer a los jóvenes, a los niños y a las familias a un contexto de cultura, a un contexto de diversión y a un contexto donde entiendan que su ciudad está invirtiendo en ellos, y está invirtiendo en ellos lo mejor.

“Hicimos también 12 colegios con las mejores especificaciones. Ningún colegio privado de la ciudad tiene las especificaciones que tienen las instituciones públicas hoy en Medellín, y allí van nuestros estudiantes del sector oficial, que son jóvenes de los extractos más bajos de la ciudad. Nos hemos preocupado también porque las unidades de salud sean dignas.

“En fin, paralelo a toda la estrategia que tiene que ver con los temas de seguridad, con el control de los criminales, pero no es una estrategia de policía, es una estrategia de cohesión social y de presencia institucional efectiva en todos los ámbitos de la vida social de las comunidades más pobres.

¿Sabe algo de la situación que se vive en Ciudad Juárez?

Nosotros sabemos que de Ciudad Juárez han venido a visitar el municipio de Medellín, a conocer un poco, y en general de varias partes de México. Cuando estuvo aquí el presidente Calderón nosotros estuvimos atendiendo su visita, y de parte de él había una inquietud muy grande de mirar cómo una sociedad puede superar en alguna medida una realidad como la que hoy México está viviendo, y que quizá es muy parecido a lo que nosotros en los años noventa tuvimos que vivir. Tuvimos hace poco los carros-bomba, el asesinato de los policías de la fuerza pública; en fin, los enfrentamientos entre bandas rivales teniendo como escenario la ciudad y para nosotros como medellinenses, ver las noticias de Ciudad Juárez es casi como estar recordando lo que tuvimos que vivir en los noventa.

¿Qué recomendaciones le dieron a Felipe Calderón en esa visita?

Nosotros estuvimos visitando una de las zonas más complejas que tuvo la ciudad. Lo que le decíamos al Presidente era que: la única forma es darle a las comunidades más pobres lo mejor, es conseguir lo mejor en las comunidades más pobres. Nosotros no nos hemos ocupado de hacer las infraestructuras más bonitas en el contexto de los centros de la ciudad, sino en las más alejadas. Tratamos de hacer urbanismo social, reconstruir la dignidad de estas comunidades para incluirlas en el contexto de la ciudad. Otra cosa también es hacer de la educación el eje del desarrollo de la ciudad. Porque la educación es la única forma, no sólo de generar oportunidades, de generar ciudadanos con conocimiento y nuevas actitudes, sino también es la única forma en la cual nosotros podemos construir valores lejanos a la ilegalidad y mucho más cercanos a la institucionalidad.

- En México, el gobierno declaró “una guerra” al narco, pero no se conocen programas como los que hay aquí.

- La fuerza es necesaria, porque son organizaciones criminales, pero realmente el combate no se hace contra el ciudadano común. Hay organizaciones criminales asentadas que requieren temas de seguridad muy sofisticados, que tienen que ver más con la inteligencia, pero no es que sea una lo policiaco o lo social; es que son las dos cosas a la vez. Es muy importante, y el alcalde siempre lo ha dicho: “Nosotros necesitamos instituciones legítimas, una policía que haga bien la tarea, que sea reconocida en sus comunidades, y paralelo a eso nosotros somos capaces de entrar con educación, con salud, con atención a la infancia. Entonces no es una cosa u otra. Es un falso dilema realmente. Lo policiaco y lo social, educación y cultura, tienen que ir juntos.