En la rueda de prensa de clausura de la reunión del G-8 en Deauville (Francia), Sarkozy afirmó que Francia aportará mil millones de euros a la causa del desarrollo económico y político de Túnez y Egipto. Por contra, el presidente francés pidió al líder libio, Muanmar el Gadafi, a abandonar el poder, y consideró "inaceptables" los acontecimientos en Siria.

El primer ministro británico, David Cameron, afirmó que la ayuda acordada hoy por el G-8 a los países de la primavera árabe estará disponible para "cualquier país que emprenda el camino a la democracia y la reforma". En una rueda de prensa al final de la cumbre de Deauville, el líder conservador agregó que esta ayuda también estaría disponible para Libia, donde la presión militar contra Muamar el Gadafi "va en aumento".

Aseguró que la cumbre del G-8 ha emitido su "veredicto final" sobre el líder libio, al aprobar un texto que resuelve que Gadafi debe marcharse, y recordó que todos los países miembros han puesto su firma a ese documento.

Confirmó que Reino Unido aportará 110 millones de libras (125 millones de euros) durante los próximos cuatro años a los países que adopten reformas. Destacó que la ayuda del G-8 y las instituciones internacionales se destinará a apoyar reformas políticas y legales, la libertad de prensa y la apertura económica.

Calificó la ayuda de "inversión en nosotros mismos", ya que la prosperidad y seguridad en esos países supone "seguridad y prosperidad para nosotros". "Si nos equivocamos", dijo el líder conservador, "estaremos dando un balón de oxígeno al extremismo".