En las elecciones de 2018, el partido de Meloni solo obtuvo el 4 por ciento. Ahora, lidera las encuestas con un 22 por ciento. Así, Giorgia Meloni podría convertirse en la primera mujer en llegar al poder en Italia.
En el centro histórico de Roma, Giorgia Meloni, la líder
del partido Fratelli d'Italia (Hermanos de Italia), se ha asegurado un espacio
en el emblemático edificio por el que entraban y salían los colaboradores del
antiguo líder fascista Benito Mussolini. El dictador era "una personalidad
multifacética", ha dicho Meloni en entrevistas, sin distanciarse
claramente del fascismo.
En su autobiografía, Meloni escribe que es consciente de
que entra en un campo políticamente minado: "Somos hijos de nuestra
historia. Toda nuestra historia. El camino que hemos recorrido es complejo,
mucho más complicado de lo que muchos quieren contar". Lo único que
rechaza en su libro la dirigente política es el culto al líder del fascismo.
Pero un símbolo de los fascistas está siempre presente
cuando Meloni, por ejemplo, da conferencias de prensa en la sede del partido.
Detrás de ella aparece el logo de su partido: una llama de fuego estilizada con
los colores de la bandera de Italia. Una llama que arde figurativamente en la
tumba de Mussolini. "No hay nada en mi vida por lo que tenga que
disculparme. Pero en dos de cada tres debates televisivos termino hablando de
historia y no de política actual. Eso no me parece correcto", asegura.
Evitar "el saludo romano”
En el proceso de preparación para la próxima campaña
electoral, Meloni dio instrucciones a las filiales de su partido el otoño
pasado de que no se hicieran más declaraciones extremas, ninguna referencia al
fascismo y, sobre todo, no utilizaran el "saludo romano", que es
similar al "saludo nazi", con el brazo derecho extendido. El partido
debía ser dirigido hacia la "centro-derecha". Al fin y al cabo,
después de las elecciones del 25 de septiembre, Meloni quiere formar una
coalición con los partidos de derecha Liga, de Matteo Salvini, y Forza Italia,
de Silvio Berlusconi.
"Que Meloni haya llegado tan lejos en Italia es
gracias a todos los que la blanquean. Desde los medios de comunicación, que se
empeñan en calificar de centroderecha a Salvini y a Meloni, hasta una
desorientada centroizquierda que la subestimó y legitimó", dice la
periodista española Alba Sidera, que lleva años investigando sobre la derecha
en Italia. "Meloni no apareció de la nada. Lleva años preparándose para
ser primera ministra", agrega, en entrevista con DW.
Populismo de ultraderecha
Giorgia Meloni, nacida en 1977, se unió al "Frente
de la Juventud" del partido neofascista Movimiento Social Italiano (MSI)
cuando era una estudiante de 15 años, para enviar una señal contra el terror de
extrema izquierda de aquellos años en Italia. Más tarde, dirigió la asociación
estudiantil de la ultraderechista Alianza Nacional y fue elegida para la Cámara
de Diputados del Parlamento italiano en 2006.
En 2008 se convirtió en la ministra más joven de Italia.
A los 31 años, asumió la cartera de Juventud en el Gobierno de Silvio
Berlusconi. En 2012, Meloni fundó el partido Hermanos de Italia, que empezó a
presidir dos años después. En 2020, también asumió la presidencia del Grupo de
Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), que incluye, entre otros, al
partido gobernante polaco PiS.
Meloni entrará en la campaña electoral con el lema
populista "¡Primero Italia y los italianos!". Exige más prestaciones
familiares, menos burocracia europea, impuestos bajos y un alto a la
inmigración. Quiere renegociar los tratados de la UE y la pertenencia de Italia
a la comunidad monetaria del euro. Además, rechaza el aborto, así como el
matrimonio igualitario.