La lista de encuentros y visitas es larga. Uribe estuvo con su colega de Venezuela Hugo Chávez en Cartagena; con la canciller alemana Angela Merkel en Berlín; con presidentes de grandes empresas -incluido Van Glasenberg de la controvertida firma Glencore- en Davos, Suiza. Y esta semana visitó Brasil, en una breve gira con dos paradas: una en São Paulo de corte comercial, y otra en Brasilia, donde sostuvo un encuentro con el mandatario Luis Inacio 'Lula' Da Silva. La ofensiva la inició Uribe a finales del año pasado, cuando asistió en Lima a la cumbre de la Apec, a pesar de que Colombia no forma parte de ese organismo, y donde se entrevistó con los jefes de Gobierno de los países miembros.

¿Qué hay detrás de la intensificación de la diplomacia presidencial? ¿Un cambio en la política exterior? Algunos de los encuentros tienen una explicación particular. El objetivo de la reciente cumbre colombo-venezolana en Cartagena era consolidar el fin de una etapa de tensiones generada por el bombardeo de Colombia al campamento de 'Raúl Reyes' en Ecuador, y acordar un esquema futuro de cooperación. El fin de la visita a Brasil era profundizar las relaciones con ese país, que en los últimos años ha adquirido un liderazgo en la política hemisférica, y agradecerle al Gobierno de 'Lula' su aporte en materia logística para la liberación de los secuestrados por parte de las Farc.

Pero también existen explicaciones de carácter general. Según el canciller Jaime Bermúdez, "Colombia debe ampliar sus alianzas estratégicas, así como multiplicar las oportunidades de inversión y de comercio, y por eso buscamos nuevos escenarios de interlocución política y cooperación, y más tratados de libre comercio y protección a la inversión, como una política integral".

La presentación de Colombia en todos estos foros tiene, en consecuencia, un componente económico. En medio de la crisis internacional, el presidente Uribe busca mantener los flujos de inversión de los últimos años como defensa frente a la desaceleración económica de países clave para las exportaciones colombianas, como Estados Unidos y Venezuela. Este énfasis explica la presencia del mandatario colombiano en el Foro Económico Mundial de Davos, una cumbre informal que en este año fue considerada como un termómetro de la hecatombe de Wall Street y de sus efectos mundiales.

Ampliar el abanico

En otras reuniones, en particular las que el presidente Uribe ha tenido con colegas latinoamericanos, el tema de cooperación en materia de seguridad se ha tratado con atención. En concreto, el análisis de un esquema de acción conjunta elaborado por Unasur para fomentar acciones conjuntas contra los fenómenos delincuenciales y las amenazas a la paz en América del Sur. Un punto espinoso, rechazado por Colombia en sus primeras versiones, pero que ha ido evolucionando hacia una fórmula de consenso. Este fue uno de los asuntos clave del encuentro del martes pasado en Brasilia entre Uribe y el presidente 'Lula'.

La diversificación de la diplomacia colombiana se explica también por la necesidad de ajustarse a los cambios que se han producido en el continente y en el mundo. La llegada de Barack Obama a la Presidencia de Estados Unidos y la amplia mayoría demócrata en el Congreso han introducido giros profundos en los conceptos y temas de la política exterior estadounidense. Según Arlene Tickner, experta en política exterior de la Universidad de los Andes, las visitas del presidente Uribe al exterior, más que obedecer a una estrategia sistemática y proactiva de diversificación de las relaciones diplomáticas del país, constituyen una reacción tardía y descoordinada frente al desmonte de la relación 'especial' con Estados Unidos y su negativa de aprobar el TLC".

El canciller Bermúdez tiene otra opinión. "A Colombia se le miraba con lástima y hoy se le mira con respeto por parte de la comunidad internacional -asegura-. Por eso hay que adelantar una política exterior audaz, en busca de más oportunidades para el país en todas las regiones".

De cualquier manera, acercarse a los Estados Unidos de Obama es uno de los principales desafíos que enfrenta la diplomacia colombiana. La diversificación de las relaciones hacia otras áreas no reemplaza los vitales vínculos con Washington.

El miércoles de esta semana, recién llegado de Brasilia, Uribe recibió a un grupo de congresistas estadounidenses y la semana entrante enviará a la capital norteamericana una delegación presidida por los ministros de Relaciones Exteriores Jaime Bermúdez, y de Defensa Juan Manuel Santos.  Pero se necesitará mucho trabajo. El presidente Obama, por primera vez desde que asumió el poder, reiteró el jueves 12, en una entrevista con Univisión, sus críticas al gobierno Uribe por su falta de acción en materia de derechos humanos e insistió en que no es partidario de aprobar el TLC antes de que se resuelvan esos problemas.

Las dos metas, diversificar las relaciones y estrechar los vínculos con Obama, tomarán tiempo y necesitarán grandes esfuerzos. Todo indica que el avión presidencial no tendrá descanso en los próximos meses y que intensificará  los vuelos internacionales.