Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
Frente Externo  
 
14/04/2006 | Poder indocumentado

Jorge Chabat

Sin lugar a dudas, las marchas de migrantes indocumentados que han tenido lugar en Estados Unidos durante los últimos días marcan un parteaguas en la forma en que se manifiesta este fenómeno en el coloso del norte.

 

Han hecho pública una realidad que ha estado ahí por décadas, que todo mundo conoce, que todo mundo experimenta día con día, cuando va a un hotel, a un restaurante: la presencia de millones de trabajadores que todo mundo sabe que no tienen papeles, pero que trabajan todos los días de manera eficiente. Pero ¿qué explica esta súbita presencia pública?, y sobre todo, ¿qué consecuencias tendrán estas marchas y otras acciones que manifiestan la presencia de los indocumentados? La razón más inmediata de estas marchas es el proyecto legislativo que busca criminalizar a los trabajadores indocumentados.

El proyecto Sensenbrenner que se ha venido discutiendo en el Congreso de EU es lo que ha provocado esta reacción masiva, pues busca romper el statu quo que hasta ahora había prevalecido. Y no es que la situación actual sea la óptima para los in migrantes, pero el intento de volverlos criminales ha acorralado a esa comunidad, impulsándolos a salir a las calles, con los riesgos que eso implica para su permanencia en EU, aunque es claro que han decidido enfrentarlos pues la opción de volverse criminales es aún peor.

Estas manifestaciones son un acontecimiento histórico, sobre todo en una sociedad que no está muy acostumbrada a verlas porque los mecanismos institucionales suelen funcionar de manera eficiente. Pero si bien las marchas marcan un punto de inflexión en la historia de la migración indocumentada, no queda claro todavía cuál va a ser su efecto.

Las manifestaciones tienen como propósito influir en las discusiones en el Congreso de EU sobre la reforma migratoria. Y es probable que la parte más agresiva de la Sensenbrenner sea moderada. No obstante, ello no significa que el escenario ideal de lograr la regularización de millones de indocumentados se vaya a lograr. De hecho, un efecto inmediato de las marchas ha sido una reacción de los sectores más conservadores de EU. Incluso se han dado muestras de rechazo a los países generadores de migración indocumentada, como ha sido la quema de una bandera mexicana. Y es que en las marchas han aparecido banderas de varios países, y en un lugar muy visible la mexicana. Cierto, también han aparecido banderas de EU, pero ello no ha impedido que los sectores antiinmigrantes se manifiesten de manera abierta contra lo que consideran una invasión a su territorio. Incluso, el hecho de que las banderas que se ondean sean las de los países de origen de los migrantes, particularmente la mexicana, ha reforzado la visión de Samuel Huntington de que los migrantes mexicanos no se integran a EU con lo cual, según esta perspectiva, la cultura americana -cualquiera que ésta sea- se debilita.

Más de alguno podría pensar que la presencia en las calles de EU de miles de indocumentados sería un factor que cambiaría las decisiones del Congreso de aquel país sobre la reforma migratoria. Sin embargo, ello no es así por la simple y sencilla razón de que los trabajadores indocumentados no votan aunque eventualmente lo harán si son regularizados. Pero a corto plazo su poder de presión no es muy grande, aunque seguramente la posibilidad de que las manifestaciones se multipliquen en el futuro no debe tener muy tranquilas a las autoridades estadounidenses. Y es probable que ello haga que en el Congreso de EU se piense en un plan para integrar de manera legal a algunos de estos migrantes, como ocurrió en 1986 con la ley de reforma de la inmigración.

Sin embargo, la pregunta que hay que hacerse en este punto es cuál es el balance final entre los beneficios legales que puedan obtener los indocumentados y el fortalecimiento de los sentimientos antiinmigrantes, que pueden impulsar el establecimiento de medidas más restrictivas en contra de los extranjeros que hayan ingresado de manera ilegal.

Sea cual sea el resultado final de la reforma migratoria que se discute en Estados Unidos, las marchas que hemos presenciado en las últimas semanas muestran un gran poder de organización de la comunidad hispana en aquel país, que reacciona así ante la perspectiva de leyes que los vuelvan delincuentes. Y ello muestra con mucha claridad que los trabajadores indocumentados, de México y de otros países, han decidido defender sus intereses por sí mismos y en el territorio donde viven.

Ésta es una lucha de los mexicanos -y salvadoreños y colombianos y nicaragüenses- de allá. Es una lucha que se va a dar en territorio estadounidense y que se va a ganar o perder allá. A pesar de los buenos deseos del gobierno mexicano, lo cierto es que el poder indocumentado, mucho o poco, sólo existe al otro lado del río Bravo, donde son indocumentados, no de este lado, de donde salieron por falta de oportunidades.

jorge.chabat@cide.edu

Analista político e investigador del CIDE

El Universal (Mexico)

 


Otras Notas Relacionadas... ( Records 1 to 10 of 112 )
fecha titulo
10/05/2012 Elecciones EEUU 2012 - Republicanos e inmigración
21/08/2011 Obama to deport illegals by ‘priority’
21/08/2011 Obama to deport illegals by ‘priority’
17/07/2011 Mexican and Central American Inmigrants in the United States
17/07/2011 Mexican and Central American Inmigrants in the United States
13/07/2011 EEUU - Un repaso con lupa los desafíos de la comunidad hispana
13/07/2011 EEUU - Un repaso con lupa los desafíos de la comunidad hispana
06/07/2011 EE.UU - ¿Qué quieren los hispanos?
06/07/2011 EE.UU - ¿Qué quieren los hispanos?
19/06/2011 La Ofensiva Contra los Indocumentados


Otras Notas del Autor
fecha
Título
09/11/2010|
12/05/2010|
10/05/2010|
16/02/2010|
21/12/2009|
04/08/2009|
04/08/2009|
01/09/2008|
01/09/2008|
25/10/2007|
13/09/2007|
22/06/2007|
22/06/2007|
01/06/2007|
01/06/2007|
03/05/2007|
03/05/2007|
25/03/2007|
26/01/2007|
26/01/2007|
15/12/2006|
15/12/2006|
25/08/2006|

ver + notas
 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House