Pese a las disculpas y a las complicadas explicaciones, Brasil ha congelado en seco todos los proyectos para ampliar sus compras de gas boliviano. Lo más urgente era una compra adicional de 14 millones de metros cúbicos, que debía hacerse mediante la ampliación de la capacidad del actual gasoducto, pero ese proyecto también fue anulado. El presidente Lula señaló este viernes que las compras de gas boliviano por parte de Brasil probablemente lleguen hasta el año 2008, ´sólo para ayudar al pueblo boliviano´. Esto significa reducir en once años la vigencia del actual contrato.

Se anuncia, además, la construcción de dos plantas de regasificación que se instalarán, una en el sudeste y otra en el noreste, para importar gas natural licuado. Para ello, Petrobras ha cerrado el trato para instalar una planta de GNL en Venezuela, en sociedad con PDVSA, para exportaciones a Estados Unidos, o hacia Brasil, cuando fuera necesario. Esta información, dada por Néstor Cerveró, director del área internacional de Petrobras, viene, de paso, a sepultar el proyecto del Gasoducto del Sur. Los propios brasileños jamás creyeron en el proyecto. Van a consumir gas venezolano, pero traído como GNL, en barcos. Pero se proponen ser autosuficientes en todos los combustibles, y para ello hablan del ´diesel verde´.

Pero lo que no quieren consumir es gas boliviano. O quieren consumir lo menos posible. Petrobras ha recibido la orden de desarrollar, hasta 2008, la capacidad del yacimiento de Espíritu Santo para producir 24 millones de metros cúbicos diarios, con lo que debe adelantar en cuatro años su programa de producción para esa zona.

En suma, Brasil cortaría, si pudiera, todas sus compras de gas natural boliviano hoy día.

Néstor Kirchner se ocupó de mostrar la molestia argentina. Manifestó que su país consume 120 millones de metros cúbicos por día y que los 7,7 millones que compra de Bolivia son una insignificancia. Pero que ese gas es, como todos sabemos, destinado a asegurar la provisión al mercado chileno. Kirchner dijo, con otras palabras, que todo esto de ni una sola molécula para Chile es una hipocresía. No mencionó el hecho de que las ventas a Argentina, con destino a Chile, se hacen con precio solidario, precio que fue aprobado por el presidente Carlos Mesa y autorizado por el entonces opositor Evo Morales. Y pidió que Bolivia negocie el precio directamente con Chile, en lugar de usar a la Argentina como intermediario.

En fin, que los vecinos están muy molestos. Por supuesto que si las exportaciones de gas bajaran al mínimo en este momento, no solamente bajarían los ingresos del país, sino que no se produciría la gasolina suficiente para el consumo interno, ni el GLP.

Como dije en un anterior artículo, enojados o no, seguirán comprando gas boliviano. Ahora están buscando la forma de seguir adquiriendo por el menor tiempo posible. Tienen un problema adicional: sus niveles de consumo crecen hasta en 15 por ciento anual. Y otro problema: ahora tienen que pagar más.

*Humberto Vacaflor G.
es periodista