En pocas palabras, el acto eleccionario del 29 de octubre de 2006 definía por Si o por No la posibilidad de reelección indefinida del Gobernador Kirchnerista Rovira.

Por el SI estaba, el oficialismo provincial y nacional. Por el No, estaban todos los partidos de oposición, y la sociedad civil en sus mas variadas expresiones, desde religiosas hasta organizaciones sociales. De hecho, la campaña por el No fue encabezada por un Obispo.

El oficialismo de Rovira y Kirchner no escatimaron ningún instrumento del mas ruin clientelismo.

• Se repartieron bolsones de comida y electrodomésticos
• Subsidios en efectivo y cheques a personas y organizaciones sociales
• Incendiaron parroquias barriales.
• Adulteraron Documentos Nacional de Identidad. (Cerca de 31.000 lo cual representaba el 6% del electorado)
• El Gobierno Nacional envió ministros y hasta fue el propio Presidente Kirchner a inaugurar obras públicas en tiempos de campaña electoral.
• Hay denuncias sobre votos de gente fallecida hace años.
• Se movilizaron remises y micros para forzar el voto de la gente.
• Se manipularon datos electorales (en el escrutinio) y obviamente se dibujaron las encuestas.
• Agredieron físicamente a periodistas.

Misiones es una provincia donde la ineficiencia de la gestión estatal es macabra. Si bien goza de innumerables recursos y posibilidades, la tasa de pobreza ronda el 50%. Los mas castigados son los niños dado que para la población entre 4 y 25 años, la pobreza alcanza el 65%. Un estudio de la Fundación Atlas reflejó que una de cada cinco votantes tiene al estado como empleador. El estado juega un rol decisivo como causa de la pobreza de la Provincia de Misiones.

Lecciones de Misiones.

• El gobierno de Kirchner debe escuchar el llamado del pueblo de Misiones. La lección es clara. La gente puede ser pobre, pero no por ello debe ser humillada con el clientelismo. La gente “agarró el bolsón y votó con el corazón” dijo el Obispo Piña. El clientelismo tiene rendimientos decrecientes.

• La oposición nacional debe también aprender la lección. El clientelismo no es invencible.